París, entre el arte y las ciencias

Asistieron ocho estudiantes pumas; tuvieron el acompañamiento de especialistas de los institutos de Investigaciones Estéticas y de Física

Como parte de la colaboración entre la Universidad de la Sorbona y la Universidad Nacional Autónoma de México se llevó a cabo del 3 al 7 de julio en París, Francia, la segunda Escuela de Verano, esta vez bajo el título “Inventar, analizar y restaurar el color: historia del arte y ciencias del patrimonio”.

A ella asistieron ocho estudiantes de la UNAM (cuatro del doctorado en Historia del Arte, tres del doctorado en Ciencias Químicas y uno de la maestría en Ciencias Químicas) y ocho de la Universidad de la Sorbona (de los doctorados en Historia del Arte, en Ciencias del Patrimonio y en Arqueología).

“Es importante destacar que la Universidad de la Sorbona y la UNAM tienen muchas similitudes en cuanto a la forma de investigar el patrimonio cultural y producir conocimientos a partir de él”, señaló Sandra Zetina, del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC)-Instituto de Investigaciones Estéticas, quien –junto con Alejandro Mitrani, del LANCIC-Instituto de Física– acompañó a los estudiantes universitarios en su estadía en París.

Es necesario que humanistas y científicos trabajemos juntos”

Sandra Zetina

En esta ocasión, el objetivo fue descubrir y experimentar nuevas metodologías para comprender mejor la materialidad del color en objetos artísticos. Sin embargo, la cuestión de éste, ya sea un tinte o un pigmento, complica los análisis tradicionales centrados en estas piezas, porque el color no es sólo una de sus propiedades (es decir, un simple ornamento secundario), sino también una sustancia con una historia material propia que puede cambiar con el tiempo.

Así, los estudiantes de ambas áreas del conocimiento abordaron todas las facetas de los materiales usados para dar color a los objetos artísticos, e incluso reflexionaron sobre las restituciones arqueológicas, históricas o etnográficas.

“Creemos que para aproximarnos de la mejor manera a los materiales del arte es necesario que humanistas y científicos trabajemos juntos. Entre más disciplinas se reúnan con ese fin, más interesante y profunda podrá ser la comprensión de los objetos artísticos”, agregó Zetina.

Foto: Instituto de Investigaciones Estéticas.

Experiencia enriquecedora

Los estudiantes participaron en diversas actividades como presentaciones teóricas, talleres prácticos diseñados para introducirlos en prácticas interdisciplinarias y llevarlos a combinar las ciencias humanas y las exactas en su investigación, así como visitas a los famosos talleres nacionales de gobelinos (tapices) y de porcelana de Sèvres, y a las colecciones de mineralogía y de zoología de la Universidad de la Sorbona, las cuales presentan retos sobre el color. Asimismo, tuvieron la oportunidad de discutir su trabajo y enriquecer sus conocimientos y habilidades.

Dos de los estudiantes de la UNAM que viajaron a París son Arantza Arteaga Moctezuma, del doctorado en Historia del Arte en el Instituto de Investigaciones Estéticas, y Pablo Arturo Aguilar Rodríguez, del doctorado en Ciencias Químicas en el Instituto de Química.

Acerca de su experiencia en esta Escuela de Verano, Arantza expresó: “Fue muy interesante porque tuve contacto con otros historiadores del arte y también con jóvenes dedicados a la química, la arqueología y la conservación del patrimonio cultural. Trabajar con personas que están estudiando un mismo objeto o una misma época que tú, aunque desde una perspectiva distinta, es muy enriquecedor. Claro, todos coincidimos en el interés por el color”.

Por su lado, Pablo Arturo opinó: “En una serie de talleres de trabajo todos colaboramos interdisciplinariamente para proponer cómo podríamos intervenir una obra artística desde el punto de vista tanto científico como histórico, con las técnicas que conocimos en la Universidad de la Sorbona y el Centro de Investigación sobre la Conservación, en París”.

Para viajar a esta ciudad, los ocho estudiantes universitarios recibieron el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Institucional, así como del Instituto de Investigaciones Estéticas, de la Coordinación de Humanidades y de la sede UNAM-Francia (Centro de Estudios Mexicanos). Su hospedaje fue proporcionado por la Sorbona.

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