Urgente, una cultura de respeto medioambiental

Hay que entender el concepto de desarrollo sustentable para lograr un equilibrio económico, social y ecológico

Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, para no ir contra las leyes que rigen el funcionamiento de la parte viva del planeta.

No es posible alcanzar un avance saludable con bienestar sin capital natural; se requiere con urgencia una cultura que incorpore el respeto al medio ambiente y la creación de un código universal de valores al respecto, señalaron los biólogos Julia Carabias Lillo y José Sarukhán Kermez.

Consideraron que si se comprende el significado del concepto de desarrollo sustentable, empezaremos a tener un entendimiento y una mejor cultura de lo que se requiere en cuanto a temas que nos permitan avanzar y alcanzar un equilibrio e interacción entre los aspectos social, económico y ambiental.

Acciones de gran impacto

Al participar en el ciclo de conferencias Hablemos de Cultura 2020-2021, José Sarukhán, exrector de la Universidad Nacional, investigador emérito del Instituto de Ecología de la UNAM e integrante de El Colegio Nacional, dijo que una sociedad debe hacer una serie de transacciones entre el progreso económico, el bienestar social y el mantenimiento de sistemas ecológicos, aunque ello dependerá de cada país.

Puntualizó que no hay forma de superación en una comunidad cuando el capital natural se ha dañado, al extremo de que las opciones de bienestar, desarrollo y crecimiento de una población o de una nación simplemente desaparecen.

De hecho, abundó, ya hay un ejemplo en el planeta: Haití, nación donde el capital natural se ha perdido prácticamente, casi no queda vegetación, y ante ello los fenómenos naturales les afectan enormemente, además de perjudicar su capacidad de resiliencia.

Resaltó la necesidad de que los seres humanos seamos sensibles al impacto al medio ambiente que generan nuestras actividades, nuestro consumismo y alimentación, además de la cantidad de basura, para darnos cuenta realmente de que esas acciones producen emisión de gases de efecto invernadero y acarrean la destrucción de ecosistemas, así como a la contaminación de ríos y mares.

Acentuó que esa cultura ambiental, de capital natural, es el más relevante de los capitales que tenemos: sin él no hay crecimiento económico, de ninguna manera.

La crisis sanitaria que vivimos en el mundo es resultado directo de ese impacto terrible sobre los ecosistemas naturales. Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, y analizar que esas estructuras que hemos desarrollado los humanos van contra las leyes que rigen el funcionamiento de la parte viva del planeta; para ello, se requiere investigación, apegarnos a las formas de mantener nuestra relación de bienestar con la naturaleza y, al mismo tiempo, preservar esos ecosistemas.

Derecho constitucional

Por su parte, Julia Carabias, profesora de la Facultad de Ciencias y doctora honoris causa por la UNAM, indicó que no se puede lograr un desarrollo saludable con bienestar, si hemos destruido la naturaleza, el capital natural, y toca a los economistas hacer un esfuerzo para poder comprender esta situación.

Expuso que sobran razones para argumentar “ya no la necesidad, sino la urgencia absoluta de una cultura que incorpore el respeto al medio ambiente y de crear un código universal de valores en consecuencia”.

La también integrante de El Colegio Nacional comentó que uno de los derechos constitucionales es la garantía a un medio ambiente sano y el Estado está obligado a velar por ello. “Sin embargo, la brecha entre la realidad y sus tendencias en cuanto a la meta aspiracional de un medio ambiente saludable para una vida digna, es inconmensurable, ni siquiera estamos enrutados hacia allá”.

En México, prosiguió, debe apuntalarse la información que genera la ciencia, como la que produce la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, por ejemplo, pero los datos no deben quedarse ahí, sino hacerlos accesibles, sobre todo para que puedan incidir en la toma de decisiones en las políticas públicas.

Por último, opinó que es necesario que los jóvenes sepan discriminar correctamente entre información falsa y aquella sólida y científica. Esto implica un entendimiento, un cambio de conciencia, la construcción de una cultura, lo que conducirá a un proceso de demanda organizativa que reclame el derecho al medio ambiente sano en México, que castigue con su voto cuando eso no se cumpla, que permita que estas organizaciones de la sociedad obliguen a que las agendas nacionales incorporen el tema del medio ambiente con la seriedad que requiere el problema, “estamos en un momento clave”.

El ciclo de conferencias es organizado por Fundación UNAM, El Colegio Nacional y el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) de la UNAM.

En la inauguración estuvieron el director del CEPE, Alberto Vital Díaz; Dionisio Meade, presidente de Fundación UNAM, y Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica e integrante de El Colegio Nacional.

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