Persiste un desprecio por el entorno ecológico

La educación ambiental, es decir, todo lo que tiene que ver con la concientización de nuestro papel en este planeta y sus consecuencias se encuentra en este momento restringida a sectores con cierto nivel de aprendizaje, por lo que un porcentaje importante de la población aún considera lejos esta preocupación.

Así lo expuso, César Augusto Domínguez Pérez-Tejada, director general de Divulgación de la Ciencia (DGDC), quien refirió que aun con los esfuerzos para sensibilizar los riesgos de no implementar una vida sostenible, persiste descuido y desprecio por el medio ambiente.

“Hay una idea generalizada de que algo está mal, pero a la hora en que uno tiene que tomar acciones para luchar contra eso, poca gente lo realiza”, mencionó el también investigador del Instituto de Ecología, a propósito del Día Mundial de la Educación Ambiental, que se conmemora cada 26 de enero desde hace más de cuatro décadas.

Domínguez Pérez-Tejada, subrayó, que los jóvenes tienen una enorme preocupación por lo que sucederá con su entorno. Existe en este sector una genuina preocupación de lo que están viendo y vivirán.

Unificar programas

El titular de la DGDC remarcó la importancia de la educación ambiental que centra su objetivo en adquirir conciencia para volvernos partícipes en la reducción del impacto que tenemos sobre el planeta.

“Debe existir una colaboración intersectorial entre los diferentes ámbitos y tener una idea general consensuada de lo que deberían contener los programas de educación ambiental”, resaltó.

Esto se debe a que de los años 80 a la fecha ha habido un periodo álgido de programas de educación ambiental, por lo que debe realizarse un censo confiable de cuantas especialidades, diplomados, maestrías y doctorados hay en esta materia en nuestro país.

Reconoció que la educación ambiental no ha llegado a la gente que es más importante que la tenga, por lo que las redes sociales son una herramienta poderosísima, que además fue potenciada durante la pandemia.

“De tener que cerrar los museos nos pasamos a una actividad muy intensa a través de las redes, realmente a mí me sorprendió el número de usuarios, el problema con ello es que tenemos información muchas veces no verificada por lo que depende de la fuente y de quien lo emita”, comentó.

Según datos del Museo de la Ciencias Universum, de la DGDC, tan sólo de marzo a diciembre de 2020, dicha instancia logró 97 millones de visitas virtuales en sus redes sociodigitales, incluida la cuenta de TikTok, abierta en octubre de ese año.

“La educación ambiental ha evolucionado muchísimo, no quiero decir que es un concepto viejo, pero cómo se menciona evoca una parte del problema: el ambiente, y se olvidan las otras partes que son relevantes, como la sostenibilidad, esta idea de que necesitamos encontrar el equilibrio entre la parte ambiental, social y económica”, explicó Domínguez Pérez-Tejada.

Muy pocas personas, mencionó, relacionan la pandemia con los aspectos ambientales, pero efectivamente la pérdida de biodiversidad, la contaminación, el uso indiscriminado de los recursos naturales, el crecimiento demográfico, todo ello tiene que ver con la emergencia sanitaria que vivimos. “La pandemia surge de una situación que se había señalado desde hace mucho, el problema de las enfermedades emergentes, como algunas zoonosis, es decir, los padecimientos que contagian los animales, por lo que todo esto que vemos es resultado de nuestras propias acciones”.

Durante muchos años, dijo, se privilegió el desarrollo económico sin tomar en cuenta a la salud y a la sostenibilidad, y ahora es muy evidente que debemos poner atención en los tres aspectos. La pandemia lo dejó claro.

“No es cierto que se destruirá el planeta, ni que se va a extinguir la vida, lo que ocurrirá es que vamos a generar situaciones cada vez más difíciles para nosotros mismos y nuestras generaciones futuras, vamos a ver de qué somos capaces…”, concluyó.