No hay que temer a las máquinas, sino a la humanidad

Están programadas por nosotros y no van a ser mejores que sus creadores: Alejandro Frank

ChatGPT surgió a finales de 2022. ¿Qué es? Una inteligencia artificial (IA) con la que es posible interactuar y dialogar en tiempo real. Como consecuencia de su popularización y de las innumerables notas que se publicaron en medios de comunicación acerca de la conveniencia o no de su uso masivo, y los riesgos que eso podría implicar, surgieron oleadas de debates y desinformación en redes sociales, lo cual derivó en que brotara un halo de asombro y misterio alrededor de las posibilidades existenciales de dicha herramienta.

Elon Musk, Steve Wozniak y más de mil personajes llamaron a parar las IA, en específico a ChatGPT.

Geoffrey Hinton, científico y exvicepresidente de Ingeniería de Google, tiene una aproximación contundente acerca de los posibles riesgos de la IA: “Lo mejor que puedo recomendar es que muchas personas muy inteligentes traten de averiguar cómo contener los peligros de estas cosas. La IA es una tecnología fantástica, está provocando grandes avances en la medicina, en el desarrollo de nuevos materiales, en la previsión de terremotos o inundaciones… Necesitamos mucho trabajo para entender cómo contener la IA. No sirve de nada esperar a que sea más lista que nosotros, debemos controlarla a medida que se desarrolla. También tenemos que comprender cómo contenerla, cómo evitar sus malas consecuencias. Por ejemplo, creo que todos los gobiernos deberían insistir en que todas las imágenes falsas lleven un distintivo”, dijo al diario español El País.

Alejandro Frank Hoeflich, fundador del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, responde si es fundado el miedo que se ha producido en torno a la inteligencia artificial y Chat-GPT. “Hay que tener cuidado de llamarle ‘inteligencia’, porque son programas de aprendizaje de máquina como el ChatGPT, que reaccionan aparentemente como seres humanos y pueden hacer una cantidad de cosas impresionantes”, señala en entrevista.

Para Frank Hoeflich hay miedos justificados, como el que estas máquinas o algoritmos puedan sustituir a los humanos y que perdamos trabajos. “Esto ha pasado en cada avance científico, tecnológico. Cuando se inventó el automóvil de combustión interna, no se puede imaginar la cantidad de coches a caballo que fueron desplazados rápidamente. Lo hemos visto también con Uber y los taxis, y en varios episodios a lo largo de la historia. Entonces, no sólo es un peligro, es un hecho. Trabajos automatizados, que no requieren de una gran inventiva, pueden ser sustituidos”.

La distorsión de la realidad es otro de los peligros, comenta el investigador, y señala: “Efectivamente estos algoritmos, esta manera de procesar y crear información nueva, por lo menos información aparentemente nueva, es muy peligrosa en el sentido de que es difícil distorsionar tu realidad. Los otros datos, como lo hemos popularizado en México, son con base en la palabra de una persona o varias, pero hoy en día es posible generar información falsa, creada totalmente, y es muy difícil poder distinguirla de la realidad. Por ejemplo, es posible poner a una persona diciendo una cantidad de cosas con su voz, con su apariencia, con sus gestos. No va a ser fácil distinguir esa falsedad de una noticia verdadera. Eso sí es un problema gravísimo y que vamos a tener que enfrentar”.

Apunta Frank que él no le teme a las máquinas. “Le temo a los seres humanos, pues hemos demostrado repetidamente nuestra incapacidad de vivir en armonía, sin guerras, en paz. Y claro que las máquinas, que están programadas por nosotros, no van a ser mejores que nosotros, eso es seguro. El conocimiento crea tecnología, la tecnología puede ser usada en muchas direcciones. Los seres humanos son los que me preocupan, insisto. Se descubrieron las leyes de los átomos, los núcleos, que han sido beneficiosos en muchos sentidos, por ejemplo, en hospitales con las técnicas radiológicas de las resonancias magnéticas que provienen de estos descubrimientos, de la mecánica cuántica, pero al mismo tiempo con este mismo conocimiento se crearon armas que pueden aniquilar a la humanidad”.

Los herederos

El autor israelí Yuval Harari postula que puede ser que las máquinas sean nuestros descendientes. “A mí me gusta esa idea, es una idea romántica pero muy positiva, en la que los humanos, con toda esta historia evolutiva que tenemos, no estamos destinados a sobrevivir”, señala Frank. “El peligro en que se encuentra la humanidad de perecer es por el cambio climático, es lo que le estamos haciendo a la Tierra, el océano subiendo, los extremos del clima, ése es el peligro que tenemos enfrente, es la destrucción que provocamos en el planeta. No parece, por las evidencias que tenemos, que logremos encontrar una armonía. Esta idea nos pone la advertencia al mismo tiempo y junta dos problemáticas: no es la inteligencia artificial, como la planteamos en los niveles pasados, sino el hombre, la humanidad que no responde ante un hecho evidente que es el cambio climático y los enormes perjuicios que estamos haciendo a la Tierra”.

También podría gustarte