Los cuerpos como fronteras

Crítica al régimen contemporáneo de migración global

Foto: Barry Domínguez.

El filósofo camerunés Achille Mbembe invitó a la comunidad universitaria a reflexionar en torno a las consecuencias de la relación existente entre cuerpo, tecnología y migración, durante la conferencia magistral Cuerpos como Fronteras. Una Crítica al Régimen Contemporáneo de Migración Global, realizada en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

“Debemos tomar muy en serio la posibilidad de que nuestros cuerpos se estén convirtiendo en la frontera máxima”, afirmó el autor de Necropolítica.

La crisis migratoria que se vive en el mundo crece día a día, ya que a pesar de que hay países que pretenden ayudar a la población más afectada por este fenómeno, existen otros que, en cambio, impiden el paso poniendo mayores cercos en sus fronteras.

El teórico político africano destacó que una de las maneras para generar una seguridad fronteriza casi inquebrantable es la aplicación de tecnologías biométricas, como la toma de huellas dactilares, captura del iris y reconocimiento facial, por mencionar algunas. Así se pretende controlar el flujo migratorio.

Sin embargo, Mbembe señaló que estas medidas marcan tajantemente la división racial entre las diversas poblaciones del planeta, pues la digitalización de las características del cuerpo para saber quién es o no una amenaza continúa basándose en aspectos como el color de la piel. “La vigilancia y el control se basan cada vez más en una división de cuerpos, entre los que pueden moverse con libertad y aquellos a los que se les marca como un peligro”, dijo.

Para el pensador camerunés las grandes corporaciones tecnológicas desempeñan un papel fundamental en lo que califica como el “nuevo régimen de seguridad global”, debido a que pueden manipular los datos que almacenan sobre los gustos e intereses de la gente a cambio de inmunidad operativa.

…un régimen que puede digitalizar el cuerpo humano con el propósito de controlar los movimientos de cada persona para el beneficio de unos cuantos, pone en duda el futuro de la vida humana en el planeta.

Por otro lado, planteó que las fronteras deben abrirse ya que el derecho de hospitalidad que se les da a los migrantes no es suficiente si no hay un lugar hacia donde desplazarse una vez que se cumple el tiempo de estancia permitido por las naciones que otorgan el asilo. “El derecho a la hospitalidad supone que podemos llegar a algún lugar, pero en algún momento, si algo nos está empujando, debemos de irnos, y que haya un lugar a donde movernos”.

Por estas razones, Mbembe propone plantear nuevos cuestionamientos que permitan ampliar el horizonte del pensamiento humano en torno a la existencia misma de la especie, porque, bajo su perspectiva, un régimen que puede digitalizar el cuerpo humano con el propósito de controlar los movimientos de cada persona para el beneficio de unos cuantos, pone en duda el futuro de la vida humana en el mundo.

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