Elecciones en Honduras, la apuesta por la primera presidenta del país

El Consejo Nacional Electoral de Honduras anunció que un millón 716,793 hondureños votaron en la elección del pasado domingo 28 de noviembre en favor de Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad y Refundación. Castro se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia del país centroamericano, doce años después del golpe de estado que removió a Manuel Zelaya, su marido, del poder. “Su triunfo debe leerse desde el desgaste de las instituciones políticas hondureñas y, sobre todo, la exclusión social, la violencia y pobreza del país”, argumentó la especialista Yadira Gálvez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

“Se trata de una apuesta del electorado hondureño por un cambio de rumbo, un viraje a una propuesta política que se define de izquierda. Xiomara se define como una socialista democrática. Honduras es un país de jóvenes, ellos salieron a la calle para buscar este cambio y castigar con su voto al actual gobierno de Juan Orlando Hernández, que ha sido señalado por corrupción, malversación de fondos y la posible colusión con la delincuencia organizada y el narcotráfico”.

“En cuanto al tema de Zelaya, es importante considerar que la candidata mantuvo en todo momento un discurso de lucha contra la corrupción y la reconciliación nacional tomando como punto de partida la remoción del presidente Zelaya. Ellos toman este hecho como una ruptura del orden democrático y la instauración de un régimen contrario a la lógica de la participación ciudadana. Castro se asume como feminista y antripatriarcal, como una impulsora del socialismo democrático y su programa de gobierno incluye la posibilidad de formar una Asamblea Constituyente para impulsar la idea de refundar el país”, añadió la investigadora.

Una política pragmática

A lo largo de su candidatura Xiomara Castro se definió como de izquierda, pero su gobierno, de acuerdo con Gálvez, deberá tender puentes con el establishment hondureño para abonar a la estabilidad social.

“Se presentó como una candidata fuera de la lógica tradicional del bipartidismo hondureño que buscó durante su campaña política hacer un contraste señalando al gobierno del presidente Hernández como autoritario, uno que no entendía las aspiraciones del pueblo. Su campaña fue arropada por un amplio grupo bajo la lógica de una bandera de izquierda, veremos hasta donde impulsará los cambios y el camino que tomará su gobierno”, consideró la investigadora.

“Tiene múltiples desafíos en materia económica, política, social y de seguridad. Castro prometió un cambio y las expectativas son amplísimas, aunque depende de muchos factores y las decisiones que emprenda su gobierno. Su discurso político se ha centrado en rememorar la época del gobierno de su esposo. El futuro de su virtual gobierno está ligado a los acomodos entre la clase política hondureña y las élites económicas y empresariales del país, y por supuesto la propia identificación de su proyecto político, cómo se irá decantando”.

“Ha llamado a dialogar a todos los sectores del país para garantizar la gobernabilidad. Ha insistido mucho en la idea de la reconciliación nacional. Castro ha tomado esa bandera, pero no sabemos a dónde se dirigirá su gobierno, puede que veamos decisiones pragmáticas, orientadas a la búsqueda de gobernabilidad, a salir de la crisis económica. Todo depende del número de escaños que alcance su partido en el Congreso para impulsar estas medidas, incluyendo la asamblea constituyente”.

A pesar que muchos la han señalado como una extensión de Manuel Zelaya, para la investigadora de la FCPyS Castro ha utilizado los últimos años en “potenciar su imagen, su proyecto político y la definición sobre su ideología y propuestas. Definíendose como feminista antipatriarcal, dentro de la campaña estaba el derecho a decidir, el aborto, la protección de las mujeres. Esto es nuevo dentro del escenario político hondureño, su participación y su empoderamiento como personaje político. Pero durante la campaña se tomaron decisiones pragmáticas para atraer el voto de todos los sectores inconformes con el actual presidente”.

El papel de Estados Unidos

Castro buscó durante su campaña hacer un guiño al gobierno de China, asegurando que Honduras romperá relaciones con Taiwán como una señal de acercamiento para el gigante asiático. Ante este movimiento, diversos analistas políticos señalaron que la ahora presidenta deberá definir en sus primeros meses de gobierno su relación con los Estados Unidos, quienes durante el 2009 apoyaron la remoción de Manuel Zelaya.

Sobre este punto, Yadira Gálvez señaló que no se puede “descartar una radicalización de las posturas de Castro que busquen cambios de fondo, incluyendo temas como la relación con Estados Unidos y otros actores en el ámbito internacional. En un principio, Castro hizo un guiño a China, siguiendo la misma lógica del gobierno de El Salvador que ha buscado acercarse a China. Esto pondría en tensión la relación con Estados Unidos, un importante socio comercial de Honduras con muchos intereses en el país”.

“Estados Unidos sigue los acontecimientos en Honduras de cerca porque Centroamérica es su área de influencia directa, además, por el tema de las caravanas migrantes y los problemas relacionados a la malversación de fondos y narcotráfico. Se ha debatido mucho si en Honduras se configuró un narcoestado, a partir de los señalamientos al propio presidente Hernández, al expresidente Porfirio Lobo Sosa y la ex primera dama Rosalena Bonilla. El hermano de Hernández –Juan Antonio ‘Tony’ Hernández– fue sometido a juicio en Estados Unidos y sentenciado por sus vínculos con el narcotráfico. Se debate mucho sobre el futuro del presidente hondureño”.

“La relación puede cambiar dependiendo de la lógica que implemente el nuevo gobierno, puede acercarse más a actores extraterritoriales, como China que se ha acercado a países latinoamericanos promoviendo estructura y préstamos, también con la diplomacia de las vacunas y los insumos médicos. China ha encontrado espacios siendo pragmática, no se meten en asuntos internos, operan por intereses, por eso han avanzado en la zona. Debe preocupar a Estados Unidos ese avance en una región en la que siempre fue hegemónico”, puntualizó Gálvez.

¿Cuál es el reto más grande de Xiomara Castro?

“Honduras es un país de extrema desigualdad y gran polarización social. La pobreza alcanza al 70-75% de la población. Es un pueblo ávido de cambio, veremos como avanza con el establecimiento de un nuevo gobierno. Honduras es uno de los países más peligrosos del mundo. Tiene muchos retos en materia de inclusión social y educación, la pandemia ha puesto más presión, generó una crisis dentro de estas crisis. Vino a potenciar los problemas que existían en el país, las próximas semanas serán vitales para conocer el resultado del proceso electoral. La buena noticia es que hasta hoy los diferentes actores políticos están avalando los resultados que ha dado a conocer el Consejo Nacional Electoral. El proceso, parece, cerrará sin mayores incidentes. Quedan sobre la mesa temas importantes para atender: la violencia política y el futuro del presidente Hernández”, sentenció Gálvez.