Soy una trabajadora de las palabras: Sandra Cisneros

“Tengo una tenue relación profesional con México, pero una muy cercana en lo familiar y cultural, un cariño especial por toda su cultura, más que cualquier otro miembro de mi familia. Eso es seguro”

Foto: Diana Buendía.

Las obras de Sandra Cisneros, escritas en inglés, están salpicadas de expresiones en español, palabras clave: diablo, ceviche, sombrero, como un negro, dulcería, churro, cariñito, un recuerdo.

Define a su padre como un caballero: “Uso palabras en español porque me refiero a un tiempo distinto, a otra época en la que había una definición muy diferente de lo que significaba ser un hombre. Muchas veces, he de decir la verdad, no pienso en eso, sólo se me sale”.

La autora de Caramelo ha recibido los siguientes reconocimientos: el PEN America Literary Award, la Medalla Nacional a las Artes, el Premio PEN/Nabokov a la Trayectoria Literaria Internacional, entre otros.

Nace una escritora

A los 33 años sufrió una depresión severa. “Estaba desinteresada, me había mudado, cambié de trabajo, luego no podía encontrar uno nuevo. Era un tiempo en el que no me estaba acercando, no conectaba con nadie. No me comunicaba. Extraño porque me gusta mucho compartir, pero en ese momento así me sentía”, cuenta en entrevista con Gaceta UNAM.

Su mayor recuperación fue ganar la beca que otorga el National Endowment for the Arts, “y ese dinero me recordó que era una escritora, no un fracaso como pensaba. Que era muy buena en lo que hacía. Era una trabajadora de las palabras, así que esa beca, que venía de alguien a quien no conocía, me lo recordó”.

Empezó a escribir otra vez, “y salí de mi depresión, además de mis deudas. Pero más que otra cosa me recordó por qué estaba en este planeta, cuál era mi trabajo, que a los 33 años no debía tener dudas, que podía pagar mis deudas y que mi trabajo era reconocido por la academia”.

En su libro El arroyo de la Llorona y otros cuentos describe un barrio mexicano: “Bajamos una cuadra por la avenida, más allá de las luces brillantes de la sastrería del señor Guzmán que todavía está trabajando en su máquina de coser, más allá de la dulcería donde compro mis gelatinas de leche y pasitas, más allá de la tortillería La Providencia adonde cada tarde nos mandan a Luz María y a mí por la canasta de tortillas para la comida”.

Sandra Cisneros vive en México, “mi padre era mexicano y tengo doble ciudadanía. Siempre escuché el español en mi entorno, probablemente mis primeras palabras fueron en español cuando era una niña, porque mi papá no hablaba inglés”.

Siempre soñó con regresar a México cuando era pequeña. “Mi padre tenía una conexión con la Basílica de Guadalupe en el Tepeyac, entonces fui bautizada, hice mi primera comunión, mi confirmación y todo lo demás que te imparten cuando eres un bebé”.

Se siente muy cercana a nuestro país, “tal vez de todos mis hermanos soy la que tenía sentimientos más fuertes. Viví en San Antonio, Texas, por 25 años, entonces eso me permitía viajar mucho de regreso, por decisión, a México. México es una elección en mis libros, aunque se han leído poco y publicado menos en este país. Elena Poniatowska tradujo La casa en mango street, pero se agotó el tiraje y apenas el otoño pasado el volumen se volvió a imprimir”.

Por eso tiene una tenue relación profesional con México, “pero una muy cercana en lo familiar y cultural, un cariño especial por toda su cultura, más que cualquier otro miembro de mi familia. Eso es seguro”.

Autores favoritos

Sus autores mexicanos favoritos son Elena Poniatowska, Elena Garro, Juan Rulfo, “amo a los clásicos. Pero apenas me estoy adentrando con los más jóvenes. Leo a muchos poetas, y especialmente a aquéllos de los pueblos originarios. O mujeres jóvenes, como Zel Cabrera, de Guerrero. He disfrutado mucho de su trabajo. Siento que tengo más en común con autores fuera de Ciudad de México, escritores de las periferias o de comunidades bilingües que con los citadinos, quienes generalmente son los que tienen los reflectores”.

Cisneros participó en la quinta edición de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios, acompañada de Elena Poniatowska, Liliana Valenzuela y Luz Elena Gutiérrez de Velasco.

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