Los actuales patrones de desarrollo económico y social son insostenibles

Es necesario identificar nuevas opciones para lograr rutas bajo esquemas que no agoten los recursos naturales: Marcela Amaro, directora del Instituto de Investigaciones Sociales

El mundo está en un momento crítico y los actuales patrones de desarrollo económico y social ya no son sostenibles a largo plazo, por lo que es necesario identificar nuevas opciones para lograr rutas de crecimiento bajo esquemas que no agoten los recursos naturales, afirmó la directora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Marcela Amaro Rosales.

Durante la inauguración del Coloquio Políticas públicas y el desarrollo sostenible, organizado por la Facultad de Ciencias y el Centro de Investigación sobre el Cambio Global de la UNAM, Amaro Rosales advirtió que si las economías emergentes siguen en la misma senda de las industrializadas maduras, se podría enfrentar una explosión sin precedentes en el uso antropogénico de recursos en el mundo.

Señaló que agencias internacionales, gobiernos y diversos actores han expresado preocupación ante los modelos de desarrollo productivo, aún dominados por el uso y la explotación de recursos fósiles, los cuales han demostrado tener un significativo impacto negativo en el ambiente.

“Esta situación pone en riesgo el funcionamiento de los ecosistemas y, por ende, los sistemas de soporte de vida, incluyendo la atmósfera, los océanos, los bosques, así como la biodiversidad.”

Amaro Rosales apuntó que el concepto de desarrollo sostenible se ha ido posicionando en la discusión pública, consolidándose en las agendas políticas, económicas y sociales internacionales; sin embargo, todavía falta mucho por hacer.

Por su parte el director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Armando Sánchez Vargas, puntualizó que en la generación de conocimiento sobre el cambio global y la sustentabilidad es imprescindible generar ideas frescas para poder enfrentar los retos que en el ámbito global enfrentaremos, sobre todo en los contextos de los cambios climático y sociales muy bruscos que estamos teniendo en la actualidad.

“Desde los espacios académicos y de investigación se pueden generar nuevos lineamientos acerca de cómo atender la agenda de la transformación mundial para definir políticas públicas, económicas y sociales que permitan generar un mejor bienestar de las poblaciones, no sólo en México, sino en América Latina y otros continentes.”

Inversiones y políticas más eficientes

En su oportunidad el director de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Víctor Manuel Velázquez Aguilar, consideró que para que una estrategia encaminada a impulsar un desarrollo sostenible funcione, necesariamente tiene que ir respaldada por inversiones y políticas públicas más eficientes.

Enfatizó que desde el área científica del conocimiento ya se tiene cierta claridad de las tareas por realizar para impulsar una estrategia sostenible en el ámbito alimenticio o de la conservación.

No obstante, aseveró, falta lograr esa convergencia entre las políticas públicas que dictan los gobiernos, con las propuestas que surgen desde la academia y la investigación.

“Tenemos que encontrar esa convergencia para llegar a la congruencia sobre qué es lo que haremos para contribuir de la mejor manera a consolidar los proyectos de desarrollo sostenible que estamos proponiendo; evidentemente como en la mayoría de las problemáticas, lo que se necesita es inversión.”

Añadió que se tiene que garantizar que toda inversión dirigida a disminuir los efectos del cambio global sea saludable y, para ello, tendría que dirigirse precisamente a los proyectos más viables que se están proponiendo desde el ámbito científico, y con ello alcanzar una horizontalidad en el trabajo y colaboración de todos los sectores.

La voz de las humanidades

Finalmente, el coordinador del Centro de Investigación sobre el Cambio Global, Francisco Javier Álvarez Sánchez, subrayó que en la discusión de estos temas, que son de gran trascendencia para el futuro de la humanidad, es importante incentivar y promover una participación interdisciplinaria, en la que además de los científicos se puedan incorporar las voces y las opiniones de expertos desde las disciplinas económicas y sociales.

“Es necesario mantener un debate abierto y plural en torno a las consecuencias que está generando el cambio global para identificar qué tan vulnerables somos, qué acciones urgentes se tienen que tomar y hacia dónde hay que centrar la formación de recursos humanos”, concluyó.

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