Economía feminista y solidaria en el CIEG

Mañana se realizará un conversatorio acerca de proyectos autogestivos; en él se reconocerá el trabajo autónomo de diversas colectivas dedicadas al arte, la comunicación, la alimentación y la cultura

En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, mañana se presentará el conversatorio “Tejiendo redes para sostener la vida: proyectos autogestivos de mujeres”, en el que se reconocerá el trabajo autónomo de diversas colectivas dedicadas al arte, la comunicación, la alimentación y la cultura.

Como parte de su proyecto de estancia posdoctoral en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), la doctora Carla Carpio presentará esta conversación con Vendaval cooperativa panadera, Hijas de la Luna, Talachas girl y Mercadita Vassincelos, proyectos de venta de productos y servicios autogestivos conformados por mujeres, y la moderación de Andrea Rodríguez.

Estrategias para generar ingresos

El objetivo del evento, cuenta Carla Carpio, es dar a conocer las estrategias de las mujeres para generar ingresos y crear redes de apoyo. Estas colectivas y proyectos se consolidaron a partir de la pandemia por la Covid-19, que generó una crisis económica y laboral que afectó, principalmente, a las mujeres. En 2021, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Geografía y Estadística señaló que 7 de cada 10 personas desempleadas a raíz de la pandemia fueron mujeres.

Además de su propuesta contra la violencia económica y las pocas oportunidades para acceder al mundo laboral, la importancia de estas organizaciones autogestivas, señala Carpio, es que se consolidan como espacios de protesta feminista. En ellos, además de producir, crear y comercializar productos y servicios, promueven el activismo.

Lograron consolidarse a partir de la pandemia por la Covid-19

“Muchas de ellas provienen de un activismo previo y continuaron, promovieron y formaron otro tipo de espacios, no solamente para la venta que es lo que se plantean como protesta contra la violencia económica a partir de la venta para la subsistencia, también han configurado una forma de subsistencia más allá de obtener o no recursos.”

Esos espacios se han configurado como lugares de apoyo y seguridad para las mujeres. Inicialmente, las colectivas se reunieron en espacios públicos como el Sistema de Transporte Colectivo Metro de Ciudad de México para conformar sus mercaditas, pero pronto fueron reprimidas y hostigadas por elementos de seguridad. Entonces, buscaron otros sitios afuera de parques y plazas; en ellos han hecho comunidad y redes de apoyo en contra de la violencia policial.

Las mujeres en dichos lugares, destaca Carpio, promueven la autogestión no sólo en la elaboración de productos, sino también como un modo de vida en el que buscan la autonomía del Estado a partir del autogobierno. Estas colectivas han destacado que si bien trabajan mediante la colectividad y la autonomía ambos procesos no son sencillos y también implican saltar una serie de violencias dentro y fuera de su organización.

Mercadita Vassincelos, espacio de mujeres que producen cuadernos, productos de higiene y ropa; Talachas Girl, de servicios de remodelación, construcción y diseño de interiores; Vendaval, cooperativa panadera, espacio de producción y venta de pan, e Hijas de la Luna, colectiva gráfica, se presentarán para conversar y dar una muestra de sus trabajos en el Auditorio Mario de la Cueva (piso 14 de la Torre II de Humanidades en Ciudad Universitaria).

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