Se reactivó la operación de la Red Mexicana de Aerobiología

El Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático intensificó el monitoreo; hay 10 estaciones en el Valle de México

María del Carmen Calderón. Foto: Juan Antonio López.

Ante el incremento en las concentraciones de polen en el medio ambiente, que están provocando reacciones alérgicas entre la población, con padecimientos que van desde una dermatitis, irritaciones en ojos y garganta, hasta complicaciones por asma respiratorio, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático reactivó la operación de la Red Mexicana de Aerobiología (REMA) a fin de intensificar el monitoreo de la calidad biológica del aire.

María del Carmen Calderón Ezquerro, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático y coordinadora de la Red Mexicana de Aerobiología, comentó que el proyecto surgió ante la demanda creciente de información sobre la concentración en la atmósfera de aeroalérgenos polínicos y la necesidad de cuantificar de manera oportuna la presencia de los granos de polen dispersos en el medio ambiente tanto de Ciudad de México, como de otros estados de la República mexicana.

La investigadora universitaria explicó que los datos generados por la Red permiten informar a la población en tiempo real, a través de un semáforo semanal, sobre las concentraciones atmosféricas de los diferentes alérgenos relacionados con el polen, cuantificar los riesgos para la salud y los ecosistemas, además de obtener bases de datos suficientes para estimar los posibles efectos del cambio climático sobre la vegetación.

“El polen es una partícula natural y aun cuando en algunos casos suele provocar alergias, de ningún modo puede decirse que es un contaminante; los granos de polen son naturales y entre sus componentes están las proteínas, y para algunas personas que son susceptibles a esas proteínas les genera alguna alteración en su salud. La combinación del polen con otras partículas inorgánicas o partículas contaminantes también pueden provocar alergias mayores o reacciones diferentes.”

Calderón Ezquerro enfatizó que un monitoreo permanente ahora permite identificar la cantidad de polen que estamos respirando por metro cúbico de aire, lo cual se realiza a través de equipos con tecnologías especializadas de avanzada que permiten captar las partículas existentes, registrarlas en una cinta magnética cuyos componentes son llevados a un laboratorio central donde a través de microscopios se analizan y se levanta el registro de cada una de las partículas con base en su estructura y composición.

Como parte del proceso, añadió, investigadores del Instituto de Ciencias de la Atmósfera desarrollaron un programa especial de registro que permite llevar un conteo diario y sistematizar la información, misma que ingresa directamente a la Red donde los datos se pueden consultar de manera abierta en el sitio web de la propia REMA.

Temporada invernal

La Red cuenta con 10 estaciones de monitoreo permanente distribuidos en toda la Zona Metropolitana del Valle de México, similares a las estaciones que miden la contaminación ambiental, además de las estaciones instaladas en los Mochis, Sinaloa y Hermosillo, Sonora, así como dos más que están en puerta para monitorear la calidad biológica del aire en los estados de Puebla y Morelos.

Según los registros más recientes se puede observar que en estos momentos, aún en temporada invernal y contrario a lo que pudiera pensarse, el Valle de México está registrando días de alta polinización, debido a la floración de árboles, por lo que la estación de monitoreo en la zona de Chapultepec presentó un aumento de casi cien por ciento, con respecto al año anterior en tanto que en la estación de Coyoacán el incremento de polen fue de 40 por ciento.

Por su parte Cesar Guerrero, investigador corresponsable de la Red Mexicana de Aerobiología indicó que los mismos datos  han confirmado que las zonas más cercanas a comunidades vegetales abundantes suelen presentar una mayor cantidad de polen, como pueden ser Chapultepec, Tlalpan y Coyoacán, en tanto que los árboles que tienen más actividad de polinización son los fresnos, tuyas, juníperos, encinos y eucaliptos, así como algunos tipos de pinos y pastos.

Chapultepec.

Sugirió que con la información disponible que arroja el sistema, se podría dar un cambio en las políticas de reforestación que se aplican periódicamente para seleccionar plantas menos alergénicas al momento de plantar nuevos árboles, pues en el caso de los fresnos o los encinos pueden verse muy bonitos, pero no se toma en cuenta su alta alergenicidad, los problemas vienen después. La recomendación no es talar o derribar esas especies de árboles, sino utilizar más variedad para reducir la cantidad de emisiones al momento de la polinización.

Los investigadores comentaron que la REMA ha despertado un gran interés entre la comunidad científica del país por lo que uno de los objetivos es lograr que el sistema de medición se pueda extender a nivel nacional y que cada estado del país cuente con al menos una estación de monitoreo.

De igual forma señalaron, se avanza en la actualización y modernización de los equipos con los que se realiza el monitoreo y ahora mismo se encuentra en proceso de validación un nuevo aparato de nivel avanzado que cuenta con un microscopio integrado que captura la imagen y a través de un sistema digital computarizado envía la información a un servidor donde se hace la identificación de los granos de polen y se determinan los niveles de concentración. Estos dispositivos distinguen entre partículas de polen, hongos y microplásticos.

Coyoacán.

Finalmente María del Carmen Calderón comentó que hay importantes acercamientos con las autoridades del gobierno de Ciudad de México con el fin de que la información que arroja el monitoreo de la Red Mexicana de Aerobiología sobre calidad biológica del aire pueda subirse e integrarse al mismo sitio web en el que se informa sobre la calidad de aire y los niveles de contaminación en la zona metropolitana, lo cual representaría un buen nicho para la difusión y de gran utilidad para que mucho más personas puedan consultar los datos en torno a la concentración del polen en el aire que están respirando.

La alergia al polen también conocida como polinosis, es una enfermedad alérgica que va en aumento y afecta aproximadamente entre 15 y 25 por ciento de la población mundial, porcentaje que se incrementa hasta 30 por ciento entre jóvenes y menores de edad.

En Ciudad de México se estima que una de cada cuatro personas es alérgica al polen.

Principales síntomas por alergia al polen:

  • Conjuntivitis: caracterizada por ojos rojos, comezón, lagrimeo e inflamación.
  • Riniorrea: afectaciones en vías respiratorias, mediante comezón en la nariz, estornudos frecuentes, secreción nasal u obstrucción.
  • Asma respiratorio agudo (falta de aire, sensación de ahogo o pecho que silba).
  • Dermatitis o salpullido

Es frecuente que por la temporada invernal la reacción alérgica al polen se confunda con gripe, influenza o alguna otra enfermedad respiratoria, lo cual puede desencadenar un problema más grave, pues medicamente se estaría atacando un padecimiento como si se tratara de alguna bacteria o virus.

Cuando algunos pólenes viajan y las personas susceptibles los respiran, se presentan afectaciones directas en su calidad de vida; es decir, se produce polinosis, antes llamada “fiebre del heno” o “alergia primaveral”, un padecimiento multifactorial.

Aunque muchos pacientes tienen la mayor cantidad de síntomas en invierno y primavera, no se debe olvidar que los pólenes están presentes durante todo el año, aunque sea de diferente especie.

Para las personas sensibles al polen se recomienda mantener cerradas las ventanas durante el día y utilizar medios de protección, como los cubrebocas de alta eficiencia, ya que los granos se quedan atrapados en las fibras de las mascarillas.

En el caso de las personas ya diagnosticadas como alérgicas al polen se sugiere que utilicen medicamentos recetados por un especialista de la salud, preferentemente por un alergólogo certificado, además de que el tratamiento y las recomendaciones deben ser individualizados.

** Guillermo Guidos
Alergólogo asociado a la Red Mexicana de Aerobiología

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