Rinde la Universidad homenaje póstumo a Pablo González Casanova

Fue un incansable defensor de la igualdad y la democracia, subrayó el Rector Enrique Graue Wiechers

Foto: Benjamín Chaires.

Don Pablo González Casanova fue un gran humanista y científico social, un visionario, incansable defensor de la igualdad y la democracia, y universitario íntegro y Rector excepcional, afirmó Enrique Graue Wiechers, Rector de la UNAM.

Al presidir el homenaje póstumo que la Universidad Nacional hizo al reconocido científico social, el rector resaltó que Don Pablo dedicó su vida personal y académica a reivindicar la justicia, la democracia, la paz, la libertad y los derechos humanos como valores que siempre rigieron su actuar.

Fue también el intelectual más notable en hacer patente la falta de congruencia entre nuestras instituciones políticas y la realidad social mexicana. Una muestra de ello es su obra La democracia en México, referente fundamental para diversas generaciones y que demostró su congruencia y valentía, pues el libro se constituyó en una denuncia profunda del régimen unipartidista, excluyente y represor, cuando muy pocos se atrevían a hacerlo, dijo.

Graue Wiechers destacó que el también doctor honoris causa por la UNAM renovó e innovó las instituciones que dirigió. Como rector de esta casa de estudios y en un escenario político nacional muy complejo, creó en 36 meses el proyecto del Colegio de Ciencias y Humanidades, y el Sistema de Universidad Abierta, opciones educativas que han crecido exponencialmente y sin las cuales esta casa de estudios no sería lo que es hoy.

En el acto, en el que se guardó un minuto de silencio en su memoria y al cual también asistieron los exrectores José Sarukhán Kermez y Francisco Barnés de Castro, Graue Wiechers señaló que “los cambios que emprendió hicieron posible, para centenas de miles de jóvenes, realizar sus sueños de cursar estudios universitarios”, remarcó el Rector de la UNAM.

Acompañado por la presidenta en turno de la Junta de Gobierno, Elena Centeno García, y del presidente del Patronato Universitario, Jonathan Davis Arzac, Graue Wiechers subrayó que Don Pablo sostuvo con firmeza sus ideales y siempre se mantuvo muy cerca de la UNAM, a la que llevó en su piel, en sus entrañas y en su corazón.

“Su legado, su ejemplo y su indomable espíritu se quedan para siempre entre nosotros”, expresó ante familiares, amigos y colegas del también Premio José Martí, otorgado por la UNESCO, por su defensa de la identidad de los pueblos indígenas de América Latina.

En su oportunidad, el secretario general de la Universidad Nacional, Leonardo Lomelí Vanegas, señaló que González Casanova fue uno de los exrectores más queridos y prolíficos de esta casa de estudios. Sus investigaciones de las ciencias sociales son reconocidas dentro y fuera del país e hicieron contribuciones relevantes para la historia, la política, la sociología y los estudios del desarrollo. Además, se ocupó de temas tan relevantes como la democracia, las relaciones entre el desarrollo político y social, y las nuevas formas de colonialismo cultural.

“Su presencia trasciende a nuestra Universidad y se proyecta en toda América Latina y va más allá, en todos los círculos académicos que valoran la trascendencia de su obra y la actualizan con nuevas aportaciones. Se trata, sin duda, de un mexicano universal y de un universitario que supo trascender el ámbito académico y se solidarizó con causas políticas y sociales que continúan vigentes”, aseveró.

Un hombre lleno de esperanza

Previamente el hijo del ex-Rector, Fernando González Casanova, compartió diversos recuerdos sobre su padre: leyendo libros y periódicos, en su máquina de escribir y en sus reuniones con escritores e intelectuales. Relató que a él lo impulsó a leer a los clásicos y rememoró su gusto por la poesía de Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y José Martí; su excelente memoria y su gran capacidad de cambiar y evolucionar su pensamiento.

También contó que la última vez que vio a su padre, le enseñó en una computadora el ChatGPT, en el cual, con unas pocas instrucciones, se generó una historia con dos personajes. El ex-Rector lo agarró del brazo y le expresó que será una maravilla el futuro que le tocará. “Siempre fue un hombre lleno de esperanza”, expresó Fernando González Casanova.

A su vez, el director del Instituto de Investigaciones Sociales, Miguel Armando López Leyva, recordó a Don Pablo no sólo como un académico riguroso y un universitario ejemplar, sino además como un intelectual: un sabio, erudito, educador, maestro, experto, investigador, profesional, científico, incluso guía de un movimiento social.

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