Otro paciente libre del VIH después de un trasplante de células madre

La noticia dio esperanzas de por fin encontrar un tratamiento contra el VIH, sin embargo, los investigadores advierten que es demasiado temprano para afirmar que su paciente ha sido curado

Nota Paciente de VIH curado con células madre imagen destacada

Entre el 4 y el 7 de marzo se llevó a cabo en la ciudad de Seattle, Washington, la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI, por sus siglas en inglés), en la que se presentaron los resultados de un trasplante de médula ósea en un paciente londinense infectado con el VIH y diagnosticado con linfoma de Hodgkin.

El 5 de marzo, la revista Nature publicó un artículo en el que los autores abordaron el caso de este paciente que aparentemente está libre del virus después de recibir un trasplante de células madre hematopoyéticas para tratar el linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer en el sistema linfático. Este paciente es la segunda persona de la que se ha informado que está libre del virus usando este método.

El equipo de investigadores, dirigido por Ravindra K. Gupta, infectólogo de la University College, de Londres, Inglaterra, encontró que después del trasplante el virus había desaparecido de la sangre del enfermo. Dieciséis meses más tarde el paciente dejó de tomar sus medicamentos antirretrovirales, y 18 meses después de dejar los medicamentos no se encontraron señales del virus en su sangre. Hasta ahora, ésta es la remisión del VIH más prolongada desde el Paciente de Berlín.

Este caso hizo que surgieran esperanzas de que por fin se hubiera encontrado un tratamiento efectivo contra el VIH, sin embargo, en su artículo los investigadores advierten que es demasiado temprano para afirmar que su paciente ha sido curado, que esto sólo se podría afirmar si su sangre permaneciera sin el virus durante más tiempo.

El Paciente Berlín

La técnica del trasplante de células madre fue utilizada por primera vez en Timothy Ray Brown, conocido como Paciente Berlín, quien aún está libre del virus.

En noviembre de 2008, médicos alemanes anunciaron que un varón infectado con el VIH, quien también tenía leucemia mieloide aguda, había sido curado del virus y de la leucemia después de recibir dos trasplantes de células madre hematopoyéticas.

Antes de los trasplantes, como el paciente no respondía adecuadamente a la quimioterapia contra la leucemia, los investigadores buscaron en el registro de donadores de Alemania un donador de médula ósea que fuera compatible con su paciente. El elegido era portador de una mutación en el gene CCR5, el cual codifica un receptor que el VIH utiliza para invadir las células T CD4.

Gracias a la mutación, este gene carece del receptor CCR5 lo que permitiría al receptor del trasplante ser menos susceptible a la infección del VIH. En febrero de 2007 se llevó a cabo el trasplante de médula ósea. Como la leucemia no mejoraba, el enfermo fue sometido a otro trasplante de células madre, después del cual la leucemia desapareció y el VIH fue indetectable.

Después de cada trasplante, Brown recibió radioterapia, por lo cual no está claro cuál de los trasplantes o parámetros del paciente contribuyó a la remisión del VIH a largo plazo.

Hasta hoy el segundo paciente en recibir un trasplante de células madre está mostrando una respuesta similar a la de Brown. “Aunque a 18 meses de la interrupción del tratamiento es prematuro concluir que este paciente ha sido curado, los datos sugieren que un trasplante de células madre con una mutación en las células del donador sería suficiente para lograr la remisión del VIH-1 sin utilizar radioterapia; los nuevos hallazgos apoyan el desarrollo de estrategias para la remisión del VIH que eviten la expresión del CCR5”, finalizó el artículo aparecido en Nature.

“Cuando se dieron a conocer los resultados del Paciente Berlín, se ignoraba si el tratamiento se pudiera replicar porque no sabían cuáles de una serie de factores lo habían hecho posible, porque había recibido radioterapia, tratamientos contra la leucemia, dos trasplantes de médula, es decir, no sólo estaba la mutación en el gene CCR5. Son muchos factores que debemos considerar para saber qué contribuyó a la remisión del VIH”, dijo Noris Pavia Ruz, jefa de la Clínica para niños con VIH-SIDA de la UNAM-Hospital General de México. “Además, es muy riesgoso hacer los trasplantes en estas condiciones”.

Segundo paciente con trasplante de médula osea

“El segundo paciente con una remisión prolongada del VIH es del grupo del doctor Gupta, a quien se le diagnosticó con VIH en el 2003. Aunque se le inició el tratamiento contra el virus, en el 2012 se le diagnosticó un linfoma de Hodgkin, al que empezaron a manejar pero no respondía al tratamiento”.

En el 2016 se le hace un trasplante de medula ósea, cuyo donador también tiene una mutación en el CCR5, “lo cual es muy raro encontrar en la población general”, dice la también Infectóloga pediatra y profesora de la UNAM.

Después de 16 meses, se le suspende el manejo antirretroviral y sólo le detectan una copia del virus. “Prácticamente está indetectable, y esto fue importante porque entonces el Paciente Berlín no fue un caso al azar, sino que se está replicando en el Paciente Londres; la diferencia entre uno y otro es que éste no recibió radioterapia”.

Estos casos hablan de posibilidades para el futuro si los investigadores siguen trabajando en la proteína CCR5, modificando células madre, dice la académica puma; pero también hay otras áreas en la que se está trabajando, desde eliminar reservorios del virus, diseño de vacunas terapéuticas, convertir las células resistentes al VIH. Son varias estrategias en las que se está trabajando en los laboratorios del mundo. “Estos son los primeros avances y hay que esperar más resultados”.

“Es importante mencionar que los trasplantes de células madre no fueron una indicación contra el VIH, sino una indicación de los oncólogos contra la leucemia mieloide, en el primer paciente, y contra el linfoma de Hodgkin, en el segundo; dos tipos de cáncer que estaban cursando concomitantemente con el VIH. Además, el paciente del linfoma de Hodgkin no requirió radioterapia, en cambio el primero, con leucemia mieloide, sí”, finalizó la académica universitaria.

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