¿Por qué empezamos a leer y nos fascinaron las primeras lecturas?

Presentan La lectura al centro. 55 autobiografías lectoras, publicación resultado de una indagatoria compilada por Eduardo Cerdán

Julieta García, Anel Pérez, Rosa Beltrán y Eduardo Cerdán. Foto: Alberto Reséndiz.
Todo empezó como un pequeño proyecto de Digital Cuadrivio a través de una simple pregunta por resolver: ¿cómo te iniciaste en la lectura? El resultado de la indagatoria es la publicación La lectura al centro. 55 autobiografías lectoras, compilado por Eduardo Cerdán, el cual se presentó en la edición 2022 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

A la presentación del volumen editado por la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura acudieron Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural; Anel Pérez y Julieta García, directora y subdirectora, respectivamente, de Literatura y Fomento a la Lectura, así como Eduardo Cerdán.

Rosa Beltrán recordó cómo inició el proyecto, y agradeció al compilador del volumen su trabajo a través de los años por mantener vivas las letras que lo componen: “Aplaudo y celebro la iniciativa, aquello que se difundió en Cuadrivio, Bajo caminos de la lectura. Me encanta que este libro se haya publicado. Está muy cuidada la edición, eso importa. Lo he leído dos veces, lo disfruté muchísimo. Lo seguiré abriendo donde sea, porque es un libro que me recuerda por qué empezamos a leer y por qué nos fascinaron esas primeras lecturas”.

El texto, de acuerdo con su contraportada, propone que “la lectura es la protagonista de esta antología: como acto contestatario, formativo, terapéutico; como parte inherente de la vida y de los relatos que sobre ella nos contamos; como una manera de conjurar el duelo. Experiencias fundacionales en la infancia y la adolescencia, títulos prohibidos, mediadores entrañables, párrafos que acompañan ritos de paso, líneas que cifran la identidad propia… Textos capaces de moldear biografías son los que pueblan estas páginas”.

Para los presentadores del volumen, entre sus páginas es evidente la manera en que esas primeras lecturas –y la afición por leer en general– se convierten en “salvación”, en un espacio de resguardo ante los problemas cotidianos.

Así lo expresó Anel Pérez: “La frecuencia con que la gente vincula el acto lector o sus principios lectores con el amor y la generosidad de alguien es muy frecuente en la mayoría de los casos (del libro). En casi todos hay algo de sobrevivir a través de leer, de refugiarse en la lectura, de conmoverse, reconstruirse y luego el ejercicio de conmemorar eso”.

Es un tema en el que coincidió Julieta García y que descubrió a lo largo de las páginas: “El tema de la lectura como salvación aparece en más de una ocasión y de distintas maneras. Hay muchos niños que empiezan con hepatitis y se vuelven lectores. Es el libro el que los saca de un aburrimiento que sería mortal de otra manera. Es una pequeña tabla de salvación. Se viven vidas paralelas gracias a la lectura, otras posibles travesías para quien está en cama o no puede salir de su país”.

Las palabras me salvan

Por su parte, Rosa Beltrán agregó al respecto que en su caso su madre, “una gran narradora, que era una gran mentirosa”, siempre hizo de su mundo algo más entretenido que la realidad, convirtiéndose en la primera narradora de su vida. Un hecho que la empujó a la lectura: “Junto con las historias fascinantes de mi madre, lo que aprendimos sin saber que lo estábamos haciendo eran las metáforas. La literatura te salva porque hace que nunca se vayan de ti los dos significados, el que ahora sabemos –el metafórico–, pero también el que tiene que ver con el juego de palabras –la literalización–. Las palabras me salvan.”

Eduardo Cerdán se sumó al tema expresando que para él la lectura es “un remanso” y añadió que la antología constata lo importante del “caos, de leer por leer. Lo esencial es ese zigzagueo que hacemos, eso es lo que nos salva: habitar. Es una fuga pero da contención a algo que está ocurriendo, a tus emociones. Las narrativas siempre nos cambian. Este tipo de lectura, la placentera; no la que nos llega a fuerza, la que violenta. La que elegimos es aquella que nos da ese remanso. Lo que es por elección es lo que contiene y salva leer”.

El volumen reúne a 38 lectoras y 17 lectores de países como México, España, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, Argentina, Chile y Estados Unidos; entre sus páginas pueden encontrarse textos de Ana Clavel, Benito Taibo, Sara Uribe, Mónica Lavín, Mónica Maristain, Magali Velasco, Ricardo Vigueras, Yael Weiss, Adriana Malvido y Omar Nieto, entre otros.

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