El cuerpo, un repositorio de memoria y sabiduría

Noé Martínez, artista huasteco, presenta dibujos y videoperformances en la Galería Sur de El Chopo

El mundo onírico es un elemento de conocimiento. Toda la investigación previa para llegar a lo que ahora es la exposición El cuerpo es más grande que la historia tuvo que ver con una serie de sueños recurrentes, en los que yo me veía dentro de un barco de esclavos y bajaba encadenado a un muelle. Esta visión no tenía sentido en un principio, pero luego me di cuenta de que mi sueño tenía un sustento histórico. Para trabajar la obra que ahora exhibo recurrí a fuentes documentales, hice trabajo de campo y me basé en muchos de mis sueños.”

De esta manera inició el artista Noé Martínez su participación en la charla que luego daría paso a la inauguración de sus dibujos y videoperformances exhibidos en la Galería Sur del Museo Universitario del Chopo, en los que da cuenta cómo el cuerpo es portador de conocimiento, después de investigar en archivos, territorios, documentos, viejas voces y rituales. Proceso en el que él se reconoce como “descendiente de un pueblo de esclavos y sobrevivientes del genocidio en la época colonial”.

En la exhibición, el artista huasteco indaga sobre la memoria desde el pensamiento corpóreo. Noé se propone imaginar cómo fueron las interfaces del pasado, a la vez que repara en los dolores cotidianos y decide volver la vista atrás con tal de encontrarle un sentido al sufrimiento de sus ancestros.

“Me di cuenta de que el cuerpo era un territorio, y que también heredaba una cultura pero por fragmentos. Durante la investigación que daría pie a la exposición fui encontrando progresivamente varios elementos historiográficos y documentales que me descubrieron qué pasó cuando los europeos arribaron a la zona huasteca de San Luis Potosí, de donde es mi familia. Fue entonces cuando empecé a entender cuál es mi identidad y qué significan mi cuerpo, mi color de piel y mis rasgos físicos.”

Noé, quien trabaja con el legado de los pueblos originarios, trae al imaginario actual esas laceraciones históricas. Habla de la esclavitud descifrando el hueco histórico que reconfigura el mundo de hoy, de ahí que se empeñe en “mostrar el pasado desde las experiencias presentes” como una forma de empoderamiento de la memoria.

“Mi intención –dijo– es que reflexionemos cómo nos estamos relacionando con una historia, con una memoria, que desde mi punto de vista tiene mucho de tabú. En lo personal me interesa el poder reconocerme en una historia ancestral, la cual tengo registrada en mi propio cuerpo, y eso es importante en términos de mi propio universo emocional.”

El egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda distinguió: “Soy artista, no historiador, pero intuyo que somos tan herederos de este pasado como lo puede ser una nación africana… Estamos hablando de un genocidio que vamos olvidando. El que haya transcurrido un poco más de 500 años no es un tope como para no reflexionarlo”, enfatizó.

Con su serie de dibujos, poemas y videoperformances, dispuestos en pantallas verticales, Noé Martínez concibe el cuerpo como un archivo, a la vez que “propone miradas críticas sobre la interpretación del pasado y la construcción del presente”.

“Estoy pensando en provocar. El título de la exposición es para mí muy importante, no quería dejar dudas en cuanto a mi interés por contar la historia de nuestros cuerpos, de cómo podemos tocar tantas cosas dormidas en nosotros y de cómo el cuerpo es en muchos sentidos nuestro territorio”, expresó.

La charla inaugural se transmitió en vivo por la página de Facebook del Museo Universitario del Chopo. El director del recinto, José Luis Paredes Pacho, presentó al artista multidisciplinario, a quien acompañó con algunos comentarios de su trabajo Jumko Ogata Aguilar, escritora y divulgadora del antirracismo. Ella consideró que la obra de Noé Martínez es muy poderosa por la manera en la que nos confronta con nuestro pasado.

Desde su perspectiva, esta exhibición se puede pensar como el producto de un diálogo entre diásporas, una de ellas la indígena, desplazada dentro de su propio territorio. “Noé mira hacia los caminos de sus ancestros y desde ahí muestra toda la historia que contiene el cuerpo. En el contenido de su obra hay algo de sanación. Que se refiera en ella a la esclavitud implica hablar de una herida que es universal”.

Para cerrar la charla, Jumko Ogata remató: “Las vocaciones llegan en los sueños, y es evidente que éste es el caso de la exposición de Noé Martínez”.

Foto: Museo del Chopo.
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