Reconocen impacto de Programa de Becas para Personas Refugiadas

En los últimos 10 años se duplicó el número de personas desplazadas por la violencia

Foto: Benjamín Chaires.

El Programa DAFI (Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein) de Becas Universitarias para Personas Refugiadas, financiado por el gobierno alemán, conmemoró su 30 aniversario en la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM.

En la ceremonia, Giovanni Lepri, representante de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en México, recalcó que no hay mejor lugar que la FD de la UNAM para esta celebración. En México, detalló, hay 25 universidades asociadas a este programa, y la gran mayoría de los becarios son estudiantes sobresalientes, con los mejores promedios, y “serán muy buenos profesionales y personas capaces de contribuir a la sociedad y a la nación que podría ser su nuevo país”.

A nivel global, expuso Giovanni Lepri, 37 por ciento de los jóvenes acceden a la educación superior, pero sólo seis por ciento de la juventud refugiada tiene esa oportunidad. Por ello, el compromiso de la ACNUR de seguir en este proceso continúa.

En los últimos 10 años se duplicó el número de personas desplazadas por la violencia, y a últimas fechas se rebasaron los 100 millones debido al conflicto en Ucrania.

Mario Luis Fuentes Alcalá, integrante del Patronato de la UNAM e investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la Universidad, refirió que tenemos un escenario de enormes incertidumbres, sobre todo para quienes buscan un refugio en el que puedan sobrevivir. En este sentido la Universidad de la Nación, por instrucciones de la Rectoría, “ha buscado articular todo lo que tiene, y debemos hacer mucho más”.

La Universidad, resaltó, busca apoyar a jóvenes refugiados para que revaliden sus estudios y sean capaces de comprender la cultura y el idioma, y les acerca su oferta cultural, para hacer un México apropiado en el que puedan tener una vida y ejercer y exigir derechos; no obstante, “nos falta mucho”.

Werner Ciprian Fugel, consejero de Asuntos Científicos y Económicos de la Embajada alemana, dijo que no es sorpresa que DAFI lleve el nombre del famoso físico y Premio Nobel Albert Einstein, ya que él fue un refugiado y tuvo que abandonar su país después de la llegada al poder de los nacionalsocialistas en 1933.

La Iniciativa DAFI es sinónimo de un mejor futuro para los becarios, sus familias y los propios países, que se benefician de las habilidades y cualificaciones de los jóvenes una vez que regresan. Pero también para los países de acogida, como México, que se benefician del compromiso científico de ellos y de los vínculos humanos que perduran después de que regresan a sus naciones de origen.

Andrés Ramírez Silva, coordinador general de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), felicitó a los becarios, estudiantes de excelencia, que muestran con su resiliencia capacidad creativa, estudio y trabajo en condiciones difíciles, y que se puede salir adelante.

La educación es una herramienta estratégica sobre la cual tenemos que insistir, sostuvo. Actualmente, 51 estudiantes refugiados (21 hombres y 30 mujeres), originarios de Venezuela, El Salvador, Honduras, Guatemala, Colombia y Nicaragua, son parte del Programa DAFI en México, y “puede seguir avanzando”. Este es un modelo que se debe continuar, y hay que aplaudir esta intención.

En nombre de los becarios, Raybeli Castellano, de 27 años, relató que vino a México en 2017 sin su familia, que se quedó en Venezuela. “Llegué con sueños, esperanzas, sabía que había ayuda con ACNUR. En 2020 comencé a estudiar negocios internacionales en la UNITEC, pero en 2021 quedé desempleada. Al llegar a ACNUR, busqué esta beca y me la otorgaron; estoy a dos cuatrimestres de terminar. Gracias por esta ayuda, sin ella hubiera pausado mis estudios y mis sueños”.

Sayd Hortúa Medina, de la Facultad de Música de la UNAM, agradeció a ACNUR, COMAR, DAFI y la Universidad Nacional por tener la oportunidad de seguir estudiando. “Cuando estaba en Venezuela me preguntaba qué iba a hacer. Ser refugiado implica un choque cultural y emocional muy fuerte, porque nadie está preparado para dejar en el momento menos esperado su casa y su país. Ahora sostengo que tenemos la obligación de dar la excelencia que se nos requiere”.

Raúl Contreras Bustamante, director de la Facultad de Derecho, recalcó que el programa DAFI constituye un pilar de la estrategia de la ACNUR para lograr que 15 por ciento de la juventud refugiada realice sus estudios de educación superior con miras al 2030. Se trata de una iniciativa con la cual “no tenemos más que simpatizar”, enfatizó.

Los alumnos refugiados en México residen en 18 ciudades en 14 entidades, y estudian carreras universitarias en una veintena de instituciones de educación superior, incluyendo la UNAM.

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