Presenta Jorge Volpi Una novela criminal
La literatura también permite observar cómo funciona el sistema de justicia, señaló el escritor
Jorge Volpi apareció en el aula donde fraguó su examen recepcional como licenciado en Derecho, ahora como escritor. Es quizá esta jornada la emulación de una lúdica comparecencia. Ha ejercido, con un género literario extraño, una novela documental sin ficción, una historia real, de amor, también policiaca, política, judicial, por lo que tenía todos los elementos para ser contada literariamente sin dejar de ser real.
Así lo hizo durante 504 páginas en Una novela criminal, obra de su autoría, anunciada en los primeros días de 2018, ganadora del XXI Premio Alfaguara de Novela y que trata sobre el caso de los presuntos secuestradores Florence Cassez e Israel Vallarta.
En el Aula Magna Jacinto Pallares de la Facultad de Derecho (FD), y ante Mónica González Contró, abogada general, y Raúl Contreras, director de la FD, Volpi aclaró que la mirada del novelista no es necesariamente la del periodista o la del jurista, debido a que el asunto analizado está lleno de testimonios contradictorios, por lo que la primera cuestión es no inventar nada, excepto aquellas partes “donde me permití especular de lagunas del caso; todo lo demás está basado en testimonios o fuentes.
“Un caso criminal completo puede verse desde una perspectiva literaria que nos ayude a entenderlo mucho mejor que estudiando simplemente manuales de derecho, libros de teoría jurídica o incluso un expediente. Es como si la literatura nos posibilitara observar por medio de esa encarnación única qué lo hace humano, cómo funciona un sistema jurídico, y específicamente un sistema penal”, explicó.
El también coordinador de Difusión Cultural, reveló que desde la banca de la última fila en sus clases de derecho laboral escribió su primera novela. Que trabajó en las procuradurías de justicia local, federal, y en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero al final cruzó la barrera que divide físicamente la Facultad de Derecho con la de Filosofía, para estudiar letras.
“Me duele decirlo, nuestro sistema, éste que me tocó observar detalladamente gracias a la literatura, está mal diseñado en primera instancia, las propias leyes que lo gobiernan están mal trazadas, la culpa es sobre todo de nuestra clase política, que desde la Independencia ha sido incapaz de crear un sistema autónomo y confiable, ahora sólo diseñado para proteger a los poderosos.”
Jorge Volpi, dijo que la tortura en México es una práctica sistemática, hacemos como que no, y una y otra vez lo comprobamos. “Por supuesto que un Estado que no garantiza un sistema de justicia transparente, independiente y confiable es un Estado fallido, así abiertamente, y es terrible decirlo aquí, un Estado en el que cualquiera puede ser víctima de las autoridades en un proceso judicial, sin que haya una garantía clara.
“La mejor manera de empezar una historia es con otra”, inicia Una novela criminal. Así, como presentadores, comentaristas e incluso como personajes del relato, Juan Silva Meza, ministro de la SCJN y Miguel Carbonell del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), coincidieron que es una obra de excepción.
“Tal vez hubiéramos querido que fuera ficción. Uno de los grandes méritos fue haber configurado una denuncia singular, urgida de atención y respuesta, el recuento de una violación al debido proceso”, añadió.
Miguel Carbonell, recordó que Volpi redactaba boletines en el área de Comunicación Social de la SCJN, pero su gran salto fue con En busca de Klingsor. Además de ello, como columnista, “es un crítico implacable de la mediocre clase política que nos gobierna.
“Hoy sabemos y también se lee en la novela que como el caso de Florence Cassez hay muchísimos en este país, plagados de irregularidades, en los que incluso las víctimas mienten y los jueces les creen. Efectivamente: la realidad supera a la ficción.”
Una novela criminal también se presentó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la FES Zaragoza.