Niños, los protagonistas más tristes en las migraciones

Los niños son los que tienen el protagonismo más triste en los procesos migratorios en las fronteras norte y sur de México, así como en Europa, ya que muchos viajan solos o son separados de sus familias, señalaron especialistas en derechos humanos y migración, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ).

En el caso de la frontera entre México y Estados Unidos, se estima que, entre mayo y junio de 2018, dos mil 342 menores fueron separados de los adultos con los que viajaban, afirmó Elisa Ortega, doctora en Derecho, y mencionó que la separación forzada es considerada un acto de tortura contra los niños.

“Aunque es cierto que el actual gobierno estadunidense es el primero en respaldar públicamente estas políticas de separación forzosa de familias, las administraciones de esa nación ya tenían prácticas en este sentido desde 1996”, comentó la académica.

Violación de derechos

Al participar en el Seminario Universitario de Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER) de la UNAM, agregó que la separación forzada en la Unión Americana viola convenciones como las de los Derechos de los Niños y contra la Tortura; además de normas internas como un acuerdo judicial de 1997 que establece protecciones mínimas para los menores migrantes irregulares; por ejemplo, que no pueden ser detenidos por un tiempo mayor a las tres semanas.

Ortega añadió que aunque el gobierno estadunidense ha reunido a los pequeños con sus familiares en centros de detención, se le cuestiona si se encuentran en condiciones dignas; sobre todo, tras la muerte de dos infantes guatemaltecos, en meses pasados.

En tanto, Alethia Fernández, también investigadora del IIJ, puntualizó que en el sur de México, en la frontera de Tapachula, se han realizado detenciones arbitrarias contra migrantes, las más recientes fueron tras el paso de las grandes caravanas efectuadas en semanas pasadas.

En las estaciones migratorias, prosiguió, hay menores que viajan solos, parejas de centroamericanos que están detenidos y tienen ya hijos mexicanos a los que no se les ha iniciado ningún proceso de regularización. “Hay enfermedades gastrointestinales, respiratorias entre niños y sus familias que ya son solicitantes de refugio en México. La infraestructura y el tipo de supervisión que hay en estas estaciones es peor que en centros de readaptación de Ciudad de México”.

A su vez, Encarnación La Spina, doctora en Derecho y académica de la Universidad de Deusto, España, expuso que en Europa, por ejemplo, en 2015, un tercio de los cerca de cien mil infantes migrantes provenientes de Eritrea, Gambia, Nigeria, Afganistán y Egipto no eran acompañados por ningún adulto.

“Muchos acaban en centros de detención en zonas de tránsito y les practican pruebas de ADN, de filiación o determinación de la edad. Otros quedan atrapados en Grecia, Bulgaria, Hungría y los Balcanes Occidentales y están en riesgo de sufrir problemas psicológicos”, abundó.

El Comité de Derechos del Niño ha externado su preocupación por los métodos de determinación de la minoría de edad de los niños migrantes, que atentan contra su intimidad, así como otras pruebas, dijo la especialista durante la conferencia La Protección Jurídica de las Familias Migrantes Vulnerables en la Frontera Sur: la Realidad Europea.

Luciana Gandini, coordinadora del SUDIMER, opinó que cada vez es más necesario analizar los procesos migratorios y hacer ejercicios comparativos para saber si los fenómenos que se observan son propios de la realidad mexicana, latinoamericana o características globales, a fin de incorporarlos en las agendas de investigación académica y de políticas públicas.