Edward Weston y Tina Modotti, el renacimiento del arte mexicano

Forma parte de los trabajos del seminario sobre el diario que escribió el fotógrafo estadunidense

Foto: Tina Modotti / cortesía Fototeca Nacional-Sinafo-INAH.
Para reflexionar en torno a la presencia y trascendencia de los fotógrafos Tina Modotti y Edward Weston, considerados los grandes introductores de una estética moderna en el país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizaron la Jornada Académica Edward Weston y Tina Modotti a 100 años de su llegada a México.

Dicha actividad es parte de los trabajos del Seminario The daybooks de Edward Weston, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, cuyo fin central es la traducción y elaboración de un estudio introductorio al diario que escribió el fotógrafo estadunidense durante su etapa mexicana y las anotaciones sobre México que posteriormente redactó en California.

En la ceremonia inaugural del encuentro, la directora del IIE, Angélica Velázquez Guadarrama, indicó que esta jornada académica internacional realiza el estudio de los diarios de Weston y aborda los diversos temas que presentan esos escritos, contexto, personajes, itinerario, imágenes, redes sociales y culturales –ámbito en el que se desenvolvió– e incluye su relación con la fotógrafa italiana, Tina Modotti.

En el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología, la funcionaria universitaria recordó que el 16 de agosto de 1923, Tina celebró su cumpleaños 27 en la Ciudad de México acompañada por Weston. Un par de semanas antes Tina y Weston, acompañado de uno de sus hijos, habían zarpado a México, procedentes de los Ángeles, California, “atraídos por la efervescencia cultural que se vivía en el México posrevolucionario”.

Una vez en nuestro país, ambos convivieron intensamente por casi cuatro años con la comunidad artística, “los dos aportaron su talento para construir lo que algunos autores han llamado el renacimiento del arte mexicano, y esta experiencia los fue transformando”.

Velázquez Guadarrama señaló que durante ese periodo Modotti y Weston crearon fuertes lazos de amistad, viajaron por gran parte del país, tuvieron exposiciones y definieron su producción artística. Weston mantuvo su rutina de trabajo y su búsqueda creativa con una disciplina ejemplar que le valió notables logros artísticos, como convertirse en el primer fotógrafo en recibir una beca de la Fundación Conmemorativa de John Simon Guggenheim.

“Mucha de su experiencia en México la dejó plasmada en sus escritos conocidos como The daybooks, los cuales no son una bitácora de viaje sino un relato humano lleno de reflexiones íntimas, confesiones sentimentales, una crónica de cotidianidades, preocupaciones técnicas, inquietudes estéticas; pero también de inseguridades y nostalgias, una añoranza que fue creciendo tanto por su familia como por sus amigos, por su entorno cultural, lo que lo convenció de que era momento de regresar a California”, prosiguió la directora del IIE.

Con seguridad, continuó, también influyó que la tórrida relación con Tina se iba desgastando mientras crecían sus diferencias políticas. Finalmente, en noviembre de 1926, Weston se marchó de México para no regresar jamás, pero su nombre dejó una huella que aún permanece.

Por su parte, Tina se quedó tres años más en México, “aquí se hizo fotógrafa y su obra transitó de lo experimental y moderno a una fotografía documental, comprometida socialmente en concordancia con su militancia política. Ella no tenía nostalgia en su desarraigo de una mujer sin país, como se le definió en algún momento, aquí había encontrado su hogar, pero los vaivenes políticos, tragedias e intrigas la expulsaron”.

Finalmente, refirió, en 1942 Tina Modotti regresó a México para tener su última exposición y morir en el lugar que tanto le dio y al que tanto le dio ella.

Por su parte, Delia Salazar Anaya, titular de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, consideró que Modotti es todo un personaje que se ha estudiado mucho en esa dependencia.

Asimismo, dijo, ambas figuras son parte de una línea de trabajo e investigación abordada desde diferentes vertientes: fotografía, correspondencia, cultura y la propia figura política de estos dos personajes, como muchos individuos de otras nacionalidades que llegaron y aportaron a este país cantidad de ideas y aspectos a la vida y a la cultura.

En la ceremonia inaugural participó también Antonio Saborit García Peña, director del Museo Nacional de Antropología, quien consideró que este encuentro académico no es sobre la historia de la fotografía, sino el pretexto para reflexionar en torno a ambos personajes de la cultura. “Estoy seguro que será inolvidable por muchos motivos”.

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