Hacer cine, como crear un fantasma

La Memoria es un Verbo, charla entre el director tailandés Apichatpong Weerasethakul y el mexicano Roberto Fiesco

Para celebrar su décimo aniversario, el 28 de agosto, la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro invitó al cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul a platicar sobre su quehacer fílmico. El ganador de la Palma de Oro consideró que la mejor forma de evocar de manera casi genuina las memorias sobre su pasado es mediante la lente de una cámara, aspecto que se ha visto reflejado a lo largo del tiempo en su labor artística.

“Hacer una película tiene que ver con reconstruir tus propios fantasmas, tu pasado. La película entera es un fantasma, es algo que realmente no puedes tocar. Es algo efímero, el proceso de hacerla, la edición, todo siempre está moviéndose”, afirmó durante la conversación con el director y productor mexicano Roberto Fiesco, la cual fue titulada La Memoria es un Verbo.

Weerasethakul explicó que la referencia hacia lo fantasmal se relaciona con el hecho de que, aunque se tenga un guion, una planeación y una estructura al momento de iniciar un filme, el material con el que se trabaja es tan volátil y efímero que es impredecible saber cuál será el resultado final.

El realizador comenzó a hacer cortometrajes y videos en 1994, completando hasta el año 2000 su primer largometraje, Mysterious object at noon. En su filmografía destacan El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas (2010), ganadora de la Palma de Oro; Tropical malady (2004), Premio del Jurado del Festival de Cannes; y Memoria (2020), la cinta más reciente y en la que intervino la reconocida actriz Tilda Swinton. Su quehacer se enraíza en una sensibilidad que toma su distancia con las convenciones narrativas, mediante las que se cuestiona la linealidad y la veracidad, además de abordar con un delicado tacto los problemas sociales, así como la política personal.

Durante la charla destacó que la ilusoria división entre lo ficcional y la realidad es otro de los elementos que conforman la esencia de su obra. “El cine tiene que ver con la manera en la que observas. Incluso aunque sea una ficción, entre comillas, es algo que tiene que ver con la humanidad y lo real”.

El también arquitecto dijo que, a pesar de que en un principio no tenía claro cómo plasmar esta aparente dislocación, en estos momentos se encuentra en la cúspide de la satisfacción con lo que hace, por lo que busca explorar la mezcla entre su espíritu juvenil experimental y la madurez que ha logrado con el paso de los años.

Finalmente, apuntó que el cine experimental le ha dado una libertad de espíritu que le permite plasmar en imágenes las inquietudes personales que le acechan. “Siendo una persona extrovertida, el cine experimental te permite concentrarte realmente en tus propias necesidades y tu propia exploración de lo que quieres expresar, en lugar de trabajar con tanta gente, (pues) a veces pierdes tu propia voz”.

Conversatorio

La celebración de los 10 años de la Cátedra Bergman incluyó el conversatorio Instantánea: corte de caja, un primer balance del proyecto Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren, que fue lanzado en marzo por Teatro UNAM y la propia Cátedra Bergman. Más de 160 creadoras y creadores escénicos de 28 estados del país han respondido a la iniciativa, y una treintena de ellos participó en un juego de preguntas y respuestas para hablar de cómo les ha afectado la pandemia, qué cambios ha generado en su trabajo, cómo la han enfrentado y cómo será la experiencia escénica a partir de ahora.

“Cualquier creador debe cambiar su postura a como venía haciendo las cosas. Como dramaturga me estoy cuestionando a quién le quiero hablar y qué quiero compartir con el mundo”, expresó Silvia Peláez; “en la pandemia me di cuenta de que la virtualidad no me molesta, lo que quiero es contar historias y me viene bien cualquier forma. Me enloqueció la posibilidad de hacerlo por Zoom, de pronto mi casa eran 170 mil sets posibles”, señaló por su parte la actriz Ana Francis Mor; “a todo el mundo nos agarró con los dedos en la puerta, no lo teníamos planeado; pero esta necesidad también abre puertas de percepción. Volver a resignificar la puesta en escena como tal, nos da la oportunidad de pensar el teatro desde otras perspectivas”, aseveró el director y académico David Hevia, entre los participantes en esta dinámica.

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