La formación de una ingeniera inicia desde niña

Se debe fomentar y facultar sus capacidades y características de competencia sin inhibición desde el seno familiar y la educación básica, consideró Rosa María Ramírez Zamora, directora del II

Hay pocas mujeres con cargos importantes de liderazgo en este ámbito.
La formación de una ingeniera arranca desde la niñez. “Hay pocas mujeres con cargos importantes de liderazgo en este ámbito porque desde el inicio somos pocas en relación a la cantidad de varones, ¿por qué?, por dos factores: uno asociado a la vida personal de las mujeres, que incluye su seno familiar, amigos; y el otro por su entorno que arranca desde la escuela y luego sigue con lo laboral”.

Así lo explicó, la investigadora Rosa María Ramírez Zamora, que desde el 2020 se convirtió en la primera directora del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.

“Desde pequeñas y en casa hay falsas creencias: creen que la mujer está para ser cuidadora y que no debe arriesgarse a nada más porque no tiene las características intelectuales ni físicas para poder afrontar otro tipo de trabajos”, describió.

Los trabajos de los hombres incluyen cuestiones de competencia. Miran a la mujer desde el seno familiar muy débil y lo modelan así: para niños, carros, canicas, bicicletas, eso incluye competencia, los preparan para ser contendientes, y a las niñas al cuidado, a la asistencia.

Situación que antes estaba más acentuada

Al encabezar la mesa redonda “Ingeniera hoy: retos logros y oportunidades”, convocada por la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la Facultad de Química (FQ) en la Explanada Central de dicha instancia, Ramírez Zamora reconoció que esa situación era más acentuada antes, les decían a las niñas: ¡no, te vas a caer!, ¡te vas a lastimar!, creando pensamientos falsos para que no desarrollen sus capacidades, “si hay inhibición no podemos facultarlas, y desde pequeñas empieza eso”.

Tenemos que fomentar ese pensamiento de que debemos competir, pero sanamente y no tratar de demostrar que somos mejores. “Con 67 años de existencia el II sigue teniendo 20 por ciento de mujeres, y 31 por ciento de Técnicas Académicas, pero no hemos logrado aumentarlo”, apuntó.

¡Nunca tengan miedo!

La mesa fue moderada por Aída Gutiérrez Alejandre, jefa del Departamento de Ingeniería Química de la FQ, quien expuso que una de cuatro mujeres en México abandonan la ingeniería después de los 30 años de edad, por 1 de cada 10 varones.

También estuvo Liliana Romero Reséndiz, profesora-investigadora del Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la FQ, quien ofreció un mensaje a aquellas niñas y adolescentes que desean dedicarse a la ingeniería:

“Nunca tengan miedo, y si este persiste, pues háganlo con miedo, ¡pero háganlo!”. La universitaria, quien realizó su posdoctorado en China y otros estudios de posgrado en España, aseguró que respecto a la brecha de género no hay una gran diferencia entre los mencionados países y el nuestro, por lo que “hablamos de un fenómeno realmente global que hay que combatir”.

Para Diana Iruretagoyena Ferrer, académica del Departamento de Ingeniería Química de la FQ y doctora por el Imperial College London de Reino Unido, es muy importante recibir el apoyo de ingenieros profesionistas, pero lo es aún más de las propias mujeres, desde el nivel básico, hasta el superior.

Finalmente, Sesandary Catalán Godínez, egresada de la FQ, quien labora en el Grupo Vasconia en el área de rollos de aluminio para diferentes aplicaciones, hizo un llamado a aquellas estudiantes y aspirantes a ingenieras para que confíen en los conocimientos adquiridos no sólo en la Universidad Nacional, sino en su vida profesional, cotidiana y equilibrar ello con su vida familiar.

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