Niñas, niños y adolescentes migrantes viven en alta vulnerabilidad
Aunque diversas leyes nacionales e internacionales se han creado y revisado en los últimos años para protegerlos, los niños, niñas y adolescentes son un grupo altamente vulnerable, especialmente aquellos que enfrentan el fenómeno de la migración, afirmó Luisa Gabriela Morales Vega, académica de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Los infantes migrantes caminan largos trechos con escasa comida y agua, a veces en familia y otros solos, y al llegar al sitio de destino (que generalmente no es el deseado) son sometidos a condiciones de gran marginalidad: vivir en la calle sin servicios básicos como agua y luz, habitar una casa de campaña y encontrarse en la mayor desprotección por no tener documentos que los amparen y por estar a la vista de criminales, que muchas veces buscan sumarlos a sus filas delincuenciales, agregó.
“Sobre la niñez existen los mayores consensos en cuanto a su protección, pero este grupo humano no está libre de riesgos y vulnerabilidades”, consideró.
Durante el coloquio Niñez en el contexto de la marginación y de necesidad de protección internacional, en el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT), la invitada explicó que las niñas y los niños son personas sujetas de derechos, mientras que antes eran objetos de protección.
“Hoy son considerados por la ley como sujetos, no objetos, y no son ‘menores’, sino personas con derechos propios”, aclaró la jurista.
En México desde hace una década está vigente la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que especifica que este grupo etario tiene derecho a la vida, la paz, la supervivencia y al desarrollo, a la prioridad, a la identidad, a vivir en familia, a tener igualdad sustantiva, a no ser discriminado y a vivir en condiciones de bienestar con un sano desarrollo integral.
Morales Vega dijo que México se ha convertido en un receptor masivo de migrantes, aunque el país no tiene condiciones mínimas para dar respuestas dignas a sus necesidades. “Se carece de campos de refugiados, lo que existen son albergues de organizaciones religiosas y civiles”.