Europa renunció a ella

El fracaso de la diplomacia

El conflicto ha beneficiado a Estados Unidos, que perdió posiciones alrededor del mundo durante la presidencia de Donald Trump

Les insto a que se nieguen a cumplir sus órdenes criminales. Les insto a que depongan las armas de inmediato y se vayan a casa. Explicaré lo que esto significa: el personal militar del ejército ucraniano que haga esto podrá abandonar libremente la zona de hostilidades y regresar con sus familias. Quiero enfatizar nuevamente que toda la responsabilidad por el posible derramamiento de sangre recaerá total y completamente en el régimen gobernante de Ucrania”.

Esas son las últimas líneas del discurso que pronunció Vladimir Putin el 24 de febrero del 2022, dando por iniciada la “operación militar especial” entre fuerzas rusas y el pueblo de Ucrania. Un año después, el conflicto ha dejado miles de muertos en ambos bandos y millones de desplazados.

Aunque ambos gobiernos han evitado compartir las cifras reales relacionadas al combate, órganos de inteligencia estadunidenses calculan que más de 180 mil soldados rusos han perdido la vida en el frente; sin embargo, la publicación rusa independiente Mediazona –la cual trabaja con la BBC– apunta que la cifra es cercana a los 12,500.

Por su parte, el aparato estatal ucraniano afirma que han perdido cerca de 10 mil soldados y más de 20 mil civiles han fallecido sin que se visualice la posibilidad de alcanzar un armisticio en el corto plazo. Además, de acuerdo con el ACNUR –Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados– 6.9 millones de ucranianos han sido desplazados.

¿Qué pasó?

Para comprender la situación, aseguró Luis Antonio Huacuja Acevedo, responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea de la UNAM, “vale la pena irse un poco antes”. El investigador apuntó que una de las raíces de la situación puede rastrearse en Estados Unidos y su pérdida de posiciones alrededor del mundo durante la presidencia de Donald Trump; situación que su relevo, Joe Biden, ha intentado corregir.

“A los pocos meses de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump amenazó con retirar a Estados Unidos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la cual, además, estaba en horas bajas. Incluso el presidente francés Emmanuel Macron llegó a decir que la OTAN padecía muerte cerebral. Es en ese contexto que China aprovechó los espacios que dejó Estados Unidos en la Era Trump y también Rusia”, comentó y añadió:

“Tenemos que recordar que la Unión Europea, después de esta amenaza de Donald Trump, sacó del cajón un proyecto que tenía empolvado desde el Tratado de Maastricht. Cuando cae el muro de Berlín, la apuesta europea fue por ser una Europa también de Seguridad y Defensa. El tema de defensa estuvo ahí pendiente, porque había países como Alemania y Francia, que sí les interesaba, y a otros no”.

“Es justamente en 2017 cuando la Unión Europea plantea una nueva Cooperación Estructurada Permanente en materia de defensa, con lo cual apostaba por tener una autonomía estratégica con respecto a la OTAN. La mayoría de las naciones se sumaron a la iniciativa”, argumentó.

La situación llevó a que Estados Unidos tomara un papel preponderante entre Ucrania y Rusia, incluso, siendo los diplomáticos norteamericanos los primeros en abandonar las mesas de negociación.

“Apostábamos a que la Unión Europea iba a ser mucho más hábil en el tema de la diplomacia. Los europeos se defienden diciendo ‘bueno, no se puede negociar con Putin’; pero para alcanzar la paz, que es lo idóneo, no sólo hay que negociar con él, también hay que hacerlo con Biden. A esto renunció Europa, renunció a la diplomacia y a la idea fundacional de la Unión Europea que, como concepto, se decía que era el antídoto contra la guerra”, señaló Huacuja.

Para el especialista “ahora tenemos una Europa que apuesta por la guerra y no por la paz. Ya no es un tema de defensa, sino de que Europa contribuye a esta infraestructura de ataque. Así como la paz ha unido a Europa, la guerra la está dividiendo. La mayoría de los ciudadanos de ese continente está en contra de que el conflicto se alargue”.

Una Rusia aislada

La extensión del conflicto ha sido una sorpresa para el mundo, especialmente para el gobierno y el pueblo rusos. “Vladimir Putin apostó por una operación rápida, cosa que no sucedió. Creo que nadie esperaba un conflicto de esta naturaleza”, subrayó el investigador.

Y prosiguió: “a Rusia le ha costado mucho más, implica un desgaste importante. Incluso, hacia adentro, empieza a haber cierto malestar, ciertas diferencias. Hemos visto cómo algunos altos mandos militares han tenido que ser separados de su cargo, esto habla de que la estrategia no ha sido la idónea para ellos”.

Al país euroasiático le fueron impuestas sanciones de parte de los gobiernos occidentales que apoyan a Ucrania, no obstante, éstas no han generado los resultados deseados gracias a la intervención de China. Como lo explica Luis Antonio Huacuja: “No han lastimado demasiado porque también tienen fecha de caducidad y el comercio entre Rusia y China ha aumentado casi 25 por ciento”.

De acuerdo con el especialista, “lo idóneo es no tener aislada a Rusia. Hay personajes como Henry Kissinger y Jürgen Habermas que lo han dicho: lo mejor es tener a Rusia cerca de Occidente que lejos, porque de lo contrario se le orilla a tener una relación mucho más sólida con China, en un momento en el que hay una disputa también por el comercio y la influencia global entre la nación asiática y Estados Unidos”.

¿Habrá paz?

Ante la pregunta, el responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea distinguió que una salida al conflicto se ve lejana, aunque no imposible. “Paradójicamente, hay otros actores que han intentado a lo que renunció la Unión Europea: la diplomacia. Turquía ha hecho una apuesta por encontrar el diálogo entre Rusia y Ucrania, pero no ha prosperado mucho”, añadió.

Asimismo, prosiguió, el reciente anuncio de la llegada de tanques alemanes y estadunidenses no abona a reducir la intensidad de la lucha: “quizás haya espacio para la diplomacia más adelante, cuando Ucrania se dé cuenta que con todo y tanques estadunidenses o alemanes no le va a alcanzar”.

Respecto al otro bando comentó: “Es muy difícil que Rusia acepte una derrota; esto complica todo y puede subir el tono del conflicto, además de la existencia de la amenaza nuclear”.

“El conflicto ha beneficiado a Estados Unidos, porque no hay un liderazgo claro en Europa que pudiese tomar las riendas del proyecto europeo y colocar a Europa en el lugar que le corresponde de acuerdo con su historia. Habrá quien esté apostando a que Putin sea derrocado o que ya no esté para que esto acabe, pero también se ve difícil en el corto plazo”, aventuró el universitario.

Uno de los argumentos más socorridos por ambos bandos y sus simpatizantes alrededor del mundo está ligado a acusar a los otros de tener facciones nazistas o fascistas entre sus militantes en el frente de batalla.

El argumento, explicó Luis Antonio Huacuja –del Programa de Estudios sobre la Unión Europea de la UNAM–, tiene sustento, aunque la acusación podría extenderse a la mayoría de los países europeos. La popularidad de este señalamiento, apuntó, se debe a que la guerra no sólo se pelea a ras de suelo, sino en la mente del mundo entero.

“Es importante señalar que hay una guerra de propaganda y narrativas, que trata de imponer la versión occidental o rusa como si fuera la única buena y válida. Estos señalamientos tampoco son de ahora. El Batallón Azov en Ucrania ha sido acusado de tener simpatías nazistas o fascistas. Del lado ruso también está el Batallón Wagner, acusado de prácticas e ideas extremistas”, subrayó.

Y advirtió: “¿Hay simpatías fascistas en Europa? Las hay. Las acusaciones están de uno y otro lado porque existen pruebas en ambos bandos. Es una suerte de simplificación del conflicto y sus actores, sobre todo en un asunto que tiene muchas más aristas que una guerra entre buenos y malos”.

Las imágenes originadas en el frente de batalla entre Rusia y Ucrania son testigos de la devastación ambiental acontecida en el país invadido. Pueblos enteros han desaparecido, mientras que amplias zonas boscosas o de pastizales lucen irreconocibles, ausentes de la flora y fauna que las caracterizaba.

Desde el inicio de la guerra, el Ministerio Ambiental ucraniano –de acuerdo con The Economist– ha contabilizado 2,300 instancias de daño ambiental causadas por la lucha armada. Esto significa, que 2.9 millones de hectáreas de áreas de protección de flora y fauna están en peligro de ser destruidas.

Además, 3 millones de hectáreas de bosques se han visto afectadas por el combate y al menos 23 mil han sido consumidas en su totalidad por incendios.

Las fuerzas rusas ocupan actualmente 18 de los parques nacionales ucranianos. El daño en suelo ucraniano, de acuerdo con el ministerio, alcanza los 46 billones de dólares.

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