México carece de una gestión integral de residuos sólidos urbanos

El oficio de barrendero representa uno de los primeros eslabones en esta labor. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

De acuerdo con la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno de Ciudad de México, para brindar mantenimiento a la red vial primaria, se cuenta (2022) con 2,396 barrenderas y barrenderos, divididos en tres turnos (matutino, vespertino y nocturno) y 172 cuadrillas que, todos los días y de manera ininterrumpida, atienden 169 vialidades, es decir, aproximadamente 3,167 km de vías primarias, recolectando 548 toneladas de residuos y haciendo uso de 190 vehículos y 26 barredoras de succión.

En tanto que, para dar servicio a los perímetros A y B del Centro Histórico, cuenta con 30 cuadrillas conformadas por 1,200 barrenderas y barrenderos que trabajan en tres turnos, atendiendo diariamente, en promedio, 9 kilómetros cuadrados de superficie y recolectando 1,057 toneladas de desechos todos los días.

En las ciudades mexicanas, el oficio de barrendero representa uno de los primeros eslabones para el manejo integral de residuos, afirma Nancy Merary Jiménez Martínez, experta del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, con sede en Cuernavaca, Morelos.

Se trata de los objetos que desechamos porque consideramos que perdieron su utilidad o no satisfacen nuestras necesidades. Con base en la legislación nacional, hay tres tipos de residuos: sólidos urbanos, los que generamos en nuestras casas, oficinas, espacios públicos; de manejo especial o de gran volumen, como aparatos eléctricos y electrónicos; y los peligrosos (corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, inflamables o biológico-infecciosos).

En sus investigaciones de residuos sólidos urbanos ha encontrado que generamos más cada día, lo que significa una cantidad mayor de la que produjeron nuestros padres y abuelos.

La universitaria destaca que en México, en la mayoría de los casos, se carece de una gestión integral en la materia. Lo que ocurre casi siempre es que los desechos son recolectados en los hogares u otras fuentes generadoras y llevados a basureros a cielo abierto, donde no cumplen con la normatividad y tampoco protegen la salud humana o el medio ambiente.

Aunque hay pocos estudios de generación y caracterización de los residuos, algunas estimaciones sugieren que cada mexicano produce cerca de un kilogramo al día, es decir, más de 120,000 toneladas, únicamente de sólidos urbanos. Ciudad de México, Jalisco y el Estado de México son las que más generan.

Jiménez Martínez resalta que debido a la pandemia aumentó la cantidad. Para el caso de nuestro país se calcula un incremento de 20 %.

Hasta antes de la emergencia sanitaria “los plásticos tenían los días contados y había iniciativas de prohibición de los de un solo uso”; sin embargo, durante la contingencia de salud se utilizaron más. También hubo un retroceso en la separación de residuos, explica.

A ello se suma que, de acuerdo con sus indagaciones, en el Campus Morelos de la UNAM se registra una extensión de las “prácticas pandémicas” como la compra de comida a domicilio, lo cual tiene repercusión en la presencia de envases y embalajes plásticos, o la adquisición de agua embotellada.

Ahora es el momento de visibilizar el problema. “Hace mucho que perdimos el contacto con nuestros residuos; los entregamos en una bolsa en el camión recolector y desaparecen de nuestra vista. Es importante reconocer qué desechamos, en qué magnitud y a partir de ese análisis identificar qué podemos evitar, dejar de comprar o sustituir, y aplicar todas las ‘erres’: reducir, reutilizar reciclar, rechazar, reparar, reflexionar”, subraya la doctora en Estudios urbanos y ambientales.

Servicio esencial

Bermúdez y colaboradores (2023), en el estudio Presencia de residuos sólidos en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Actas del Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos. Universitat Jaume I, recuperan datos del Inventario de Residuos Sólidos de Ciudad de México del año 2019 que señalan que en las calles de esa zona se barrieron 365 toneladas/día de residuos sólidos, 84 % fueron inorgánicos como empaques, desechables y demás, 15 % fueron residuos orgánicos y el 1 % restante no se especificó. Sus hallazgos ratifican que los residuos más abundantes desechados en dichos espacios públicos son las colillas de cigarro, los plásticos de película no metalizada y el papel.

También separan materiales valorizables y, a menudo, los transfieren a centros de acopio donde pueden ser reaprovechados en las cadenas de reciclaje, indica Jiménez Martínez.

La especialista en temas socioambientales recuerda que con la pandemia el servicio de gestión integral de residuos fue reconocido como esencial. Por lo tanto, se le debe dar esa importancia en los hechos y en todos sus eslabones.

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