Orientación de Nobel a alumnos de Química

El galardón estimuló el verdadero interés científico y encendió la imaginación

La premio Nobel. Foto: cortesía de la FQ.

 

En la vida es importante dar lo mejor de nosotros para ayudar en la resolución de problemas, pero es mucho más importante comprender lo que nos rodea, pues la más mínima parte del conocimiento puede hacer la diferencia, dijo la ganadora del Premio Nobel de Química 2009, Ada Yonath, a alumnos de la Facultad de Química (FQ).

Durante la charla De la Ciencia Básica a la Medicina Moderna, y Más (From Basic Science to Modern Medicine & More), realizada en el Auditorio B de la Facultad, la profesora extraordinaria de la UNAM explicó a los jóvenes que no deben estudiar o hacer algo pensando en que obtendrán algún beneficio por ello, sino porque aman hacerlo y quieren aprender más.

“Fui muy curiosa para entender los procesos de la vida, algo que es completamente ciencia básica. Nada con la intención de aplicarlo, lo que me interesaba era comprender el origen de la vida”, destacó la investigadora.

Ada Yonath (Israel, 1939) se convirtió en 2009 en la cuarta mujer en la historia en recibir el Premio Nobel en Química y lo logró por sus estudios sobre la estructura tridimensional y la función del ribosoma, un complejo molecular encargado de la síntesis de proteínas en las células.

Inspirada en la hibernación de los osos polares, desarrolló la técnica de crio-bio-cristalografía, ya que el organismo de estos animales les permite empacar sus ribosomas ordenadamente, justo antes de entrar en hibernación, lo que ayuda a mantenerlos intactos y funcionales durante meses.

Esto llevó a Yonath a exponer cristales de ribosomas a temperaturas de -185 °C, minimizando así su desintegración al ser expuestos a rayos X y permitiendo conocer su estructura a detalle.

“El trabajo no lo hice porque fuera muy buena, sino porque era muy pobre y tenía que terminar muy rápido. Tenía dos trabajos y no podía tardar hasta seis horas en procesar una muestra, yo tenía sólo dos horas”, recordó.

Durante la charla, la directora del Biomolecular Structure Center, en el Instituto Weizmann, en Israel, contó a los estudiantes que desde pequeña fue muy curiosa y aun cuando las condiciones económicas de su familia eran difíciles, y muchos la criticaron, ella nunca se dejó vencer o desilusionar, manteniendo siempre la tenacidad para realizar sus estudios.

Refirió de forma muy sencilla y detallada que los ribosomas son las fábricas universales que producen las proteínas continuamente, pues decodifican la información genética de todas las células vivas.

“Todo siempre requiere de energía, no es un proceso económico, pero al final todo está correctamente conectado. Esto es un proceso muy elegante, muy sencillo y sólo se detiene cuando el cordón está terminado”, precisó.

Resistencia a antibióticos

Yonath expresó que el Premio Nobel no sólo expuso el ribosoma al público, sino que también estimuló el verdadero interés científico y encendió la imaginación de muchos jóvenes.

Tras destacar cómo funciona el ribosoma, su importancia y cómo se ha aprovechado esta información para el desarrollo de tratamientos médicos, la investigadora israelí hizo manifiesta su preocupación por la creciente resistencia a los antibióticos.

“El problema es que las bacterias quieren vivir, y sin duda son más listas que nosotros”, comentó ante las risas de los asistentes, a quienes recordó que es necesario desarrollar una nueva generación de fármacos, por lo que ella y su equipo han identificado nuevos sitios de fijación en el ribosoma que podrían inhibir la biosíntesis de proteínas en las células.

Dicha estrategia, estimó, sería viable para combatir las enfermedades sin afectar a las bacterias “buenas” que residen en el cuerpo humano, y como son biodegradables, tampoco serían un problema ecológico para el medio ambiente.

Finalmente, Yonath enfatizó que la ciencia básica es la base de toda la ciencia, así que siempre es necesario apoyarla.

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