Hay quienes buscan alejarse de la manera como presenciaron la paternidad, pues refieren que sus papás eran distantes, poco cálidos e incluso autoritarios. Ilustración: Andrés Otero.[/caption]
La educación que los papás les brindan a sus hijos es importante, ya que de esto dependerá, en gran medida, de quiénes y cómo serán los infantes en sus siguientes etapas de vida. Es recomendable enseñarles desde pequeños a reconocer el machismo, para que se familiaricen con este tipo de discursos, así como con sus efectos negativos; de esta forma podrán cuestionarlos y evitarlos, asegura Alí Siles, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).
El experto enfatiza que los niños adoptan patrones de crianza, por lo que es necesario explicarles, desde la infancia, lo negativo que resulta pensar de forma machista, además de las desigualdades y de la violencia que esto genera, y cómo pueden evitar tener este tipo de conductas.
“Es esencial que los infantes tengan una base desde la cual puedan partir, debido a que fuera de sus hogares también encuentran mensajes misóginos, machistas y violentos, y éstos se presentan de muchas formas. Por ello, es fundamental que los padres muestren a sus hijos que éstas no son las únicas prácticas y que hay otras, las cuales pueden resultar benéficas”, explica.
La labor de la educación es múltiple y colectiva, agrega, pues aunado a que los padres son los cuidadores primarios y los principales responsables de la formación de sus hijos, también intervienen el sistema educativo, los medios de comunicación, la familia extensiva, la sociedad, etcétera. Es decir, la educación que se recibe en casa no es la única que nos forma, añade.