Tricampeonato de Derecho en certamen latinoamericano

La escuadra universitaria ganó también el premio al mejor escrito de contestación de demanda

La Facultad de Derecho ganó, por tercer año consecutivo, el Concurso de Arbitraje Internacional y de Inversión UP-ICC Moot, en el que participan las universidades más importantes de México, así como algunas de países latinoamericanos.

El equipo, integrado por Diego Lozada González, Fernando Rivera Castro, Carlos Damián Romero de la Vega, Brenda Miranda Cárdenas y Sergio Alonso Patiño Reyes, de séptimo y noveno semestre, obtuvo también el premio al mejor escrito de contestación de demanda del propio certamen, convocado por la Universidad Panamericana y por el capítulo mexicano de la Cámara de Comercio Internacional.

Los futuros abogados contaron con el apoyo de Diego Eduardo Berry Pérez, Sebastián Patiño Sánchez y Alejandra del Toro de la Vega, igualmente alumnos de la Facultad, quienes resultaron ganadores del primer sitio de la versión 2020.

En entrevista, los jóvenes explicaron que todos los años compiten de 15 a 20 escuadras y “el tema suele ser un arbitraje comercial internacional, en el cual tenemos que representar a una de las partes y resolver un caso práctico mediante la elaboración de un escrito de demanda, uno de contestación y la representación en audiencias orales durante la fase final del concurso”.

Sergio Alonso Patiño comentó que en esta ocasión el arbitraje versó sobre una compra-venta internacional de robots, un caso ficticio que les permitió adentrarse en los principios del tema.

Berry Pérez dijo que los robots tenían el objetivo de desinfectar hospitales. Una cadena hospitalaria con presencia en el país los adquiere, pero al momento de funcionar emiten olor a azufre y enferman a las personas. Ahí se origina la controversia: el nosocomio pretende rescindir el contrato, pero la empresa tiene otra opinión, y ahí surge el litigio.

En el concurso, los jóvenes representaron a la parte acusadora y a la acusada. “Es muy interesante ponerse en ambas posturas y luego hacer ejercicios de análisis”, agregó Diego Lozada, quien mencionó que detrás del triunfo hay más de seis meses de preparación.

Brenda Miranda reconoció que participar “nos ayudó a conocer mejor el derecho procesal; nos permitió adquirir conocimientos jurídicos y descubrir nuestra pasión por el arbitraje. En lo personal, también me fue útil para cursar materias optativas, porque tiene relación con la clase de contratos mercantiles internacionales”, por ejemplo.

Lozada González añadió que la experiencia fue valiosa, porque no es sólo una formación para la competencia, o aprender para resolver un caso práctico o temas de arbitraje, sino que además “obtuvimos habilidades importantes de investigación y de redacción que nos van a permitir desenvolvernos mejor en el ambiente profesional en un futuro”.

Fernando Rivera refirió: “Nos ayudó a un gran crecimiento personal y profesional. Me tocó ser el orador sustantivo; estaba nervioso, pero sabía que tenía la capacidad, junto con Carlos, de presentar el caso que tanto habíamos estudiado. Estoy muy agradecido de haber participado”.

Romero de la Vega calificó como una aventura haber sido el otro orador. Hubo retos; es algo que requiere compromiso y que genera presión. Se necesita concentración y planeación, pulir la redacción, estudiar párrafo por párrafo, revisar cada fuente. “Es un ejercicio meticuloso y que podría parecer desgastante, pero que es indispensable para hacer bien las cosas. El compromiso y la tendencia hacia la excelencia son algo que pulimos mucho en el concurso”.

Sebastián Patiño Sánchez fue campeón de la competencia en 2020. “Ahora nos dimos a la tarea de asesorar al equipo que salió victorioso en 2021. Esta experiencia tiene que ver con el amor que le tenemos a la Facultad y es parte de entregar un poco de lo que recibimos: conocimiento, experiencias, relaciones personales y profesionales, y esperaría que los campeones de este año sigan la tradición de asesorar al siguiente equipo”.

Foto: Víctor Hugo Sánchez.
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