Nube UNAM, una herramienta democratizante

Imagen: DGTIC.
Las nubes de cómputo, como la Nube UNAM, se han vuelto indispensables para las instituciones de educación superior en el desarrollo de sus actividades sustantivas, ya que por un lado les permite contar con infraestructura propia para atención de sus comunidades, soporte de servicios críticos y resguardo de su información en sus centros de datos, y, por el otro, disminuir la dependencia de servicios y plataformas contratados a las empresas transnacionales. Son herramientas democratizantes, ayudan a que más gente pueda tener acceso a estos recursos.”

Así lo afirma María de Lourdes Velázquez Pastrana, directora de Sistemas y Servicios Institucionales de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC), al recordar cómo nació el proyecto de Nube UNAM.

“Con la pandemia vimos la importancia de tener más infraestructura que permita tener un mayor almacenamiento, para alojar más páginas de internet, plataformas virtuales y sistemas de apoyo para la comunidad universitaria, así como otro tipo de infraestructura que sea útil para la comunidad universitaria”, explica.

Y detalla al respecto de la herramienta: “La nube es una granja de servidores físicos y virtuales, recursos de cómputo y comunicaciones de grandes capacidades alojados en centros de datos propios. El concepto nace de las grandes empresas de tecnología que contaban con infraestructura a gran escala, aunque originalmente no se pensaba en este servicio. Una vez que comprendieron el potencial de rentar estos recursos, se crean las nubes de cómputo transnacionales”.

Una ventaja de contar con esta infraestructura centralizada es que se potencian las capacidades técnicas y recursos para beneficio, en este caso, de las mismas áreas universitarias. La experta en telecomunicaciones pone como ejemplo que “muchas entidades y dependencias buscaban comprar servidores para alojar sus páginas web, bases de datos o algún otro banco de información; sin embargo, al centralizar esta infraestructura se pueden hacer inversiones de mayor escala, con lo que no sólo conseguimos mejores precios, sino que además proporcionamos el servicio a las entidades que no tengan estas herramientas”.

“La DGTIC centraliza esta infraestructura en sus centros de datos, desde donde se distribuyen los recursos a las diferentes áreas que lo soliciten”, añade.

Actualmente la UNAM ofrece servicios de nube a sus escuelas, facultades, centros e institutos de investigación, y dependencias, para facilitar su labor académica, científica y administrativa.

El proceso de solicitud del servicio, apunta Velázquez Pastrana, es el siguiente: “Lo pueden hacer mediante sus responsables TIC, por medio del sistema que ya conocen en www.gtic.unam.mx, en el que se da acceso a los formularios para solicitar los servicios. Nos tienen que decir exactamente qué necesitan para que nosotros les entreguemos la infraestructura que requieren”.

¿De qué consta?

Nube UNAM está compuesta por tres herramientas: Bóveda Digital, Infraestructura como servicio (IaaS) y Backup como servicio (BaaS), todas ya en operación y bajo la responsabilidad de la DGTIC.

Bóveda Digital permite almacenar volúmenes de información institucional mayores a dos terabytes, que no cambien o lo hagan con poca frecuencia. Es ideal para resguardar acervos documentales, imágenes, audios, videos, bases de datos o cualquier otro tipo de recurso digital. La información se guarda en cintas por al menos cinco años.

Infraestructura como servicio (IaaS) posibilita acceder a instancias virtuales con procesamiento de cómputo (máquinas virtuales), almacenamiento, redes y seguridad bajo demanda. Por medio de estas instancias es posible soportar plataformas de educación en línea o implementar sistemas web de alta demanda.

Backup como servicio (BaaS) es una plataforma dedicada a la generación de respaldos automatizados de información y sistemas de misión crítica. Su uso ayudará a entidades y dependencias a contar con una copia de bases de datos, sistemas estratégicos o información sensible.

Velázquez Pastrana recalca que los estudiantes se benefician con la Nube UNAM cuando sus entidades académicas implementan plataformas como los escritorios virtuales, desde donde pueden acceder a capacidades de cómputo muy superiores a las de sus dispositivos personales y a software que requiere el pago de licenciamiento que no es asequible para ellos. “Con esta infraestructura hay una mayor productividad colaborativa. Lo vimos en la pandemia: es innegable”, señala.

Los recursos de Nube UNAM están a disposición de las entidades académicas o dependencias universitarias interesadas mediante el sitio https://servicios.nube.unam.mx/, donde también pueden conocer las políticas de uso y los acuerdos de nivel de servicios.

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