Hay menos acceso a las tecnologías digitales para personas mayores

Verónica Montes de Oca, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez

Las brechas digitales generacionales son un concepto que pone de manifiesto que la desigualdad existente en las condiciones sociales de las personas tiene justamente un corte generacional, afirma Verónica Montes de Oca, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV), a quien la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) entrevistó:

—¿Qué son las brechas digitales generacionales?

—Definitivamente, toda la cuestión de las brechas generacionales es un concepto muy importante que no existía. Se hablaba de brechas digitales, pero hoy reconocemos las brechas digitales generacionales y este es un concepto muy interesante, porque pone de manifiesto la desigualdad existente en las condiciones sociales de las personas y tiene un corte generacional.

Es decir, las personas mayores han tenido menos acceso a las tecnologías digitales que las personas adultas y que los jóvenes. A veces se piensa que los jóvenes nacen con un chip, pero en realidad tienen contacto muy pronto con procesos de aprendizaje de las tecnologías, algo que las generaciones adultas y adultos mayores no tuvimos. Por supuesto que la tecnología no está pensada de manera generacional, y eso es muy interesante.

Sólo en algunos programas o dispositivos se puede ampliar la letra o se hace alguna cosa para que puedan trabajar. Pero lo que nos hemos encontrado en nuestra investigación es que desgraciadamente los cursos que hablan o tratan de capacitar a las personas en las tecnologías de la información y la comunicación tampoco están viendo una perspectiva generacional y mucho menos gerontológica.

Por eso, las personas mayores nos han dicho que se sienten tremendamente excluidas, porque los jóvenes que dan estos cursos por lo general lo hacen pensando en otros jóvenes, no en personas adultas o adultos mayores; entonces hay cuestiones culturales e intergeneracionales que no están integradas en los programas y que es muy importante tomar en consideración para reducir esta brecha de desigualdad en el ámbito digital y de las tecnologías.

—¿Qué dinámicas sociales intergeneracionales se han podido observar mediante el uso de herramientas digitales?

—En nuestros estudios hemos encontrado algo muy bonito que se hizo evidente en la pandemia: dado que las personas mayores no querían estar solas y deseaban informarse, lograron acceder a ciertos dispositivos tecnológicos y pidieron apoyo a sus hijos y nietos para tener una mayor accesibilidad a estos procesos tecnológicos. Fue muy interesante que se incentivaron mucho los vínculos intergeneracionales; entonces nos encontramos que los mayores les enseñaban ciertas cosas a los jóvenes y viceversa.

Otra cosa que también me pareció muy hermosa es que ante el temor de la soledad y el aislamiento por la presencia de la Covid-19 y el confinamiento, es que las personas comenzaron a usar el WhatsApp, internet y Zoom para conectarse con los amigos y familiares y poder felicitarse o monitorear, logrando de alguna manera que se construyeran embriones de sociedades tecnológicas del cuidado.

En la UNAM estamos justamente en ese mismo sentido. A mí me motiva mucho que se visualice que las personas mayores también son usuarias de tecnología, tienen accesibilidad y necesidades de contacto y conexión social mediante las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

En el SUIEV acabamos de publicar el libro Personas mayores, tecnologías y conexión social; debemos hacer un gran reconocimiento de este tipo de investigaciones que se hicieron en el proceso en medio de la pandemia. Realizamos entrevistas muy bonitas y por supuesto que observamos que las personas racializadas, afrodescendientes o que estaban en alcaldías o municipios rurales del país tuvieron muchísimo menos accesibilidad.

Vimos la necesidad del internet como un servicio básico para la vida diaria, igual que el agua, la luz, el teléfono o el gas, que son servicios muy importantes.

—¿Cómo se da el uso de las TIC en las personas adultas mayores?

—Podemos observar que no es que las personas mayores entren a todas las plataformas o a todas las formas de comunicación digital. Son muy selectivas, algunos sólo usan WhatsApp o internet, o ciertas cosas del teléfono. Se resistieron, o de alguna manera pusieron un alto a la inercia de estar en todo y se volvieron muy selectivas para compensar la soledad o la distancia con los seres queridos, las pérdidas que experimentaban, y de esta manera poder optimizar los recursos.

En gerontología ese modelo de selectividad, optimización y compensación es muy reconocido y aplica en lo que descubrimos de una manera muy nítida todo esto que comento.

Creo que ahora estamos transitando a esta nueva etapa de hibridez, y muchas personas necesitan saber sobre las tecnologías. Quienes las capacitan necesitan entender que las personas mayores también son usuarias y que tienen características muy heterogéneas que muchas veces no facilitan la práctica y el entendimiento de las TIC. También es importante mencionar que hay un derecho a la información y hay un derecho al acceso a la tecnología.

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