Hacia la democratización de la vida familiar en AL

La ENTS reunió a expertos sobre el tema en encuentro realizado en el marco de la Cátedra José Vasconcelos

El mundo está hecho de diversidades y sobre estas diferencias se construye una sociedad en la que quepan todas y todos por medio de la democratización de la vida familiar y social para erradicar las desigualdades, señalaron especialistas durante el Encuentro Regional Familias en América Latina. Cuestión y acción social. Prácticas profesionales, academia de incidencia y procesos de atención social a familias en la región latinoamericana.

Dicho evento fue realizado, virtualmente, en el marco de la Cátedra José Vasconcelos de la UNAM y la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), a través del Observatorio Interamericano sobre Procesos de Trabajo Social con Familias.

Los panelistas del encuentro –coordinado por Andrea Kenya Sánchez Zepeda, profesora de la ENTS– consideraron que la familia ha sido concebida por el Estado como un pilar para poder establecer el orden y la seguridad, a través del modelo tradicional impuesto por el mandato sociocultural patriarcal.

“Al hablar de la democratización de la vida familiar es necesario reconfigurar las narrativas desde quienes encabezan los discursos sobre las mujeres y jóvenes, así como los grupos históricamente vulnerados como parte de las luchas antipatriarcales”, señaló German D. Herrera Saray de la Universidad de Caldas, Colombia.

Agregó que el papel de los medios de comunicación frente a los temas de familia, derechos sexuales y reproductivos requiere de una resemantización que permee en los usos del discurso; asimismo, que desde la academia la responsabilidad del discurso frente a las y los alumnos es fundamental para apuntalar la defensa de los derechos a partir de lo que vivimos en la vida cotidiana, apuntó.

En su momento, Larry Emil Alicea- Rodríguez, presidente del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico, indicó que la niñez “en la mayoría de los escenarios judiciales es considerada desde una perspectiva de incapacidad y vulnerabilidad, falta de autonomía y sus opiniones no son tomadas en cuenta, es decir, se encuentra estigmatizada por la opresión del adultismo”.

Por tanto, “el trabajo en política pública debe ir dirigido a transformar los sistemas judiciales de la niñez en otros niño-niña centristas en los que sus derechos respondan a sus necesidades y promuevan su ciudadanía”, aseguró.

En tanto, la perito en materia de trabajo social, Roxana Medina Guzmán, destacó la importancia de incorporar la perspectiva de género y derechos humanos en los sistemas de impartición de justicia: “En temas de feminicidio la perspectiva de género ofrece un panorama diferente en la investigación de los casos de violencia de género, al permitir identificar a las víctimas directas e indirectas, las familias y las desigualdades, así como los elementos de agresiones presentadas no sólo durante sino previo a este delito”, indicó.

Retos teóricos y metodológicos en la intervención social

La desigualdad es un tema que atañe a toda Latinoamérica, el cual genera una desarticulación en las sociedades debido al incremento de la pobreza y los movimientos poblacionales que derivan en una nueva organización de la vida cotidiana, advirtió Alfredo Juan Manuel Carballeda, profesor de la Universidad Nacional de la Plata Argentina.

Respecto a dicha fragmentación, “el trabajo social siempre tiene una mirada ético-política, con la capacidad de articular lo macro y lo micro, de poner en contexto la cuestión social y entender al otro; nuestra profesión acompaña, cobija, genera procesos colectivos que implican armonía con los otros y reconocer lo desafíos desde los puntos de vista teórico y metodológico”, refirió.

En su intervención Hannia Naranjo Córdoba y Carolina María Navarro Bulgarelli, de la Universidad de Costa Rica, señalaron la importancia de implementar procesos de atención virtual, lo cual implica un estudio constante de los diversos enfoques teórico-metodológicos, y con ello una actualización permanente profesional.

La pandemia puso de manifiesto la necesidad de hacer nuevos tipos de intervenciones; además, colocó el reto de cambiar la forma de ver las realidades familiares. “En estos procesos debe considerarse que –aunque las circunstancias en la virtualidad nos enfrentan a situaciones complejas en la atención de las familias–, si el trabajador social considera el contexto, se centra en el marco de los derechos humanos y realiza un trabajo profesional con un posicionamiento ético-político transformador, es posible lograr una labor orientada al cambio y crecimiento familiar”, concluyeron.

En este Encuentro Regional de Familias participaron más de 14 universidades e instituciones y organizaciones de la sociedad civil de siete países. Se realizaron dos conversatorios latinoamericanos; siete charlas magistrales de trabajadoras y trabajadores sociales de México, Puerto Rico, Colombia, Argentina y Costa Rica; una jornada de ponencias con participaciones de profesionales del trabajo social de Argentina, Brasil y México; así como dos exposiciones estudiantiles de la carrera de Trabajo Social de Colombia.

También podría gustarte