Con una buena escritura, cualquier tema es soportable: Vivian Gornick

Foto: Barry Domínguez.
Además de ser una feminista combativa y una destacada activista de los derechos de la mujer, Vivian Gornick es una persona amable y divertida. La escritora, periodista y académica estadunidense sostuvo en la UNAM un diálogo con estudiantes y jóvenes que la han leído, y quienes le hicieron patente su admiración.

“¿Es ese un bebé?”, preguntó sorprendida al descubrir entre el público a una pequeña de meses. “Va a recordar todo lo que estoy diciendo, y tú vas a ser la responsable”, le advirtió a la joven que la cargaba en brazos, provocando una sonora carcajada de los asistentes. Un comentario lleno de simbolismo lanzando mientras hablaba de la influencia que tuvo en su vida y su carrera de escritora su madre, figura protagónica de su aclamado libro de memorias Apegos feroces (1987).

En el marco de la cuarta edición de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni), el encuentro con Gornick fue guiado por la escritora Jazmina Barrera, quien para abrir la conversación le preguntó por sus gustos y costumbres lectoras.

De niña, relató Gornick, se le hizo costumbre leer varias veces, de manera obsesiva, las historias que la apasionan. “La lectura es un placer totalmente puro. Es muy misteriosa la forma en que logramos disfrutar un libro una y otra vez”.

Desde entonces le gustan, incluso, las variaciones de una misma historia, ya que también encuentra placer en las diferencias. “De niña coleccionaba versiones de La bella durmiente”.

Dijo que no recuerda libros que en su infancia o en la adolescencia la hayan hecho sufrir por su crudeza, lo cual usa como parámetro para hablar de calidad literaria. “Como muchos niños, yo era un poco salvaje, y entre más salvaje era el libro, más lo disfrutaba; entre más cosas le pasaran a los niños, más sangre, si eran envenenados, eso me emocionaba en lugar de repelerlos. Nunca he sufrido por algún libro. Esa es una medida de si la escritura es buena o no, porque cuando tenemos enfrente una buena narración, podemos leer sobre depresión, crueldad, asesinatos, violaciones o cualquier cosa. Es la cuestión con la buena escritura, que todo se vuelve soportable”.

Gornick considera que un libro es una compañía apropiada si cada vez que abre sus páginas descubre algo diferente: “Cuando escribí Cuentas pendientes (2020), que es una obra en la que cada capítulo se trata de releer un libro en particular, me asombraba de las cosas nuevas que descubría en cada uno; eso hizo que me diera cuenta de cuál es la verdadera relación entre un lector y un libro. Por eso los buenos libros se leen una y otra vez… puedo volver a leerlos y siempre obtengo algo nuevo”.

Sin embargo, aclaró, esta pasión por la relectura no la aplica a su propia obra. No había leído de nuevo sus textos publicados hace 30 años sino hasta hace poco, cuando participó en un proyecto de audiolibros con su voz. “Los empecé a leer y dije: hey, esto está bastante bueno”, bromeó, para inmediatamente puntualizar: “Pensé: ya no podría escribir esto ahora, ya no tengo la energía emocional para ello. Eso es algo interesante de descubrir: hay asuntos que eres capaz de escribir dependiendo de las diferentes edades, y es que ya no puedes volver a poner juntas las cosas como lo hacías antes, el tiempo lo es todo”.

A pregunta expresa, Gornick se manifestó en contra de la tan vigente costumbre de la cancelación: “Este es un desarrollo de nuestra cultura actual que es inaceptable. Nada debería estar censurado ni ser cancelado”.

Y como una destacada activista de los derechos de las mujeres desde los años 70 del siglo pasado, se le pidió una opinión sobre la reciente revocación del fallo que protegía el aborto a nivel federal en Estados Unidos: “Como feminista creía que el derecho constitucional al aborto nunca sería cancelado, así que el hecho de que lo reviertan 50 años después es un shock terrible para todo el país”.

La situación es consecuencia de la administración ultraconservadora de Donald Trump, explicó, y sin embargo sabe que no será una derrota definitiva ni irreversible ya que, dijo, fue sorprendentemente rápida la reacción de las fuerzas democráticas que salieron a criticar la decisión de la Suprema Corte. “Eso me da una gran esperanza, es como en los viejos tiempos de lucha. En este momento tenemos muchos aliados inesperados, hombres que están respaldando nuestra posición”.

Para finalizar el encuentro, una sonriente Vivian Gornick platicó con sus lectoras y lectores mientras les firmaba ejemplares de su obra.

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