Cráter submarino, zona de confort para tiburones martillo y sedoso

El escape de magma en el fondo de los océanos propicia temperaturas cálidas y la aparición de cadenas tróficas que utilizan algunas especies, incluidos tiburones, como zonas de alimentación

En 2015, una expedición a un volcán submarino en las Islas Salomón reveló que dentro de un cráter era habitual observar como residentes tiburones martillo y tiburones sedosos.

También en la Lengua del Océano (profunda fosa oceánica) en las Islas Bahamas, ha habido avistamientos de inmersiones anormales para el común de los escualos.

Sin embargo, para el doctor Píndaro Díaz, de la UNAM, que tiburones ronden en un cráter marino “no es sorprendente”. Para esas especies y oros peces pelágicos puede representar “una zona de confort”.

Las especies pelágicas habitan naturalmente en la columna de agua, en un rango de 100 a 400 metros, apunta el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL).

Mayores profundidades, por las bajas temperaturas, son inadecuadas para los tiburones. La fosa de mar más profunda reportada, con 11 mil metros, está en las Islas Marianas; la Lengua de Océano de las Bahamas, a unos mil 800 metros, y los cráteres submarinos por lo general abajo de dos mil metros de profundidad.

El marcado y monitoreo satelital de especies en el fondo de la Lengua del Océano de las Bahamas, hogar de especies de tiburones endémicos que habitan la “superficie”, indica que pasan buen tiempo a profundidades de 300 a 600 metros, lo que “es increíble” para Austin Gallanger, de Beneath Weaves, organización dedicada a la conservación de tiburones y sus hábitats.

Parece “increíble” porque, comenta el doctor Díaz, a diferencia de otros peces, los tiburones carecen de vejiga natatoria, por eso son capaces de realizar inmersiones a profundidades de unos 300 metros o más.

La vejiga natatoria, explica, es una estructura que poseen por lo general los peces óseos. Al estar llenas de aire, les permite a estos flotar. Si un tiburón carece de esa vejiga le es relativamente fácil moverse en la columna de agua.

Por eso en 2015 llamó las atención el avistamiento de dos especies de tiburón en un cráter de volcán submarino, ya que naturalmente son peces que generalmente viven en aguas medias o superficiales.

Sin embargo, dice el investigador del ICMyL, hay especies de tiburón martillo y de tiburón sedoso que realizan inmersiones de hasta mil metros en busca de alimento. Los martillo, por ejemplo, se alimentan de otros peces, tiburones más pequeños y sobre todo de calamares.

“No hay nada sorprendente, porque esos movimientos verticales son habituales”. Especialmente en zonas de montañas marinas o fosas profundas.

Un estudio estadounidense, agrega Díaz, que incluyó el marcaje satelital de un grupo de tiburones en la zona de Los Cabos, Baja California Sur, mostró una migración vertical hacia montañas marinas de la zona, cuyos campos electromagnéticos les permiten orientarse en sus migraciones.

—¿Y por qué pueden estar en un cráter marino donde la composición del agua es diferente a la de su entorno?

Es como una zona de confort. En los volcanes marinos hay escape de magma que propicia temperaturas cálidas y se desarrollan zonas de alta productividad donde encuentran abundante alimento.

Para esas especies de tiburón martillo y sedoso, como podrían ser otras especies, son zonas más de descanso. “Toman un respiro para regresar a la superficie”. No son propiamente su hábitat.

—En la Lengua de Océano de las Bahamas se observó un tiburón de siete branquias. ¿Qué importancia tiene ese órgano?

Evolutivamente, es un carácter ancestral. Las mayoría de tiburones modernos presentan cinco branquias, seis y algunos siete como el de las Bahamas.

Pero ese tiburón de siete branquias no es una quimera o un fósil viviente. Tiene distribución cosmopolita. Abunda en casi todos los océanos. En aguas templadas y cálidas. Naturalmente habita entre los 100 y 450 metros de profundidad.

El de las Bahamas fue observado a una profundidad de 700 metros y a 9 grados, variables inusuales para este tipo de tiburón de siete branquias.

Las branquias son órganos que les permiten respirar bajo el agua. Que tenga siete o menos, se desconoce si les da mayor capacidad de respiración, pues no hay estudios sobre esto en tiburones.

Quizá, y es una especulación de Díaz, le permita inmersiones profundas con poca disponibilidad de oxígeno, donde esa branquia si tiene una función adaptativa.

—Conocer su comportamiento ¿en qué ayuda a la conservación de los tiburones y sus hábitat?

La propuesta original del estudio, donde participó Brennan Phillips (Universidad de Rhode Island) con su sistema de video submarino, fue comparar la biodiversidad de especies que hay en ese cráter marino con las aledañas de las Bahamas, donde se registra una alta biodiversidad.
Los investigadores quisieron saber si el tiburón era resiliente o tenía alguna preferencia por la profundidad. Si se alimentaba ahí. Pero solo lograron observarlo, “durante un tiempo moderado”, registrando un comportamiento normal alrededor del dispositivo que montaron. Posiblemente sea un sitio que habitan de manera usual.

A diferencia, otras especies martillo, incluso otros pelágicos como el atún, hacen inmersiones profundas, pero como no soportan las bajas temperaturas, suben inmediatamente.

Finalmente, Píndaro Díaz apunta que conocer los hábitos y distribución de una especie aporta información para dar prioridad en la protección y conservación de las zonas donde pasan mayor tiempo, se alimentan y se reproducen. Se asegura así que la progenie posteriormente se incorporará a la población de tiburones adultos.

También podría gustarte