Novedosas maneras de percepción dancística

Dos coreografías presentadas en espacios abiertos del Centro Cultural Universitario

Pieza de Anna Konjetzky. Foto: Danza UNAM.

ove more morph it es una coreografía de Anna Konjetzky, quien con su cuerpo de bailarina produce su propia banda sonora y en un viaje alucinante a través de diferentes identidades, autoimágenes y recreación de personajes fantásticos se cuestiona quién, cómo y qué puede ser. Los sonidos que la acompañan revelan al espectador movimientos en situaciones cambiantes e inesperadas. Su expresión corporal recombina estados de ánimo extraídos de la memoria individual y colectiva, en una superposición lúdica.

Cada respiración suya es audible y cada uno de sus movimientos se convierte en sonido dialogante a un nivel de juego. Se trata de una interacción en la que simultáneamente se expresa sorpresa y la expansión física de texturas y figuras en trance.

Anna Konjetzky es una bailarina en constante sonorización que propone nuevas formas de percepción en una danza contemporánea de grandes efectos y tonos finos, para lo cual sólo utiliza una pequeña mesa sobre la que tamborilea con sus dedos una imaginada pieza musical, o en la que apoya una hoja de papel para dibujar en ella, trazar líneas, tachonar o borrar lo previamente escrito. Y mientras ejecuta cualquiera de esas acciones, sacude partes de su cuerpo, se contorsiona y se tira al piso, para luego de un brinco subirse a la mesa de madera y de inmediato bajarse de ésta para ahora levantarla sobre su cabeza, a la vez que ladra, mueve el trasero y se deja rodar en direcciones encontradas.

Realiza movimientos de flotación y enseguida se robotiza. En un ejercicio agotador y divertido, flexiona sus pies y estira sus vértebras, acciones que se oyen fuerte y se amplifican con todo tipo de efectos mágicos en un espectáculo de 30 minutos en los que se sincronizan sonidos emotivos y mucha libertad corporal. Sinestesia, concierto, danza y performance caben en esta pieza en la que movimiento y sonido se funden para construir un tercer nivel de juego: el de las partes rítmicas desafiantes.

La presentación de la coreógrafa alemana se realizó en las escalinatas de la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, organizada por Danza UNAM con el apoyo del Instituto Goethe.

La forma humana

La otra pieza programada también en un espacio abierto, a unos cuantos metros de distancia de la primera, fue Deshacer la forma, idea original de la artista escénica mexicana Zuadd Atala, quien actuó en el Jardín Julio Castillo junto con Vito A. Martínez.

La premisa de este trabajo es desaparecer la figura humana dentro de una montaña de ropa de tela elástica, cuyos colores corresponden a los distintos tonos de piel de los bailarines con los que ha trabajado la artista, fundadora de La rubia Co. y colaboradora de la compañía Teatro Línea de Sombra.

En esta obra, Zuadd Atala se propone desorganizar la forma humana frente al espectador, abstraer el pensamiento de éste con las esculturas amorfas que va construyendo progresivamente. Su lenta danza está basada en tareas concretas e invita a un estado de meditación-acción que el público pueda habitar, en tanto presenta a dos individuos que desbaratan el objeto, desorganizan el vínculo, desenfocan el paisaje, desordenan la causa, desmantelan las prendas, desaparecen la piel y, en suma, deshacen la forma en una improvisación muy acotada con la música y las premisas coreográficas que dan origen a su creación.

En Deshacer la forma, los deseos, las expectativas y la placentera frustración son la Santa Trinidad de una composición que empieza con una montaña de ropa y, por debajo de ésta, dos sujetos que buscan desprenderse de la carga para luego utilizar la diagonal de traslado y finalmente ponerse toda la ropa que les sea posible en el cuerpo, lugar de memoria. La intención de Zuadd Atala es activar el imaginario del espectador. Con este paisaje coreográfico le apuesta a la contemplación como un acto de resistencia ante toda la vorágine de afuera.

Esta pieza es una intervención artística en un espacio natural, con elementos de la coreografía y la plástica. Aquí el escenario es un ejercicio de miradas donde convergen el cuerpo, el objeto y el acontecimiento. Juego de abstracciones a la vista de todos, en el que también es viable conjugar la vida y el arte para llegar a la poesía.

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