Zaguero y alumno de la UNAM

Ricardo Galindo, un ingeniero del balón

Este año busca avanzar su carrera en esta casa de estudios y a la vez afianzarse con el primer equipo universitario

José Ricardo Galindo Gutiérrez ejemplifica la labor conjunta de la UNAM y el Club Universidad Nacional como forjadores de educación integral. El futbolista lleva a la par el alto rendimiento deportivo, como zaguero central en Pumas, y la educación superior en la carrera de Ingeniería Civil en la Facultad de Ingeniería (FI).

“Siempre he dicho que hay tiempo para todo. Hay que tener prioridades y he sido muy responsable en lo que hago. Trato de llevar las dos cosas a la vez y de buena manera; en el Club siempre me han apoyado en ese aspecto cuando tenemos partido, al igual que en Ingeniería me ayudan a prorrogar la entrega de algunos trabajos o exámenes. Eso me alienta para poder cumplir académicamente”, detalló.

No hay tregua diaria para Ricardo. ¿Qué hace después de entrenar? Estudiar. Y así continúa el círculo. Quizás a la postre planee la construcción de un estadio; lo que sí ha edificado ya es un puente sólido entre la vida académica y la deportiva, y es que entre el Estadio Olímpico Universitario y la FI no hay ni un kilómetro. Este año será un reto para su consolidación.

“Cada día que paso en Pumas es un sueño hecho realidad; disfruto cada jornada como si fuera la primera o la última. Toda mi vida soñé con jugar con el equipo de mis amores, estar aquí es inmenso, y también ser parte de esta casa de estudios es un orgullo.”

Su debut en la primera división profesional ocurrió en el torneo Apertura 2021; a la par recibía escolarización sobre álgebra lineal, cálculo vectorial, ecuaciones diferenciales, estadística aplicada, además de ética profesional, probabilidad, dinámica, temas que de alguna manera proyecta en la cancha.

Le gustaría, resaltó, ejercer como ingeniero, porque el futbol es una carrera corta. “Mis padres, mi hermana, quienes son universitarios, siempre me han inculcado el hecho de no dejar la escuela para tener un plan B, por lo que, si tengo la oportunidad me gustaría en su momento desplegar esos conocimientos profesionales. Ahora estoy cursando materias de diferentes semestres, de séptimo y octavo. Lo que se me complicó fue que durante la pandemia jugué dos años en Pumas Tabasco, porque teníamos partido entre semana, y entre los viajes y los juegos se me enredaba, y trataba de inscribir una o dos materias para sacarlas con la mejor nota”.

Sobre esta doble faceta, sus compañeros futbolistas “quieren saber si está muy difícil, cómo le hago, y cómo voy llevando las materias. Me preguntan cómo es la Universidad, cómo se comportan los maestros, cómo son los alumnos; y a la inversa, cuando estoy en las clases quieren saber cómo es estar con jugadores ya de una categoría muy alta. Para mí es placentero contar esas experiencias y estar en ambos lados”.

Experiencia global

Formado en la Cantera puma, Galindo se integró al club desde niño con la categoría sub-17, y fue parte del programa de bachillerato que implementó el Club Universidad, donde también se ingresa mediante un examen, y con el cual la UNAM apuntala su filosofía formadora e integral de futbolistas.

“Toda la familia por parte de mi madre es puma. Compartí la mayoría de mi niñez con ellos, y también tengo un momento más puntual cuando me enamoré de la Universidad, pues mi hermana entró a la Preparatoria 8 y había ocasiones en que me tenía que llevar a la escuela. Pensaban que era su hijo. Al ver las instalaciones, cómo se vivía el día a día como universitario, me convencí de que la UNAM te da todo: escuela, deporte, cultura, amigos, miles de cosas.”

El universitario disputó su primera final de un torneo internacional en Estados Unidos, en la final de Concachampions contra Seattle Sounders. Mas la experiencia mayúscula se dio el pasado mes de agosto, cuando disputó con Pumas el Trofeo Joan Gamper en Barcelona.

Sobre contar con el multicampéon brasileño Dani Alves en el equipo propio, dijo: “No te cae el veinte al momento, porque tú de niño lo veías por televisión, y notas la magnitud de jugador que es, la competitividad que demuestra entrenamiento tras entrenamiento. Te lo hace ver y te lo contagia”.

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