Documental-performance sobre la exclusión social

Monólogo de Samuel Beckett protagonizado por la actriz y activista inglesa Jess Thom; describe la discapacidad en las artes

Foto: Teatro UNAM.

Teatro UNAM y la Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman en Cine y Teatro transmitieron el documental Me, my mouth and I, protagonizado por la actriz y activista inglesa Jess Thom, quien padece síndrome de Tourette. En 60 minutos la artista conduce a la audiencia por un divertido e impredecible viaje de descubrimiento de una de las dramaturgias más complejas de Samuel Beckett, mientras se prepara para interpretar su papel en esta breve obra teatral que dura 12 minutos. A la vez, pide que reconsideremos radicalmente las cuestiones de la discapacidad, la representación y la exclusión social.

Esta pieza, entre documental y performance, plantea la descripción de la discapacidad en las artes y la exclusión de las personas discapacitadas, como productores culturales y creativos. En su interpretación, Jess Thom se aparta de la reverencia que rodea el trabajo de Beckett y lo hace accesible para todos, al mismo tiempo que genera preguntas. De ella se ha dicho que es una artista para quien “la autocompasión no es parte de su maquillaje, y que nos permite sonreír y reír sin sentirnos culpables, lo que viene a ser su regalo supremamente gentil para el mundo”.

Ruptura lingüística

Me, my mouth and I es un ejemplo de ruptura lingüística. Una boca humana pende en la oscuridad iluminada por un único haz luminoso en primer plano. Recita un monólogo fragmentado de frases sincopadas sobre un sujeto con un pasado doloroso. El título proviene de la repetición insistente de la voz: “Todo lo que estoy contando no me pasó a mí”. El ritmo del monólogo es muy rápido, con interrupciones desesperadas de risas y gritos: una boca incandescente que habla de sí misma en tercera persona mientras niega reiteradamente su identidad.

Es la voz de un pensamiento o recuerdo de quien constantemente habla de sí misma en una manifestación desordenada y caótica, sin principio ni desenlace. El límite del cuerpo es presentado como la imposibilidad de percibir de manera certera el mundo exterior, aquel que habitan los otros. La boca habla sin detenerse desde la oscuridad, generando la sensación de infinito: “… Fuera… dentro de este mundo… este mundo… pequeña cosa diminuta… antes de tiempo… ¿qué?… ¿nena?… sí… pequeña nena diminuta… dentro de este… fuera dentro de este… antes de tiempo…

La obra comienza con la boca ya en movimiento y su voz va abriéndose paso, melancólica y aterrada, susurrante y repetitiva como en busca de alguien quien escuche su devaneo. Voz perdida en la nada “¿Qué? No. ¿Quién? ¡Ella!”, se repite como si alguien la cuestionara. La boca de Jess Thom sigue y sigue a la deriva, sólo interrumpida por involuntarias expresiones como ¡biscuit!, ¡cats! o ¡cock! Ella, sentada en su silla de ruedas y desde lo alto de una pequeña grúa; abajo, su intérprete en lenguaje de señas.

Monólogo de una sola escena donde el cuerpo de la actriz es un órgano productor de sonidos y palabras. Es intencional, Beckett elimina toda acción o interacción en escena, se deshace completamente del cuerpo de la actriz. Voz que brota de la boca y habla de la boca en tercera persona. Flujo vertiginoso de palabras, fragmentos que se yuxtaponen, acumulación de ideas fugaces, verborragia que parece no tener fin: “… todo el tiempo el zumbido… recalcitrante… en los oídos… aunque por supuesto más bien… no en los oídos en absoluto… en el cráneo… rugido apagado en el cráneo… y todo el tiempo este rayo o haz… como un rayo de luna…

En una carta dirigida a su amigo el pintor franco-israelí Avigdor Arikha, Samuel Beckett le confiesa que este monólogo se inspiró en “la decapitación de San Juan Bautista”, del pintor italiano Caravaggio. Su propósito fue poner “bajo la mirada de un observador silencioso a una mujer que de manera inexplicable lo ha perdido todo menos la boca, y que hace gestos mínimos de compasión sin ninguna esperanza, e intenta detener el torrente de palabras que evocan el pasado y que se escapan de su cabeza”.

Seminario

Tanto la transmisión del documental como la conversación que se sostuvo al final de su difusión con la actriz Jess Thom, cofundadora del sitio web Touretteshero, se realizó en el marco del seminario De la Inclusión a la Interpelación: Escena, Discapacidad y Política. En la charla participaron Lorena Martínez, coordinadora general del seminario, y la narradora oral Gina Rubio.

Concluido el documental, Jess Thom expresa de manera franca: “Si entendieron o no la obra no importa. Tampoco importa si les gustó o no, pero por favor recuerden que la discapacidad no es una mala palabra, que la diferencia es hermosa y que somos más poderosos cuando actuamos juntos… ¡Biscuit!… ¡Fuck a goat!”.

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