A más de un año de la pandemia global por la Covid-19, hoy en día se cuenta con mayor información acerca de cómo esta enfermedad aqueja de manera distinta a los diversos sectores de la población nacional. En particular, los más afectados son los sectores más vulnerables, indicó Claudia Margarita Rafful Loera, investigadora de la Facultad de Psicología (FP).
Apuntó que desde hace tiempo se sabe que la salud de la población no sólo depende de los hábitos y estilos de vida que los individuos tengan, sino también de cómo nos cuidamos y el contexto en el que nacemos, crecemos y nos desenvolvemos, incluido el sistema de salud.
Consideró que desigualdades como la falta de acceso a los servicios de salud y a la educación, la carencia de servicios públicos, el desempleo o los empleos precarios, además de mínimos o inexistentes ingresos económicos, entre otros, son resultado de políticas públicas y prácticas socioeconómicas sistemáticas.
Esas carencias son evitables e injustas, “aunque damos por hecho que por el lugar en que vivimos y por quienes somos en general, tenemos ciertas características de salud, y en realidad no debe ser así. Plantearnos qué privilegios tenemos o no, nos ayuda a buscar una igualdad en acceso a la salud”, puntualizó Rafful Loera.
Al dictar la conferencia Covid y sus Determinantes Sociales en Población Mexicana, organizada por la FP, dijo que los determinantes como edad, género, sexo, estado civil, si se tiene empleo o no, son situaciones que influyen en el riesgo de enfermar y morir a causa del coronavirus.
Expuso que, de acuerdo con información recabada por la FP en colaboración con el Centro de Investigación en Salud Mental Global, en la que analizaron las características de los 25 municipios de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México con mayor número de contagios de la Covid-19, a partir del inicio de la pandemia y hasta enero de 2021, se observó que esas jurisdicciones presentan carencias sociales.
Al respecto, refirió que la mayoría de esos municipios sí tienen un grado de vulnerabilidad de ingresos, es decir, no es que las personas contagiadas por la Covid tengan directamente vulnerabilidad económica, sino que habitan en lugares con pocos recursos económicos. Es decir, “mi salud no sólo está relacionada con mi estatus económico, sino también con la zona en la que vivo”.
Asimismo, abundó, se halló que la mayoría de las personas contagiadas en estas 25 alcaldías fueron varones y hay un mayor número de habitantes que carecen de servicios de salud y con cierto patrón de comorbilidades, “pero tampoco es distinto a lo observado en la población nacional desde el inicio de la pandemia”.
Datos preocupantes
Claudia Margarita Rafful destacó que posteriormente se analizaron sólo municipios de Ciudad de México y se obtuvieron datos más específicos que en el ámbito nacional en cuanto al porcentaje de personas cuyas pruebas dieron positivo a la Covid, que fue del orden de 30 por ciento, incluidos hombres y mujeres.
Además, se obtuvo que tres de cada 10 mujeres tuvieron Covid, lo que indica que probablemente los contagios ocurrieron dentro de sus casas o cuando salían a compras o atender las necesidades de sus hogares, “todavía más sorprendente fue observar las ocupaciones de las mujeres fallecidas por esta enfermedad: más de la mitad de ellas se dedicaban al hogar, eran quienes estaban en mayor vulnerabilidad sanitaria, probablemente atendiendo a otra persona infectada”.
En ese sentido, subrayó que esos datos resultan preocupantes, por el problema de los menores que han quedado huérfanos por la muerte de la madre o de su cuidadora.
“La recomendación es buscar una manera de continuar desarrollando nuestras habilidades socioemocionales para mitigar los efectos del contexto de pandemia; no podemos darle más ingreso económico ni más educación a una población que no los tenía antes, pero sí debemos preocuparnos por la manera en que afrontaremos el problema desde la parte de la salud mental.”
Margarita Rafful Loera señaló que es indispensable poner mayor atención justamente a la salud mental y contar con un mejor diseño de políticas de cuidados, “no puede ser una cuestión que sólo corresponda a las mujeres, porque esta tarea está relacionada a los contagios y fallecimientos por la Covid-19”.