Chicago.- México comparte el florecimiento de la cultura maya con países como Guatemala y Honduras, no sólo por el extenso territorio que ocupó esta cultura sino también por el amplio legado que dejó en aspectos como astronomía, matemáticas, agricultura y artes.
Para hablar de esta herencia y en el marco de los festejos por los 15 años de la Sede UNAM-Chicago (Escuela de Extensión Universitaria), Denise Fallena, del Centro de Extensión Oaxaca del Instituto de Investigaciones Estéticas, dictó la conferencia En la Tierra del Quetzal, un Acercamiento a la Diversidad Artística y Cultural de la Cultura Maya, donde analizó el aporte artístico de esta población en el mundo mesoamericano.
Ahí, la museóloga indicó que los mayas vivieron en un territorio extenso y heterogéneo, con una amplia variedad de productos agrícolas y sistemas comerciales, donde las plumas del quetzal se consideraban piezas sagradas y de identidad tribal.
Los mayas de la era preclásica, señaló, ocuparon una zona muy estratégica, pues Mesoamérica era el punto de contacto con Centroamérica. Hablaban protomaya del cual se derivaron 28 lenguas. Su economía se basaba en la explotación de los recursos naturales y de intercambio y era básicamente de guerra, pero nunca se formó un imperio centralista, sino ciudades estado con cierta independencia, con un linaje gobernante.
La académica también mencionó el esplendor de El Mirador y Petén, en Guatemala, donde ya se observan grandes edificios y un desarrollo hidráulico que deja ver una sociedad más compleja.
Asistieron interesados en la cultura prehispánica y académicos, así como estudiantes de importantes instituciones promotoras de la educación del área metropolitana de Chicago.