Nuestra forma de gobierno garantiza estabilidad

Con este diseño se ha logrado la libertad de cátedra e investigación, el pluralismo académico, la tolerancia y la diversidad de pensamiento en la Universidad

Foto: Damián Mendoza.

La Junta de Gobierno (JG) “ha sido un órgano estabilizador. Sus integrantes son personas de autoridad científica y moral indiscutible, electas a través del Consejo Universitario –como regla usual–, en tanto que más de dos terceras partes de los miembros del propio Consejo son representantes electos directamente por el personal académico y el alumnado”, señaló José de Jesús Orozco Henríquez del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), en su discurso pronunciado durante la ceremonia del Día del Maestro.

Este diseño, agregó quien fue parte de la JG hasta marzo de 2023, “ha garantizado la libertad de cátedra e investigación, el pluralismo académico, la tolerancia y la diversidad de pensamiento en la Universidad. Permite la activa participación de la comunidad universitaria y la preponderancia de los argumentos, razones, méritos e intereses académicos de la Universidad. También ha defendido nuestra autonomía, como en 1968, en que, receptiva al sentir de la comunidad, no aceptó la renuncia del Rector Javier Barros Sierra ante las indebidas presiones del gobierno”.

En entrevista, Orozco Henríquez mencionó que “de acuerdo con la Ley Orgánica de 1945 de la Universidad Nacional Autónoma de México es facultad de la Junta de Gobierno nombrar, previa auscultación a la comunidad universitaria, tanto al Rector como a las y los directores de facultades, escuelas e institutos. Estos últimos se designan también de ternas que elabora el Rector y, a su vez, también la Junta de Gobierno tiene la atribución de nombrar a quienes integran el Patronato Universitario de ternas aprobadas por el Consejo Universitario”.

La razón de ser de esta estructura de gobierno, precisó, “es derivada de la experiencia histórica de nuestra Universidad Nacional”. La crisis que se vivió en 1944 se había originado, en gran medida, por el inapropiado traslado de prácticas de la democracia política al gobierno universitario.

El maestro Héctor Fix-Zamudio, añadió, sostenía que “debemos tener en cuenta que la democracia académica es distinta a la democracia política, y es la democracia académica la que impera en nuestra Universidad”.

Explicó que como establece la propia Ley Orgánica las designaciones a cargo de la JG –tanto del Rector como de directoras y directores de facultades, escuelas e institutos– son previa exploración de la opinión de la comunidad universitaria, que puede participar de manera personal en sus entrevistas con cada integrante de la JG de manera verbal, escrita o de acuerdo con los avances tecnológicos.

Podemos apreciar, afirmó, “que ha habido intentos de reformar la Ley Orgánica de nuestra Universidad Nacional y considero que es muy importante tener en cuenta nuestra historia, para no incurrir en errores o en caminos equivocados ya recorridos”.

Indicó que “ante estas pretensiones, como ya ha ocurrido también recientemente con la aprobación de reformas o de nuevas leyes orgánicas en otras universidades del país, debemos tener muy presentes las razones que condujeron a nuestra actual estructura de gobierno, con el objeto de que no volvamos a enfrentar crisis universitarias, como la que ocurrió en 1944 y que dio lugar a nuestra Ley Orgánica vigente”.

Concluyó que ante el reto de la igualdad y de reducir la brecha de género en nuestra Universidad, “la Junta de Gobierno ha sido sensible, toda vez que si vemos las designaciones que han ocurrido en los últimos cuatro años ha habido 32 mujeres designadas directoras y 38 hombres, es decir, el 45 % de las recientes designaciones han recaído en mujeres que están dirigiendo entidades académicas de nuestra Universidad”.

También podría gustarte