Presentan libro del investigador emérito Aurelio de los Reyes

La extensa y minuciosa obra del investigador emérito del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), Aurelio de los Reyes García-Rojas, Crónica literaria de la Revolución mexicana (algo de poesía, algo de novela), cuyo origen es un curso de prerrequisitos para ingresar al doctorado en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras, fue presentado de manera virtual por las escritoras Margo Glantz y Silvia Molina.

En la presentación editorial de la obra, moderada por Angélica Velázquez Guadarrama, directora del IIE, se dio un intercambio de impresiones entre las escritoras, sobre lo que les pareció la obra, y el autor en torno a lo que le llevó a escribirla.

Margo Glantz, profesora emérita de la UNAM, recordó que el autor fue su alumno en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), “me ilustró mucho, porque siendo historiador me ayudaba a entender varias de las novelas del siglo XIX que estaba trabajando, como La hija del judío, y Monja y casada, virgen y mártir, que también menciona en su libro. Son como antecedentes neocolonialistas tan importantes en la época que él trabajó su crónica”.

Además de felicitar al universitario, la escritora le agradeció haberle dedicado el libro y también al escritor Sergio Fernández, “que ya no está con nosotros, pero parece ser, fue quien disparó totalmente la posibilidad de escribir este libro”.

Reconoció que es apabullante el trabajo que Aurelio de los Reyes realiza en esta obra, por la cantidad de libros que consultó para su escritura. Su empeño, consistencia y organización del material me condujeron a conocer y leer autores que no hubiera leído jamás, y que le permitieron organizar una crónica; en realidad no trabaja fundamentalmente el problema literario en sí, sino el documento”.

A la pregunta de Margo Glantz, acerca de cómo decidió trabajar a los autores de su novela y cómo organizó el material contenido en ésta, tan erudita y bien documentada, Aurelio de los Reyes respondió que “el libro se fue generando a sí mismo, a partir de las preguntas que me fui planteando, empecé con Mariano Azuela, el objetivo primordial del texto; luego me hice la pregunta, ¿nada más Mariano Azuela documentó la Revolución mexicana o Julio Sesto, a quien ya conocía? También me interesaba mucho el impacto del cine, y sólo Mariano Azuela lo había recibido para su narrativa. Eso me fue llevando a la investigación y guiando, pero también los cursos de Margo: ella veía exclusivamente lo literario, yo lo histórico”.

Por su parte, la también escritora, Silvia Molina, comentó que al adentrarse en la lectura de Crónica literaria de la Revolución mexicana… “me di cuenta que es varias cosas; es una especie de manual para estudiantes de literatura, sobre todo de literatura mexicana, porque vas desde los antecedentes, a partir del siglo XVI y hasta muy entrado el siglo XX”.

Asimismo, “también me pareció que era un compendio de cultura general, porque tus acotaciones, más que las estructuras de los autores, están ahí; me fijé un poco más en qué es lo que cuentan. En tus comentarios nos das una visión del México de aquella época, del México de los autores. Aprendí más que Margo, ella de esto sabe muchísimo. Me pareció una lectura amena”.

Apuntó que algunos fragmentos, que el propio autor menciona, se centran en escenas cinematográficas, que hacen evidente su pasión por el cine, “describe cómo los autores narran las batallas, los caídos y cosas de la vida cotidiana.

Al repasar la literatura mexicana, para llegar a la Revolución, hace un repaso del romanticismo, de las academias y de Gutiérrez Nájera. “Llamaron mi atención los autores extranjeros que incluyes en el libro, aunque hablan del México de la época, como Julio Sesto, autor español, a quien no conocía, y quien escribió mucho sobre el México que iba viviendo y lo que ocurría a la par, porque en su escritura reprodujo sucesos de ese México contemporáneo que él vino a descubrir”.

Además, prosiguió, el libro de Aurelio de los Reyes es un compendio de lo hecho con anterioridad, “tenemos en una sola obra una visión muy general de tus investigaciones, tus documentos, de la historia de la literatura de la Revolución mexicana”.

El universitario detalló que en su libro sólo se ocupó de los autores cuya obra se difundió en el periodo 1910- 1920, por ello están ausentes algunos escritores connotados de lo que se conoce como novela de la Revolución. Asimismo, considera que esa combinación entre cine y literatura no fue su propósito, “ser mi propio director de cine, creo que es una cosa innata que traigo de firme en las imágenes, pero es algo muy inconsciente”.