“Hay que respirar juntos la música que estamos haciendo”: Iván López Reynoso

“Me gusta mucho esa visión de unir criterios, unir conceptos, envolver a los ejecutantes en el proceso creativo, tomar en cuenta su opinión, su experiencia”

Es particularmente emotivo que el público regrese a la Sala Nezahualcóyotl este fin de semana, “porque la última vez que yo estuve con el público fue exactamente hace dos años, en febrero de 2020. Estaba todavía en calidad de director asociado de la orquesta Filarmónica de la UNAM y fue justo en febrero de 2020 cuando dirigí”, señala Iván López Reynoso.

Foto: Juan Antonio López.

El también director artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y director principal invitado de la Oviedo Filarmonía dice, en entrevista con Gaceta UNAM, que la OFUNAM “es una de las orquestas más importantes de mi carrera. Yo tenía 22 años cuando los dirigí por primera vez y he pasado por todas las etapas por las que puede transitar un director con ellos: becario en dirección, director asistente, director huésped, director asociado, director invitado en esta nueva temporada. Son muchos niveles, son muchas facetas y son muchísimos programas los que he podido hacer con esta orquesta, a la que tanto cariño le tengo, y por ende hay un nivel de entendimiento muy particular, nos adivinamos muy bien la manera de trabajar. Hay gran empatía, muchas ganas, mucha voluntad, y para mí es particularmente alentador hacer programas como el de este 26 y 27 de febrero”.

Repertorio

Afirma que la novedad de la primera temporada de conciertos 2022 de la Orquesta Filarmónica de la UNAM es la inclusión de un repertorio que está normalmente fuera de lo común o de lo habitual en las salas de concierto. “El primer programa refleja claramente esa intención con tres autores diferentes, uno de ellos mexicano, Blas Galindo, el Poema de Neruda, que es una gran partitura, escrita originalmente para coro y que nosotros haremos en la orquesta de cuerdas. Después el ballet Apollon musagète de Stravinsky, una de las obras más complejas que escribió para orquesta de cuerdas, y poco interpretada. Cerraremos con la Sinfonía 29 en la mayor de Mozart, una de sus obras más elegantes, más refinadas, con más clase”.

Dice que el buen líder es aquel que logra que sus compañeros de trabajo saquen lo mejor de sí, es decir, “el líder no es el que impone una visión, sino el que hace una conciencia en equipo. El director de orquesta tirano, dictador, ya no existe, es una figura pasada de moda porque el director depende de sus músicos. Yo te puedo dirigir ahora maravillosamente (el escenario está vacío durante la entrevista), pero no va a sonar nada. Yo necesito una orquesta y, por ende, mi trabajo sólo lo puedo hacer con la orquesta. Es una gran responsabilidad pero a mí me gusta mucho esa visión de unir criterios, unir conceptos, envolver a los músicos en el proceso creativo; tomar en cuenta su opinión, su experiencia. Hay maestros que tienen más años tocando que yo de vida. Sería irracional de mi parte no escuchar esa experiencia y esas voces, y es lo que más me gusta de mi trabajo, poder llegar a una comunión, a un concepto, a una idea y respirar juntos la música que hacemos”.

La partitura

Es mucho tiempo el que lleva preparar un programa, menciona, porque no es nada más la partitura, ella es la punta del iceberg. “Hay que investigar el contexto histórico del compositor, qué estaba pasando en su vida cuando escribió esa pieza, cómo fue recibida, cómo se tocó, dónde se tocó, cuál fue su recibimiento, si tuvo consecuencias en la vida privada del compositor, que muchas veces sí las tenía”.

Precisa que le gusta preparar sus programas con antelación, con paciencia, para estar “empapado del contexto y del estilo, y de lo que voy a pedir y cómo lo voy a pedir y cómo lo voy a buscar con la orquesta”.

La temporada será del 26 de febrero al 10 de abril, sábados a las 8 pm y domingos a las 12 pm, con aforo limitado. Los boletos están disponibles en la taquilla de la sala, en el Centro Cultural Universitario, y en línea: boletoscultura.unam.mx.

También podría gustarte