Al borde de algo, creación escénica y con nuevos lenguajes

La DAJU se presenta por primera vez en un teatro: usualmente sus puestas en escena son al aire libre

Foto: cortesía Nicolás Poggi.
Al borde de algo –una propuesta donde el teatro, la danza y lo audiovisual se mezclan para ofrecer al público una experiencia diferente que lo invita a explorar la creación escénica y los nuevos lenguajes– será uno de los últimos trabajos de la coreógrafa Andrea Chirinos, quien ha estado al frente de la Compañía Juvenil de Danza Contemporánea (DAJU) desde su fundación en agosto de 2018.

Para Andrea Chirinos esta pieza tiene una sensación de festejo y satisfacción, así como de una despedida alegre, ya que su ciclo y el de la segunda generación de la DAJU están por cerrarse después de haber trabajado juntos durante tres años; además, es especial porque será la primera vez que la compañía estará en un teatro, ya que normalmente hacen presentaciones al aire libre en planteles de los diferentes niveles educativos de la UNAM.

Investigación y experimentación como método de creación de la danza contemporánea son las premisas sobre las que se ha esforzado Chirinos con la compañía. “Dirigir a la DAJU ha sido una parte muy importante en mi carrera; he trabajado muchos años con jóvenes y creando espacios para ellos, pero no había tenido la experiencia de estar al frente de una compañía que perteneciera a la Universidad, con un público universitario“, comentó.

“El estar al mando también me permitió ver a tanta gente que viene y trata de entrar, por lo que te das cuenta que faltan espacios como éste por toda la República mexicana, que hagan posible que de los jóvenes vivan la experiencia de estar en procesos coreográficos, de entrenar, de tener un apoyo; es como un pequeño prototipo que ojalá crezca porque siento que sí les ayuda a saber que ellos mismos tienen valor como artistas.”

Al borde de algo transporta al espectador a un lugar paralelo basado en el espacio escultórico, donde la compañía está atrapada en una especie de noche tenebrosa; un monstruo los acecha y los envía a esta otra realidad, a la cual viajan de ida y vuelta, manteniéndose en algo así como el limbo. La tensión y el suspenso encuentran un equilibrio gracias a ciertos toques de comicidad, movimiento enérgico y productos visuales.

Para este proyecto se convocó al coreógrafo argentino Nicolás Poggi, quien anteriormente ya había trabajado con la DAJU bajo la dirección proartística de Chirinos. Poggi propone a partir de la improvisación y del material que los bailarines ofrecen; se encarga de guiarlos para alcanzar la estética deseada, ya que la autenticidad en sus movimientos le interesa más que simplemente marcar una coreografía. Andrea y Nicolás tienen una amistad intelectual con un código de trabajo similar, enfocado hacia lo teatral, lo que les permite un entendimiento adecuado para juntar sus ideas a la hora de crear.

“A mí me interesó trabajar con Nico porque tiene una parte física muy importante, que conecta muy bien con los jóvenes, los invita a arriesgarse, corren, se cargan y juegan, y esa fisicalidad de Poggi a ellos les gusta mucho”, comentó Andrea Chirinos.

Tanto Nicolás como Andrea esperan que el público viva una experiencia en distintos formatos y lenguajes, así como tener la posibilidad de atravesar los diferentes sentimientos y sensaciones que el espectáculo les ofrece. “Que se diviertan y que a la vez puedan tener esa capacidad de decir que es gracioso, pero también muy acrobático, es muy físico y muy visual. Que se lleven alegría y no algo enroscado de pensamiento”, dijo Poggi.

El último trabajo de Andrea con la DAJU será una presentación en colaboración con el INAH en el Centro Cultural de España en México, el 27 de marzo. Después de eso, planea seguir con su carrera artística, dirigiendo a otros grupos de baile y darse un tiempo para terminar su tesis de doctorado.

Al borde de algo se presentará los días 16, 17 y 18 de febrero en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario de la UNAM.

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