Cuidar y cuidarse, aportes a la sociedad

Tiene impacto en términos del tiempo libre, con la familia y para el esparcimiento

Lo necesitamos desde que nacemos hasta que morimos

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, los cuidados son acciones destinadas a satisfacer las necesidades propias o de otras personas, ya sea en términos económicos, morales e incluso emocionales. Incluyen la provisión de bienes esenciales para la vida y la transmisión de conocimientos, valores sociales y prácticas.

Si bien el cuidado es un concepto muy arraigado a la vida cotidiana, esa gestión habitual del bienestar, propio y ajeno, se presenta con complejidades cuando se plantea como política universitaria, porque no reconocemos la importancia de éstos incluso en la vida propia.

A decir de Luz María Galindo Vilchis, docente e investigadora de las facultades de Ciencias Políticas y Sociales y de Estudios Superiores Aragón, es importante darnos cuenta de que necesitamos cuidados desde que nacemos hasta que morimos, y que se trata de un asunto de ir y venir.

“Yo los necesito, pero también los doy. Es tan constante y cotidiano que no lo notamos, pocas veces nos damos oportunidad de pensar si estoy bien o no, y cuando nos preguntan cómo estamos, contestamos en automático. No nos permitimos reflexionarlo y esto sucede a diferentes niveles: no lo hacemos en el hogar, ni en la comunidad, ni a nivel de Estado; aunque haya iniciativas como el Sistema Nacional de Cuidados que está detenida en la Cámara de Diputados.”

Aprendizajes de pandemia

Desde los feminismos se ha hablado del tema al menos a partir de los años 70; sin embargo, según Galindo Vilchis, la pandemia por Covid-19 llegó para mostrar de una forma exacerbada el cómo nos cuidamos u omitimos hacerlo.

En el contexto de la UNAM, de acuerdo con la especialista, la comunidad universitaria trató de hacer una cohesión social, poniendo en el centro la diversidad de condiciones y necesidades de toda la población, desde cómo ejercemos nuestro derecho a la educación hasta el de los cuidados. En ese sentido, “esa crisis sanitaria visibilizó lo que faltaba y nos convocó como colectividad”, puntualizó.

Para la académica, la pandemia nos muestra que hay que replantearnos las formas de construcción de enseñanza y del proceso de aprendizaje del alumnado. Es necesario recuperar las experiencias que tuvimos y las dificultades que enfrentamos; algunas personas por ser jóvenes y tener que cuidar y trabajar, y otras que quizá por ser mayores no tuvieron acceso a la tecnología.

“Hay un área de oportunidad para sumar en la construcción de la finalidad de la Universidad, es decir, crear sociedades donde las personas seamos más justas e igualitarias, y hay otra en observar todos esos los matices que la pandemia nos mostró.”

En ese sentido, recalcó la importancia de replantear la forma de estudiar y de trabajar, a partir de modelos híbridos que permitan considerar los cuidados: “quizá tardemos más y una carrera de cinco años se termine en ocho, pero al brindar cuidados y cuidarme estoy aportando a mi sociedad”.

¿Es posible una evaluación?

Para la especialista, tendríamos que replantearnos las formas de evaluar, porque si consideramos que cuidar aporta al producto interno bruto de los países, y que esto es muy importante, entonces: ¿cómo evaluar que se cuida?

“Esto quizás es una utopía, pero podría considerarse cuidar como parte de la productividad que se evalúa. Si transformamos la forma de evaluar, se podría dar pauta para que aquellos que no cuidan consideren hacerlo. Es decir, no solamente visibilizar que escribí 10 artículos, sino que atender a mi familia y amistades, porque al cuidar aporto”, apuntó.

En entrevista, Galindo Vilchis resaltó el impacto de cuidar y de cuidarnos en términos del tiempo libre, del que destinamos a la familia y el esparcimiento. Los cuidados de nuestros afectos, salud mental y de la comunidad. Se trata de un replanteamiento de lo que consideramos evaluación, que no sea solamente cuantitativa sino cualitativa.

Es necesario plantear horarios diferenciados o escalonados, y trabajar por objetivos: “esto me parece que transformaría nuestras realidades de diversas formas”, señaló.

Finalmente, recalcó que la pandemia mostró la importancia de las redes universitarias y de crear espacios dentro de nuestra casa de estudios para los cuidados y la recreación. Por ejemplo, la implementación de guarderías dentro de las facultades facilitaría los intercambios entre la comunidad en general, la de adentro y la de afuera. “Porque precisamente los cuidados son en beneficio de todas las personas y todas las especies, para vivir con empatía y mejor. Vivir se trata de hacer utopías.”

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