Ninguna experiencia lectora es igual a otra

Presentan la antología La lectura al centro. 55 autobiografías..., compilada por Eduardo Cerdán en la que relata qué tan disímiles pueden ser los acercamientos al libro

Fotos: Libros UNAM.
La antología La lectura al centro. 55 autobiografías lectoras nos deja saber cómo y por qué escritores, gestores culturales, mediadores de lectura y editores pertenecientes a distintas generaciones se acercaron a los libros y los hicieron parte sustancial de su vida.

Editada por la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura, la publicación se gestó a partir de que su compilador, Eduardo Cerdán, narrador y ensayista de 27 años de edad originario de Xalapa, Veracruz, propuso a la dependencia universitaria retomar algunos de los textos incluidos en una de las secciones de la revista digital Cuadrivio, en la que él colaboraba y a través de la cual daba salida a testimonios sobre la formación lectora, principalmente de escritores, material que difundió entre 2016 y 2017.

La idea se sometió a dictamen y tuvo una respuesta favorable. Fue así que nació esta publicación, ampliada con otros textos que van en el mismo sentido, y que se puede encontrar en las librerías de la Universidad y en línea a través de Libros UNAM.

Urgencia por leer

En entrevista telefónica, Cerdán dijo que a la hora de disponer los textos buscó acomodarlos para que revelaran qué tan cercanos pueden estar unos de otros, e incluso qué tan disímiles pueden ser los acercamientos hacia la lectura. “Me interesaba abrir con narraciones que hablaran de una cierta urgencia por leer, y que a lo largo de la antología hubiese vaivenes de registros. Hay gente que relata que creció en un ambiente sin lectores, donde no se leía ni el periódico, y hay otros que refieren que en su casa se contaba con una biblioteca muy importante, porque los padres y los abuelos sí lo eran. Los mediadores siempre están presentes en todos los casos que aquí se incluyen. Invariablemente hay alguien que te acerca a un libro”, explicó.

“Son muchas miradas sobre un mismo hecho. Se habla de quienes los aproximaron a los libros y de los títulos más significativos para cada uno. Nos encontramos con una especie de radiografía de su vida a partir de la palabra escrita. Es el testimonio de un amplio abanico de generaciones, y la muestra de que no te puedes imantar a la lectura de una sola manera. No hay una autobiografía lectora igual a la otra, cada una varía. En eso consiste la riqueza de esta antología.”

Desde su punto de vista, aunque el texto mude y las épocas cambien, el acto de leer prevalece; razón de más para que cualquier persona interesada en la lectura pueda gustar de esta obra, que a la vez cuenta historias de vida, y donde la lectura es el hilo conductor.

Un acto vital

Para Cerdán, quien anteriormente ha dicho haber tenido una educación literaria “muy pinche”, por lo que su selección de lecturas fue arbitraria y desordenada pero muy gozosa, la lectura es un modo de entender el mundo. En esta oportunidad afirma que el ser lector te vuelve atento a lo que ocurre a tu alrededor y no siempre es una fuga, sino que simplemente te acompaña en la vida cotidiana. “Leer es un acto decididamente vital y no sólo silencioso, también lo es en comunidad, ya que tiene que ver con los afectos y las maneras de compartir la vida, dado que la misma está hecha de relatos”.

La compilación reúne a 55 lectores de México, España, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, Argentina, Chile y Estados Unidos, nacidos entre los años 30 y 90 del siglo XX. Aquí se integran testimonios de Ana Clavel, Rosa Beltrán, Benito Taibo, Sara Uribe, Anel Pérez, Magali Velasco, Mónica Lavín, Adriana Malvido y Omar Nieto, entre otros, que entraron al mundo de los libros por curiosidad, ocio o por la necesidad de encontrar una voz afín a la suya, como podría ser el caso de cualquiera de nosotros antes o después de la pandemia.

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