Coreógrafa elegante y prolífica

Guillermina Bravo, emblema de la danza

En su honor se estrenaron En la memoria de los cuerpos, de Aura Arreola, y Nena: se le ha visto llorar en backstage, de Guillermo Aguilar

Danza UNAM celebró el centenario del natalicio de Guillermina Bravo, una de las coreógrafas más prolíficas de la danza moderna y contemporánea del país. Como homenaje a la emblemática artista mexicana, el pasado fin de semana se estrenaron las piezas En la memoria de los cuerpos, de Aura Arreola, y Nena: se le ha visto llorar en backstage, de Guillermo Aguilar.

Las dos producciones que se transmitieron en la plataforma de Facebook Live de @UNAMDanza reflejan, de acuerdo con la directora de esta instancia universitaria, Evoé Sotelo, “el pensamiento de este arte en la actualidad y la conexión con el pasado dancístico del que la maestra Bravo fue iniciadora. En ambos trabajos se entrecruzan danza, música y cine, para rendirle tributo a la vocación creativa y experimental que siempre la acompañó”.

Para la pantalla

Debido a la pandemia, las coreografías de Aura Arreola y Guillermo Aguilar se pensaron desde un principio para la pantalla. En la memoria de los cuerpos tiene mucho de intuición. El detonador empieza con una anécdota casi por azar: Aura conoce la historia de Ernesto, quien a la edad de cinco años pisa por primera vez un escenario para un montaje escolar dirigido por Guillermina Bravo.

Vestido como un muñeco holandés, Ernesto permaneció inmóvil dentro de una gran caja a lo largo de toda la función, en la que se usó la pista sonora de las Danzas húngaras de Brahms. A 75 años de distancia, el hoy arquitecto en saco sport y con una postura erguida, regresa al escenario para caminar pausadamente y con cercanía a otros cuerpos, como si se tratase de un ejercicio donde la memoria encarna.

Pasaje entre cuerpos muy distintos y una amplia diversidad de movimientos es lo que uno percibe. Aura logra articular una suerte de intuición y especulación, en que la cámara de video es también un cuerpo que baila y reacciona a los cuerpos en escena, que lo mismo crean una tensión que impresiones dancísticas que el espectador termina por construir.

Cuerpos no virtuosos en un tejido muy relacional, cuerpos dialogantes integrando una narrativa sensible donde se entremezclan amor, vejez, infancia y memoria.

Mágicos rituales

En la pieza Nena: Se le ha visto llorar en backstage, Guillermo Aguilar retoma elementos en los que Bravo basó sus investigaciones. Recurre a mágicos rituales provenientes de comunidades indígenas y los traduce a un culto contemporáneo que vacía sonoramente en el trap, un subgénero del hip hop. El ritual de iniciación involucra a una mujer que después se arrepiente de las acciones a las que se ve obligada a hacer. Sólo le queda llorar en privado.

Guillermo, en esta pieza que él mismo describe como melancólica y oscura, toca temas realistas y urbanos, a la vez que se introduce en una exploración del espacio por las formas geométricas. Si bien este montaje no hace referencia directa a la obra de la maestra Bravo, sí analiza algunos elementos que ella misma empleó como inspiración en sus coreografías.

Aguilar se decide por una estética trap aunada a un simbolismo religioso. Opta por la utilización de ropa sport combinada con un vestuario prehispánico para sus bailarines. Cambios de ritmo y música le exigen un trabajo coreográfico muy preciso y exhaustivo. Las atmósferas que consigue son fluidas, los ruidos son parte de su narrativa minimalista, con lo que busca asentar un discurso sonoro más libre y en donde dibuja los silencios como imágenes fijas.

En la memoria de los cuerpos: Dirección y coreografía: Aura Arreola; realización: Pablo Martínez-Zárate; música original y diseño sonoro: Rogelio Sosa; elenco: Elisa Rodríguez, Sebastián Solórzano, Mariana Villegas, Lucio Rebolledo, Teresa Carlos, Azalea Aguiñiga y Ernesto Pérez de Alba.

Nena: Se le ha visto llorar en backstage: Dirección artística y coreografía: Guillermo Aguilar; dirección y fotografía: Noli Zaldívar; diseño sonoro y música original: Aristóteles Benítez; elenco: Gaby Hernández, Dominga Martínez, Elisa Romero, Carla Segovia, Karen Martínez y Alberto Hernández.

Nena: se le ha visto llorar en backstage. Fotos: Danza UNAM.
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