Envejecer sin dependencia, tema clave para nuevos estudios

El reto es buscar que en esta etapa se tenga una mayor autosuficiencia

Ricardo Félix, María del Carmen García, Soledad Funes, Alicia González, Gloria Soberón e Iris Flores. Foto: Francisco Parra.
El principal reto en materia de estudios del envejecimiento no es ganar años de vida, sino que éstos sean más saludables y sin depender de otras personas, coincidieron especialistas reunidos en el encuentro La nueva ciencia del envejecimiento, organizado con motivo de los 85 años de la Facultad de Ciencias (FC).

Durante el encuentro, que fue inaugurado por María Soledad Funes Argüello, coordinadora de la Investigación Científica de la UNAM, los expertos recordaron que los mecanismos celulares y moleculares del envejecimiento están estrechamente relacionados con la edad pero no son lo mismo. Un ejemplo de éstos son la inestabilidad genómica, la disfunción mitocondrial, la senescencia celular y las alteraciones en las comunicaciones celulares que promueven sus funciones y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y cáncer.

La Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México de 2021 estimó 25.9 millones de personas de 53 años y más: 45.6 % correspondió a hombres y 54.4 % a mujeres. De esa población, 45.4 % vivía en centros urbanos –esto es, con 100,000 habitantes o más– y 54.6 % en localidades con menos de 100,000 residentes.

Al hacer uso de la palabra, María del Carmen García Peña, directora del Instituto Nacional de Geriatría, explicó que si bien todas las personas quieren vivir mucho tiempo, lo más importante es no depender de alguien, por lo que para avanzar a este tema es necesario enfocarse en la investigación.

“No sólo debe obtenerse el conocimiento y saber qué está pasando, sino llegar a la transferencia hacia políticas de salud. Hace falta trabajar más de cerca con los investigadores biomédicos, públicos y sociales, y es parte de lo que tratamos de hacer en el Instituto”, comentó.

Al hablar en representación de Rosaura Ruiz Gutiérrez, académica de la UNAM, Ricardo Félix Grijalva, del Centro de Investigación sobre el Envejecimiento del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), recordó que si bien actualmente en nuestro país la población adulta mayor de 60 años representa aproximadamente el 12 %, se espera que esa cifra se duplique a mediados de este siglo.

Mejoras al posgrado

Gloria Soberón Chávez, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, agradeció la oportunidad de participar en la primera mesa del encuentro realizado en el marco del Simposio sobre Envejecimiento, que es parte del curso de posgrado “Estrés en distintos microorganismos: un enfoque molecular”, en la FC.

“Encuentros como éste, con temas de cierta manera vinculados al estrés, pero con enfoques y ponentes que no son parte del temario del curso son importantes y se desarrollan en esta Facultad con el apoyo de colegas profesores y la participación de alumnos de licenciatura y posgrado”, mencionó en el Anfiteatro Alfredo Barrera de la FC.

A su vez, Alicia González Manjarrez, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM y organizadora del encuentro, añadió que es muy importante que los jóvenes que se dedican a la ciencia pregunten bien sobre aquello que le interesa a la sociedad, con temas como éste; y, a su vez, los docentes deben estimular a los estudiantes.

Modelos

Durante la jornada, expertos de la UNAM y el Cinvestav compartieron algunos avances de sus investigaciones en la materia. Annie Pardo Cemo, profesora emérita de la FC, trabaja con un modelo de fibrosis pulmonar, enfermedad que da como respuesta una cicatriz a múltiples agentes etiológicos.

La edad es un factor pronóstico en varias enfermedades pulmonares humanas, y en el caso de la fibrosis pulmonar hay una acumulación progresiva de la matriz extracelular. “Hemos encontrado que la respuesta fibrótica aumenta con la edad, pues los ratones viejos desarrollan mayor fibrosis”, indicó.

Por otra parte, Claudia Pérez Cruz, investigadora del Cinvestav, describió que cuando envejecemos no hay una pérdida sustancial de las neuronas, como se creía en la década de 1980, pero sí de sinapsis, menor liberación de neurotransmisores y de sus receptores.

La científica estudia este proceso en una especie de primates no humanos llamados marmoseta común, de tamaño pequeño (unos 30 centímetros y 400 gramos de peso), pues es el primer primate cuyo ADN ha sido completamente secuenciado y se ha encontrado un deterioro en su flexibilidad cognitiva durante el proceso de envejecimiento.

Por su parte, Eugenio Mancera Ramos, también del Cinvestav, estudia la esperanza de vida en hongos patógenos. Ha encontrado que los microorganismos en nuestro cuerpo se enfrentan a condiciones que los llevan a un estado no replicativo. “El tiempo que un microorganismo permanece viable en fase estacionaria define su esperanza de vida”, finalizó.

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