Diálogo para combatir la exclusión en el arte

Los creadores compartieron experiencias y recorridos en el campo artístico, en el seminario De la Inclusión a la Interpelación


Los creadores Alberto Lomnitz, Tim Wheeler y Adiós al futuro (Mónica Selene González) compartieron sus experiencias y recorrido en el campo artístico escénico como vías para combatir la exclusión, durante una transmisión en vivo del seminario De la Inclusión a la Interpelación: Escena, Discapacidad y Política.

Lomnitz, director de escena, dramaturgo y actor, fue fundador en la década de 1990 de la compañía Seña y Verbo: teatro de sordos, precursora en el campo del arte y la discapacidad en México y América Latina. Refirió que su objetivo principal era promover la lengua y la cultura de los sordos mediante piezas de teatro originales, cursos, asesorías y talleres. Todos sus montajes son para sordos y oyentes, los diálogos están en lengua de señas mexicana, y en ellas participan actores vocales que interpretan lo que se dice en escena, o bien llevan subtítulos en español. Son obras inclusivas o que interpelan.

La compañía no nace a pesar de la sordera, sino a partir de ésta. Su teatro expone una depurada técnica de sincronía entre señas y voz frente a actores sordos y actores vocales (oyentes). El uso de la pantomima de señas es un elemento característico de sus montajes, lo que les exige precisión gestual y corporal.

Lomnitz dijo que las diferentes producciones de Seña y Verbo, agrupación dirigida actualmente por Eduardo Domínguez, bien han valido la pena, pero que en general la gente está más dispuesta a dar un donativo que ir a ver la obra en cartelera. Desde su punto de vista, hay un prejuicio asistencialista hacia la discapacidad, lo que lleva a muchos a considerar el proyecto como una actividad loable; sin embargo, muestran escaso interés por la propuesta artística.

Tim Wheeler.

Valor estético

Tim Wheeler, creador teatral, consultor artístico y profesor en el Reino Unido, trabajó en su juventud en una casa hogar para personas con discapacidad, fue ahí donde nació su interés por usar el arte como algo terapéutico. Luego las circunstancias de la vida lo llevarían a colaborar en un hospital psiquiátrico, donde se acercó a pacientes con discapacidad del aprendizaje.

Él no se contenta con sólo la intervención artística, se aboca a investigar experiencias de las personas con discapacidad para luego representar sus historias en el escenario y que los espectadores vean esto como algo artístico, no terapéutico ni recreativo, sino para que, sobre todo, aprecien el valor estético de la pieza. Su propósito es compartir con otros la maravilla de ver el mundo con otros ojos. Para él es algo único la forma en que las personas con discapacidades del aprendizaje experimentan el mundo, lo que les da una visión fresca y nuevas perspectivas. “Ellos reflejan una cultura que construyen de sí mismos. Son hacedores de sentido”, dijo.

Por su parte, la artista intersexual autodenominada Adiós al futuro, especializada en el diseño de iluminación y visuales para espectáculos escénicos, lamentó que en Guadalajara, Jalisco, donde reside, esté muy arraigada la homofobia; por esta misma actitud generalizada es que no deja de involucrarse en proyectos escénicos y audiovisuales que visibilicen a los intersexuales. También apuntó cómo su interés por acercarse a los discapacitados, en particular a los ciegos, modificó sustancialmente su percepción del mundo, y esto le permitió desarrollar procesos creativos orientados hacia lo social, a la vez que experimentar un impacto real entre dicha comunidad.

El seminario, que continúa hasta el 8 marzo, está organizado por la Unidad Académica de Cultura UNAM, la Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman en Cine y Teatro, Teatro UNAM, el British Council, 17, Instituto de Estudios Críticos y Kim Simpson de Take Me Somewhere. Toda la información en teatrounam.com.mx.

Alberto Lomnitz y Adiós al futuro. Fotos: Cátedra Ingmar Bergman.
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