Enfermedades neurológicas y trastornos psiquiátricos, un desafío financiero para el sector salud

Además, tienen enormes repercusiones en las esferas física, social, psíquica y económica de los pacientes y sus familias: Efraín Reyes, secretario general de Trabajo Social

Las enfermedades neurológicas y los trastornos psiquiátricos son padecimientos de alta complejidad que representan un gran riesgo para el equilibrio financiero de los servicios de salud y con enormes repercusiones en las esferas física, psíquica, económica y social de los pacientes y sus familias, afirmó Efraín Reyes Romero, secretario general de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS).

De ahí que los profesionales de estos dos complejos campos requieren de un sistema integral de conocimientos, capacidades y de vocación para contribuir de manera adecuada, pertinente y eficaz en la prevención, intervención y tratamiento de estas enfermedades, agregó.

Al participar en el VIII Foro de Enfermedades Neurológicas y Psiquiátricas. Experiencias de Trabajo Social en el campo de la investigación e intervención colaborativa, que se efectúa del 15 al 21 de noviembre, gracias a la colaboración interinstitucional promovida por la ENTS y los institutos nacionales de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM) y de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS), el universitario añadió que ese encuentro se ha destacado por su carácter interdisciplinar.

En representación de la directora de la ENTS, Carmen Casas Ratia, dijo que los abordajes desde el trabajo social, la antropología, la sociología, la psicología, la educación, la psiquiatría y la neuropsiquiatría “han proporcionado distintas miradas individuales y experiencias colectivas, con valiosas contribuciones en torno a la dimensión, atención e investigación social” de dichos padecimientos.

Eduardo Ángel Madrigal de León, director general del INPRFM, recalcó que la inter y multidisciplina son fundamentales en el estudio y tratamiento de las enfermedades mentales. “Tenemos líneas de investigación sobre adicciones que no se pueden entender sólo desde una perspectiva estrictamente médica”. Lo mismo ocurre con otras, como la violencia en todas sus formas o las nuevas identidades sexuales.

De ahí que Madrigal de León calificara como fundamentales estos foros donde se brinda un panorama de actualización y se renueva la toma de conciencia “de la necesidad de integrarnos como grandes equipos de salud mental”, con el trabajo conjunto de médicos, enfermeras, trabajadores sociales y psicólogos.

En tanto, el director general del INNNMVS, Ángel Antonio Arauz Góngora, destacó que para el cumplimiento de las tareas de ese Instituto es indispensable la labor del trabajo social. “Celebro que desde hace varios años ese departamento se ha profesionalizado”; con estudios de posgrado es posible ofrecer un mejor servicio a los pacientes”.

Asimismo, se congratuló porque este Foro ponga de manifiesto la profesionalización del trabajo social en la actualidad, y que logremos reunir a tres instituciones para el manejo de pacientes neurológicos, neuropsiquiátricos y psiquiátricos.

Resolver el origen

En la conferencia magistral Las enfermedades psiquiátricas: México en el contexto internacional, María Elena Medina-Mora Icaza, directora de la Facultad de Psicología e investigadora emérita del INPRFM, resaltó que se deben tomar en cuenta los determinantes sociales (como pobreza o violencia) cuando se habla de esos padecimientos; “si no trabajamos con eso, resolvemos el malestar o la enfermedad, pero no el origen de muchos de los problemas que tienen nuestros pacientes”.

Una niña pobre con depresión sin tratamiento tiene 3.2 veces más riesgo de abandonar la escuela, 18 veces más de desarrollar dependencia a drogas o 7.6 veces más de abuso sexual; en cambio, si recibe tratamiento seguirá con sus estudios y desarrollará habilidades laborales, por ejemplo.

La tendencia, subrayó, es incorporar a las personas que pueden dar atención a la salud mental porque la carga de la enfermedad y la brecha de atención (tratamiento, calidad, información), son muy altas. “La cantidad de personas que requieren tratamiento y no lo reciben es tan grande, que debemos cambiar”. Es decir, no hay suficientes psiquiatras para atender las necesidades.

La experta mencionó que el 16 % de la carga de todos los padecimientos se debe a enfermedad mental; sin embargo, en nuestro país, el presupuesto de salud que se dedica a esa área es ocho veces menor de lo que significa la carga.

Se requiere un cambio en el sistema de salud, en los roles para el tratamiento y trabajar con todas las personas posibles que puedan ayudar, de modo que los psiquiatras vean casos con trastornos graves. “Pero esa condición requiere de profesionales bien formados, con capacitación”, finalizó.

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