Innovación y tecnología para la igualdad de género

Cerremos la brecha…

Se tienen que garantizar espacios sin discriminación, incluyentes y libres de violencias

La UNAM, como reflejo de nuestra sociedad, tiene un número importante de brechas que, en su papel de máxima casa de estudios, debe trabajar para cerrar. Es por ello que este número de la Gaceta UNAM, en el que abordamos las conmemoraciones del 8M, está en consonancia con la propuesta de ONU Mujeres para el año 2023. El tema que nos convoca es la inclusión tecnológica bajo la consigna, “Por un mundo inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género”; en ese sentido los 4 ejes temáticos que trataremos como comunidad universitaria para visibilizar y problematizar son: alfabetización digital, apropiación y uso comunitario de las tecnologías, brechas generacionales en el acceso de éstas y ciberactivismos feministas que han impulsado la organización y promovido espacios virtuales y tecnológicos desde y para las mujeres.

Cada 8 de marzo conmemoramos las luchas de las mujeres que históricamente han contribuido desde la organización y activismo feminista a visibilizar las desigualdades estructurales y sistémicas que vivimos en una sociedad patriarcal. Los sesgos y brechas de desigualdad que se prevalecen en todos los espacios de la vida pública y privada deben ser erradicados para garantizar espacios sin discriminación, incluyentes y libres de violencias por razones de género. Desde la Universidad Nacional reivindicamos esa lucha histórica y la de nuevas generaciones de jóvenes estudiantes y colectivas universitarias para identificar los sesgos, romper las brechas y acceder de manera igualitaria y digna a un mundo para todas las mujeres y transformar las realidades que habitamos en todos los espacios y sobre todo, los universitarios.

En este día reconocemos el camino transitado y hacemos un llamado para volver la mirada a los temas que todavía son deudas históricas. En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (2021) la brecha digital de género es otra de las expresiones de la desigualdad. Para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) esta es una expresión cuantitativa y comparativa del nivel de desarrollo que han alcanzado sociedades específicas que emplean medios digitales en su quehacer. A esta brecha se relacionan la apropiación tecnológica y el desarrollo socioeconómico, conceptos que están directamente influidos por una amplia gama de elementos que en sí mismos representan importantes brechas a cerrar.

Por lo que respecta a la brecha digital de género, el Inmujeres reporta que en el 2019 el 59.2 por ciento de ellas no utilizaron computadora, laptop o tablet alguna, ni en su hogar o fuera de él (hombres 54.6 por ciento); la brecha se profundiza en zonas rurales, en donde se observa que 77.7 por ciento de las mujeres no usaron estos dispositivos (hombres 78.1 por ciento), mientras que en las zonas de residencia urbana no lo hace 53.8 por ciento. Se estima que esta realidad se profundizó durante la pandemia, pues sólo 6 de cada 10 hogares contaba con internet. La Gaceta UNAM (mayo 19, 2022) apunta que si se considera al grupo de edad de las personas mayores de 55 años, cerca de la mitad carece de acceso a la supercarretera de la información. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en un estudio realizado en 2021, propone que “la digitalización incluyente sería un paso favorable, en el caso mexicano 32.1 por ciento de las mujeres que no tienen acceso digital serían beneficiadas”. Debemos reconocer el esfuerzo que realizó Nuestra Universidad durante la pandemia por la Covid-19 por acortar esa distancia al ofrecer a su alumnado y personal académico dispositivos electrónicos y conexiones a internet, tanto en instalaciones universitarias como para conexión remota. Sin embargo, es importante reconocer los contextos no urbanos de nuestra comunidad universitaria para identificar la brecha de acceso tecnológico donde los factores étnicos, económicos, sociales, lingüísticos, culturales y políticos desempañan un papel fundamental para romper esa brecha y no únicamente hacer llegar la conectividad, sino permitir que comunitariamente se apropien de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), construyan los mecanismos para explotarlas y resolver sus necesidades específicas; es aquí donde el compromiso social de nuestra Universidad puede verse reflejado.

El uso de las tecnologías digitales por parte de redes de colectivas feministas, agrupaciones de mujeres y ciberactivistas ha sido una expresión potente en los últimos años que impulsan la organización colectiva, demandas de política pública e institucional en torno a los derechos digitales, convocatorias para actividades y movilizaciones sociales mediante la virtualidad. Uno de los problemas que las ciberactivistas y activistas feministas han puesto en la discusión pública es la violencia digital, un tema que atraviesa a las instituciones de educación superior y erradicarla es una tarea urgente, según datos del módulo sobre el ciberacoso del Inegi (2017) aproximadamente 915 mil mujeres de entre 12 y 59 años han vivido ciberacoso al usar internet o un celular.

La UNAM expresa su compromiso social para enfrentar los retos anteriormente expuestos con su comunidad y así seguir educando para la igualdad cerrando las brechas.

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