Necesario, construir un sistema de protección social

Se requiere un nuevo modelo que proteja a los mexicanos y repensar al país que ha generado esquemas de desigualdad e inequidad evidentes

Dionisio Meade, Leticia Cano, Carmen Casas, Mario Luis Fuentes, Iliana Yaschine y
Héctor Hiram Hernández. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Se requiere un nuevo modelo de desarrollo social que proteja a los mexicanos de los riesgos sociales a los que están expuestos en el transcurso de la vida, repensar nuestro país que ha generado esquemas de desigualdad e inequidad evidentes, así como construir un sistema de protección social ante tantas incertidumbres, consideraron especialistas universitarios que participaron en el Foro 20.20, edición 2022. Diseñando el futuro, organizado por Fundación UNAM.

Al inaugurar la mesa 4, Desarrollo Social, Mario Luis Fuentes Alcalá, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), indicó que pensar en el futuro (en referencia al título del foro), “es construir un sistema de protección social universal, integral, sostenible y resiliente; discutir el significado de estado de bienestar en el siglo XXI”.

Apuntó que es un error hablar de la pandemia por Covid-19, puesto que vivimos una suma de pandemias: de bajos ingresos, violencias, desigualdades y de desprotección social, entre otras, articuladas una tras otra por las brechas y las fragmentaciones. Mencionó la necesidad de pensar en la construcción de protección social universal, incluído el sistema de cuidados. “Si algo hizo visible el gran confinamiento es esa sensación clara de quién cuida a los adultos mayores; es cuestionable y discutible que se asuma el programa de adultos mayores (del gobierno federal) que son mil pesos mensuales, como la expresión de un derecho”.

Dionisio Meade y García de León, presidente del Consejo Directivo de Fundación UNAM, resaltó la urgencia de articular una política que no sólo incluya lo social, sino que permita determinar qué queremos hacer de nuestro país, repensar nuestra nación, la cual ha generado desigualdad e inequidad. “No podemos sólo exhibir las necesidades sin tratar de encontrar las medidas correlativas para hacerles frente, se requiere repensar el país en el que vivimos. Estamos a casi dos años de que concluya este gobierno, la aportación que la Universidad pudiera hacer para alimentar con insumos estas reflexiones sería fundamental, la UNAM ha acreditado estar a la altura de estos desafíos”, remarcó en el foro moderado por Leticia Cano Soriano, coordinadora del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales.

Posneoliberal

En su oportunidad, Iliana Yaschine Arroyo, investigadora del PUED, hizo una comparación de la política social aplicada por los gobiernos durante el llamado periodo neoliberal que va desde mediados de la década de 1980 hasta 2018, y la que se aplica a partir del cambio al actual gobierno, “retomando el término con el que se autodefine, podemos llamarle posneoliberal”. Y destacó que hoy existe una continuidad, sobre todo porque no hay un cambio de paradigma en la política social entre las administraciones anteriores y la actual; aunque sí hay algunos cambios más acotados, pero son preocupantes las modificaciones de las acciones específicas, en particular de los programas prioritarios en este gobierno, que son programas “que, a mi parecer, no están basados en un diseño cuidadoso, ni en la información estadística, el conocimiento y ni en la evidencia que se tiene”.

Héctor Hiram Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, manifestó que México es uno de los 10 países más desiguales del mundo, todos ellos, excepto Angola, latinoamericanos, porque es una característica que define a América Latina. “Es desigual por la diferencia en la distribución del ingreso en los hogares mexicanos, entre 43 y 44 (casi 56 millones de mexicanos)”.

Además de la pobreza por ingresos, a México lo define también la vulnerabilidad de su población, “porque es vulnerable quien no disfruta de la propiedad de una vivienda, o padece una enfermedad y no tiene acceso a servicios de salud; quien no tiene acceso a educación, o no consume alimentos en cantidad y calidad suficientes, o tiene un empleo precario, 70 por ciento de las ocupaciones son informales”, acotó.

Carmen Casas Ratia, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, señaló que el nuevo modelo de desarrollo social sostenible debe estar ligado a un proceso de reforma de las instituciones educativas. El sistema educativo tiene muchas diferencias, principalmente en el sur del país donde los planteles no cuentan con la infraestructura completa, con ello las infancias no pueden tener un aprendizaje idóneo, lo cual se exacerbó con la pandemia y evidenció la insuficiencia del sistema de protección social, de salud y de cuidados, además de una crisis económica, finalizó.

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