Monumento a Cristóbal Colón: ¿se irá o se quedará?

La decisión final será tomada próximamente por el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México. Una experta universitaria da su punto de vista sobre este caso.

El monumento a Cristóbal Colón, del escultor francés Charles Cordier, permaneció en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México desde 1877, año de su inauguración, hasta el 10 de octubre de 2020, cuando, alertadas de que podría ser derribado durante una manifestación que se realizaría dos días después, las autoridades capitalinas lo retiraron con el argumento de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia tenía que restaurarlo.

Sin embargo, hace unas semanas se informó que este monumento –conformado por la figura del navegante genovés en lo alto y, bajo sus pies y a los lados de su pedestal, por las estatuas de fray Pedro de Gante, Bartolomé de las Casas, fray Juan Pérez de Marchena y fray Diego de Deza– ya no regresaría a su ubicación original y que sería sustituido por la estatua de Tlalli, una mujer olmeca, del escultor, arquitecto y artista visual mexicano Pedro Reyes.

Las autoridades capitalinas ya dieron marcha atrás y acaban de declarar que la decisión sobre el retiro del monumento a Colón será tomada por el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos, un órgano que asesora a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Al respecto, Lilia Rivero Weber, investigadora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM comenta: “En primer lugar, no debemos olvidar que la Ciudad de México es multicultural por definición. Es más, no existe una sola ciudad en el mundo en la que todos sus habitantes sean descendientes de un mismo grupo social o étnico. También es importante entender que el patrimonio material siempre está ligado al patrimonio inmaterial y que la unión de ambos posee una carga simbólica. Por eso se puede comentar esta polémica desde una vertiente normativa y una vertiente simbólica. En cuanto a la primera, es innegable que este monumento está protegido por la Ley Federal de Monumentos como patrimonio artístico y, por lo tanto, por el Estado mexicano. Así, las áreas normativas tienen la obligación de velar por su preservación. En cuanto a la simbólica, entramos en un terreno mucho más complicado. A lo largo y a lo ancho del mundo hay casi 500 monumentos que recuerdan el llamado descubrimiento de América, llevado a cabo por Colón. Es decir, el referente que la mayoría de la gente aprendió de Colón es que fue un navegante y un explorador. Pero tenemos que conocer y analizar todo lo que hizo este personaje, para comprender lo que está pasando.”

Revisión histórica

Rivero Weber recuerda que no hace mucho, en Barcelona, se intentó quitar una escultura de Colón que desde 1888 se localiza en Las Ramblas. Y en Estados Unidos ya se han quitado varios monumentos erigidos al navegante genovés y han sido sustituidos por esculturas de líderes indígenas de las diferentes tribus norteamericanas.

“¿Por qué ha surgido este movimiento global? Para muchos, Colón es sólo el explorador que descubrió América. Sin embargo, en su momento fue destituido por el brutal maltrato que ejerció en contra de los grupos indígenas colonizados. Así pues, lo que se busca es quitar esa carga simbólica y darles un reconocimiento a los pobladores originarios. A nivel internacional, la decisión de remover o reubicar obras como ésta ya se está llevando a la práctica.”

En opinión de la investigadora universitaria, el patrimonio es una de las claves documentales que permiten sacar a flote las partes sumergidas que fundamentan la cultura y las personalidades colectivas, y conocer la realidad de nuestras sociedades que, a fin de cuentas, son un presente evanescente caracterizado por una suma de herencias históricas.

“Esta revisión histórica nos empuja a actualizar la balanza de los logros de cada personaje del pasado. En este caso, el brutal maltrato que Colón aplicó a los grupos indígenas colonizados hoy en día es muy cuestionable e inaceptable. Al mismo tiempo debemos entender que hay múltiples posibilidades de mirar éste y otros monumentos, y que un personaje del pasado no puede crear en nosotros como sociedad una escisión, ni mucho menos fomentar la agresión social. Ciertamente, los personajes del pasado son parte de los hechos históricos, pero no debemos mantenerlos en un pedestal cuando se dispone de argumentos sólidos para su remoción.”

En cuanto a que el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos sea el que decida qué hacer con el monumento a Cristóbal Colón, Rivero Weber está de acuerdo.

“La decisión de quitar monumentos o esculturas, o cambiar nombres de calles, parques u otros espacios públicos de la ciudad, no puede ser un atributo de un gobierno local, cualquiera que sea su signo político. Modificar esos simbolismos materializados sin un debate público no sería democrático. Por eso lo mejor es que un órgano colegiado que tenga conocimiento del tema, y en el que estén representadas todas las posturas, resuelva esta polémica.”

Según la investigadora del PUEC, la grandeza de México no se agota en sus antiguos edificios, en sus monumentos históricos y en sus innumerables museos; también se encuentra en sus calles, en sus festividades, en sus tradiciones culinarias locales y en el estilo de vida de sus habitantes; en pocas palabras, en su continuidad histórica.

“No sólo tendríamos que reubicar los elementos materiales que causan malestar, sino también replantear, de manera crítica e inteligente, la historia, para construir, a través del pensamiento propositivo, los hechos y logros del futuro”, finaliza.

Recuadro:

La frase
“Es indispensable entender el porqué de la propuesta de retiro del monumento a Colón, para estar en condiciones de analizar cada una de las posibles soluciones. Si nos mantenemos en extremos polarizados, nunca lograremos llevar a buen puerto este tipo de polémicas”

Lilia Rivero Weber
Investigadora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la UNAM

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