Necesario legalizar la eutanasia, plantean

Un acto esencialmente compasivo y solidario

“¿No sería mejor formar parte de una sociedad que respeta la libertad de las personas hasta el final?”

Es necesario legalizar la eutanasia, un acto esencialmente compasivo y solidario para ayudar a quien pide dejar de vivir, algo que otro está dispuesto a hacer porque éticamente es lo que tendría que hacerse. Sin embargo, esta acción se toma como si fuera un crimen; eso es algo que está mal y debe modificarse, indicó Asunción Álvarez del Río, académica de las facultades de Medicina y Psicología de la UNAM.

“¿No sería mejor formar parte de una sociedad que respeta la libertad de las personas hasta el final, y respaldar la acción compasiva de ayudar a morir a quien sabe que eso es lo mejor en su situación?”, preguntó la especialista en eutanasia y bioética al ofrecer la conferencia magistral Estado Actual de la Eutanasia en el Mundo.

Como parte de la Semana de la Eutanasia, que organizan el Programa Universitario de Bioética y la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Asunción Álvarez del Río indicó que las naciones donde se permite la eutanasia son los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, España (desde 2021) y Nueva Zelanda. “En todos estos también se consiente el suicidio médicamente asistido”.

Señaló que en Suiza sólo se permite el suicidio asistido, mientras que en Alemania e Italia, por sentencias de la Corte, se ha establecido como inconstitucional la prohibición. “Ese es un avance, aunque no existe claridad en quién puede pedirla, ni quién puede ayudar. Por eso es deseable que una sentencia vaya acompañada de una regulación”.

Asimismo, destacó que son muchos los países donde se está dando la discusión y avances en el tema, y en los que se han propuesto iniciativas. Por ejemplo, en América Latina, Argentina, Uruguay y Chile han hecho proyectos de ley que esperan aprobación. En Europa, específicamente en Portugal, se está a la espera de la sanción del ejecutivo para que también sea posible una ley.

Álvarez del Río puntualizó que en aquellos países donde está permitida legalmente la eutanasia existen diferencias, como el no establecer un tiempo de expectativas de vida para ayudar al paciente, ni que sea terminal. “En Colombia se consiguió quitar este criterio, Canadá recientemente lo cambió. Si se mantiene ese discernimiento de terminalidad podrían dejarse fuera a personas con enfermedades graves con enorme sufrimiento; aunque contarían con más tiempo de vida, parecería una discriminación injustificada”.

Colombia y España determinan que es el médico tratante quien establece el pedido de la eutanasia o el suicidio médicamente asistido, pero un comité interdisciplinario es el que debe aprobar si se cumplen los criterios. “Lo que tiene ventajas y desventajas”, planteó la investigadora universitaria.

Expuso que en los Países Bajos, Bélgica y Colombia se permite la eutanasia a menores, porque se consideraba discriminatorio no incluirlos sólo por la edad, cuando también ellos pueden tener la capacidad de hacer un pedido voluntario.

Precisamente es en los Países Bajos donde más se recurre a la eutanasia, porque allí llevan más tiempo discutiendo este recurso y su población está más familiarizada con esta opción de terminación de vida. En 2019 se aplicaron 6 mil 92 eutanasias, una cifra siempre mucho mayor que el suicidio médicamente asistido, que fueron 245, y 24 combinaciones de ambos procesos.

Del total de fallecimientos en ese año, las muertes médicamente asistidas representaron 4.2 por ciento. Mientras que las enfermedades subyacentes al pedido siguen siendo cáncer –en todos los lugares donde se permite la eutanasia–, seguida de padecimientos neurológicos, cardiovasculares, pulmonares, geriátricos, “incluyendo demencias, aunque cada vez son menos”.

Además, en esa región del mundo, la eutanasia y el suicidio médicamente asistidos se realizan sobre todo en casa, seguido de sitios específicos donde atienden a las personas al final de la vida, y las instituciones para ancianos.

Los temas más controvertidos en los que se permite es cuando son menores, pacientes psiquiátricos y con demencia, lo que preocupa a muchos, o adultos mayores que sin estar tan enfermos consideran que ya acabaron de vivir y quieren tener ayuda para morir bien. Son condiciones relacionadas con la no terminalidad, a excepción de los menores de edad.

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